La firma brasileña que protagonízó el pero dasastre minero de la historia de ese país, confirmó que le buscará inversores privados a Potasio Río Colorado, en Malargüe. Para eso convocará a un concurso internacional. Mientras, avanza en el rediseño del emprendimiento cuya concesión vence en marzo de 2017.
Ver también: Te espero siempre: El gobierno mendocino le dará nuevos plazos a Vale para “reactivar” la mina
Fuente: Los Andes
Pasado el acuerdo escrito y su presentación en sociedad durante el Foro de Inversiones y Negocios de Buenos Aires, la reactivación y venta del proyecto minero Potasio Río Colorado escribe otro capítulo.
De hecho, Vale ya confirmó que, además completar los estudios de prefactibilidad y el rediseño de un emprendimiento a escala menor, convocará a una licitación privada internacional para captar inversores por hasta un 100%.
Así lo declararon desde el seno de la multinacional desde Río de Janeiro. La firma acaba de acceder a que los U$S 1.900 millones invertidos hasta la suspensión de Potasio pasen a ser “fondo perdido”, e incluso resignará los restantes U$S 1.500 millones que debe poner el futuro socio- accionista- comprador.
La decisión se conoce luego del acuerdo que suscribieron en Buenos Aires el Gobierno de Mendoza con Vale, seguido por la presentación que el CEO de la unidad Fertilizantes, Roger Downey, y el subsecretario de Minería, Emilio Guiñazú, hicieran ante los asistentes al Foro del “nuevo” Potasio.
Avalado por el secretario de Minería de la Nación, Daniel Meilán, las partes convinieron trabajar en la captación de capitales.
“Con el objetivo de intensificar la búsqueda de inversores, Vale también realizará una licitación privada internacional”, señaló Cristina Gonçalves, responsable de Relaciones Institucionales, sobre la decisión.
Según los planes, entre 2017 y 2018 Potasio Río Colorado debería empezar a “moverse” nuevamente para producir 1,4 millón de toneladas de mineral, casi 1/3 de la pauta original. Como remarcan desde Vale, “con un alcance menor, considerando la coyuntura económica actual”.
Luz verde
Además, la compañía ya empezó a poner (se) plazos, conforme lo pactado con el Gobierno. Al respecto, promete que los estudios de pre-factibilidad comenzarán en los próximos 30 días (“a partir de la la entrada en vigencia del acuerdo”) y deberán completarse en 8 meses.
En cuanto a la modalidad, para el Ejecutivo mendocino la minera tiene vía libre para recurrir a un llamado a licitación a fin de vender el 100% de Potasio, o incorporar un socio capitalista, que es el propósito principal.
Aunque también observan la chance de apelar a un banco de inversiones que lo apalanque.
Para el ministro Vaquié, no hay preferencias al respecto. A consideración del funcionario, “es éso, o contratar un banco, una suerte de inmobiliaria que ponga en venta el proyecto. Depende de ellos (Vale), pero incluso podrían recurrir a ambos instrumentos”.
Desde Brasil evitan dar detalles de cómo estructurarán la licitación privada, pero dan señales de que intentarán no desprenderse del total del proyecto. Por el contrario, admiten que el propósito es convocar “a inversionistas potenciales para participar en el mismo” .
Lo cierto es que rápidamente dos grupos internacionales, uno de origen asiático y otro de capitales británicos se ubicaron en la línea de largada. Cabe recordar que el concesionario original de Potasio fue la inglesa Río Tinto; tal es el vínculo, que un referente de la compañía, Ken Haddow, hizo a fines de 2015 un relevamiento de activos de Vale en su planta de Malargüe.
En cuanto al proceso, Vaquié remarcó que, cualquiera sea el camino elegido, en cada etapa habrá un veedor oficial. A priori, el designado es el subsecretario de Minería y Energía, Emilio Guiñazú.
Caducidad a la vista
En los días previos, el propio Vaquié había planteado la declaración de caducidad de la concesión de Potasio, sin la intención de Vale de reactivarlo o cederlo en tiempo y forma. Tras el acuerdo, la minera cuyo 51% es del Estado brasilero, salió a responder.
“La empresa refuerza compromisos para mantener derechos mineros luego de marzo de 2017, cuando podría iniciarse el proceso de caducidad”, consignó Cristina Gonçalves. Más tiempo “es esencial para viabilizar la participación de otros potenciales inversores, sin los cuales la reactivación no será posible”.
Para enfatizar su buena conducta, la cúpula de Vale resaltó que en los más de 3 años de suspensión el proyecto “siguió cumpliendo sus obligaciones para mantener su concesión y compromisos”. Además de “continuos esfuerzos para obtener inversiones”.