Fue una protesta colorida y creativa. El mensaje fue claro y contundente. La marcha contra la megamería y a favor del agua pura reunió a màs de 3.000 mendocinos de todos los departamentos, de todos los credos, de todas las edades, de todas las profesiones.
Fuente: Mendoza On Line
Las miles de personas que se manifestaron antes de dar inicio al Carrusel estaban unidas por la misma causa: lograr que los vecinos y turistas conocieran su reclamo y los acompañaran y que los pocos políticos que estaban sentados en el palco los escucharan.
La protesta fue creativa y multitudinaria. Fue una marcha colorida y creativa, donde estuvieron presentes todas las expresiones artísticas: la danza, la música, el teatro, la pintura.
Un enorme muñeco que representaba la vida abrió la marcha, mientras que le seguía uno que representaba a la muerte. Y detrás de ellos se encolumnaron miles de manifestantes, entre los que había desde curas hasta docentes y familias campesinas.
Todos apelaron a su creatividad para llevar algo que identificara su lucha: un cartel, una bandera, un mensaje escrito sobre su cara, un carro con las reinas vendimiales de la vida, representaciones de la muerte.
El grito que más salió de las miles de gargantas fue: “El agua de Mendoza no se negocia”.
Los vecinos y turistas que estaban apostados a la vera de las calles por donde ya avanza el Carrusel los aplaudieron y recibieron los panfletos que les entregaron, donde estaban consignadas las claves de su lucha.
Tania Cruz, de la Asamblea Popular por el Agua, explicó que este año el reclamo tuvo dos ejes. El primero es que la Corte Suprema declare la plena vigencia de la ley 7.720 -que restringió los proyectos mineros que se pueden concretar en Mendoza- y poner en el tapete el tema de Vale. Están convencidos de que el Gobierno especuló con la necesidad de la gente y hoy 2.800 trabajadores esperan angustiados una resolución del conflicto.
Los cánticos se escucharon con más fuerza cuando la marcha pasó frente al palco oficial, aunque en ese momento sólo estaba presente un puñado de intendentes, entre ellos, Juan Antonio Agülles, que casi no levantó la vista, porque estaba mirando su teléfono celular.
Junto a él estaban los caciques comunales de Maipú, Alejandro Bermejo; de San Martín, Jorge Giménez, y de Santa Rosa, Sergio Salgado, quienes recibieron algunos de los panfletos que les arrojaron los presentes.
La marcha fue seguida de cerca por el mismísimo ministro de Seguridad, Carlos Aranda, y por el director de la Policía, Ángel Fozzatti.
Muchos reclamos
Aunque todos los participantes se unieron en el mismo reclamo por el agua pura, también llevaron otra consigna: la de la aparición de Johana Chacón, la chica que desapareció en Lavalle y de la que nada se sabe. Los carteles con la cara de la joven estaba pegado en cientos de pechos.
También marcharon muchos docentes, estudiantes y profesores universitarios, que le dijeron no a la minería contaminante pero también reivindicaron sus luchas salariales.
ATE, Fadiunc y Franja Morada fueron algunos de los que dijeron presente.
A pura creatividad
Una de las expresiones más creativas de la marcha fue la de un grupo de vecinos y estudiantes de Maipú, que hicieron dos carros: uno que representó a la vida y el otro a la muerte.
El docente Ariel Coletti explicó que hicieron los carromatos con elementos reciclados y con la intención de mostrar lo que pasará en Mendoza si se permite que avancen los proyectos megamineros.
Las murgas fueron una de las expresiones más alegres y coloridas. Algunas de las que desfilaron fueron Los Gloriosos, TH Bien, Saltó la Patada y Tantas Curvas y Yo Sin Frenos.
El “mapa del delito” también llamó la atención. Pero en este caso no era el de la inseguridad, ese que nunca construyó el ex gobernador Celso Jaque, sino el de los proyecto mineros.
Humberto Rosso, de General Alvear, explicó que se unió a la marcha porque cree que la megaminería es una actividad que explota sin control los recursos naturales y no deja futuro a los más chicos.
Eduardo Alaniz dijo que no está de acuerdo con la política del Gobierno en materia minera. Y recalcó que no existen estudios serios sobre los inconvenientes que podría causar esta actividad.
Paola Quiroga también defendió el mensaje del agua pura y dijo que los funcionarios siguen aprobando proyectos sin escuchar la voz de los vecinos.
La docente Mariela Rodríguez marchó para apoyar la defensa del agua y para pedir por la aparición con vida de Johana Chacón.
El paso de los manifestantes se cerró a puro rock, con la banda La Huella, que tocó sus temas sobre un camión que llevaba un enorme cartel que dejaba en claro el mensaje de los manifestantes: no a la megaminería.
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