“Siempre acompañé al pueblo de Dios, peregrine donde peregrine, explica Omar Daniel Quinteros, cura párroco de la ciudad que respalda y apoya a los pobladores de esa region de la Rioja ante el avance de la megamineria extrajera que contamina . En Famatina ese acompañamiento es contra la megaminería, contra sus maneras de operar con cianuro y grandes cantidades de agua.” Cada vez que hubo una alerta represiva, el cura dejó que sonaran las campanas de la iglesia para alertar al resto de la población. “El poder político ha pedido mi traslado por eso”, admite. Los vecinos de Famatina protagonizan la movilización masiva en esta jornada.
“La mayoría de nosotros no quiere que la minería a cielo abierto sea una actividad que se desarrolle en la zona –advierte el intendente de Famatina Ismael Bordagaray, de 35 años, reelegido en una lista vecinal que acompañó al oficialista Frente para la Victoria, y agrega que “seguir lo que desea la mayoría es uno de los preceptos básicos de la democracia y eso es lo que haremos.
Todas las noches se realiza una vigilia al costado del camino cortado, de la que participan más mil personas atentas a un avance policial. Durante la vigilia, más de mil famatinenses se hacen presentes, preparan las comidas, instalan quinchos y heladeras para guardar las donaciones; señoras maduras rezan el rosario en voz alta por el triunfo de la lucha. Las asambleas discuten qué medidas habría que tomar, de producirse la represión. Los carteles que se pegan en todos lados dan la respuesta: “Resistencia pacífica”. Así actuaron frente a un grupo de hombres denominados Grupo Minero, encabezados por Rubén Celarayan (intimo amigo del gobernador y vecino de Famatina) que intentó traspasar el corte blandiendo machetes y horquillas, la semana pasada. Ante su actitud firme, se tuvieron que retirar.
Hay quienes sostienen que el gobierno impulsa el enfrentamiento entre civiles para usar las fuerzas policiales bajo la forma de “pacificación”. Sin embargo, la masividad de la protesta y la decisión de los habitantes de Famatina permiten pensar que usar la violencia sería una torpeza de gran magnitud política. “Estoy aquí por ella –dice Iti Ramírez señalando a su hija Flor, de 13 años–. Estamos aquí peleando por la vida. Hemos aprendido que, en Famatina, el agua vale más que el oro.” Beder escuchará a quienes aun recuerdan cuando niños jugaban? O la alegría que provocó conocer que ese jovencito se recibía de abogado, primero y luego llego a la Cámara de Diputados para representar a su Departamento y luego ser electo gobernador de la provincia?
La primera, de las veinte verdades Peronistas dice que “La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: EL PUEBLO”.