El 11 de marzo por la mañana, hacia las 10.00, el vehículo en el que se traslada por la ciudad de Famatina la diputada provincial por el departamento homónimo Adriana Olima recibe una pedrada en su luneta trasera, a unos metros del local que tiene el oficialista Partido Justicialista en esa localidad riojana. El jefe policial de la Unidad Regional Segunda, comisario inspector Carlos A. Madrid, identifica a los atacantes con un grupo de alrededor de veinte personas, “autodenominadas ambientalistas”, que se habían acercado al lugar para aguardar a la parlamentaria, a quien califican de “traidora” en razón de atribuirle la utilización de prácticas asistencialistas para doblegar la voluntad de la población en torno a la minería.

 

Fuente: Observatorio de Conflictos por los Recursos Naturales OCRN

[Entrevista con Cristhian Luna (24), miembro de la Resistencia Juvenil de Famatina].1

Op.—Citando al juez que instruye la causa, el periódico Nueva Rioja informó el 21 de marzo de que fueron seis las personas que efectuaron la denuncia por la cual se vincula a unas once personas con el episodio acaecido en la cabecera departamental de Famatina. Por su parte, las asambleas comunicaron que los imputados suman, en contraste, unas diecisiete personas. A consecuencia de la acusación, otros medios locales indicaron también que al menos dos hombres y una mujer ya fueron procesados el 19, aunque conservarán su libertad, habiéndose fijado una caución de 10 000 pesos para uno de ellos y de 5000 para cada uno de los otros dos.

Luna.—El 11 de marzo, cuando el pueblo se entera de que Olima viene a Famatina a repartir materiales y a hacer un acto político, nos convocamos en el lugar y, cuando ella sale, se hace un escrache pacífico, como siempre los hacemos. El pueblo ya ha manifestado el repudio a su presencia en Famatina, porque entendemos que ha traicionado la voluntad popular. Olima denuncia que hubo violencia y agresión contra ella y sus colaboradores: los vecinos judicializados son dieciséis en total. Estamos pasando la etapa declaratoria; en este momento no hay procesados.

Op.—El mismo día 21, en horas del desayuno, el gobernador Luis Beder Herrera convocó en su residencia a miembros de una agrupación partidaria, constituida por jóvenes profesionales de la ciudad capital, para explicarles los detalles del proyecto político que lleva adelante y el papel que deben desempeñar en el futuro de la provincia. Sobre lo dicho por Beder Herrera durante la reunión de aproximadamente dos horas quedó registrado este comentario: “Estamos sentados sobre un tesoro. La Rioja tiene recursos mineros importantes, pero el problema es la cultura que tenemos”.

Luna.—También declaró que su deseo es que existan más ciudadanos informados a favor de las técnicas de extracción, y no, refiriéndose a nosotros, personas bohemias y mal educadas en la cuestión mineroambiental. Es un claro ejemplo que muestra que el Gobierno de La Rioja no está escuchando la voluntad del pueblo, empecinado en imponer la actividad minera en la provincia y en negociar, al precio que sea, la licencia social. Esto es lo que están haciendo con la persecución de los asambleístas y contra la gente que está involucrada en la causa. Justamente, en nuestro pueblo y en otros departamentos de la provincia, están intentando la compra de voluntades y de conciencias por medio de la diputada Olima y de militantes políticos o “punteros”.

Op.—En este marco, el gobernador ponderó el éxito de la minería en la vecina San Juan frente a la realidad tan diferente que evidencia su provincia: “Con la minería despegaron y dentro de pocos años serán una potencia”. Sin embargo, recordó que en La Rioja ya se está explorando, sobre todo en la zona cordillerana. Lo cierto es que al promediar el mes de abril lugareños de las poblaciones aledañas a Malanzán —situada a 180 kilómetros al sudeste de la capital de La Rioja— alertarían de que personal de una empresa minera, presumiblemente china, comenzó a realizar tareas de exploración en la sierra de los Porongos.

Luna.—Desconozco la denuncia de los vecinos en Malanzán, pero sí estoy enterado de las denuncias por contaminación de otras poblaciones. Esto de compararnos con la provincia de San Juan forma parte de la mentira del gobernador. Es claro que quiere mostrar las bondades de la megaminería, pero no se acuerda de que en San Juan, por ejemplo, ya fue declarada la emergencia hídrica, y de que en nuestra provincia hay un montón de otros conflictos ambientales que no están resueltos. ¿Cómo pretende que nuestro pueblo crea en el control de la megaminería si no puede resolver otras problemáticas de menor escala a lo largo y ancho de la provincia?

Op.—Beder Herrera se dirigió a Pituil cuatro días más tarde, el 25, para protagonizar la inauguración de quince viviendas. Enterados de la visita del primer mandatario provincial, otro grupo de ambientalistas decidió emprender viaje hacia esa localidad famatinense, pero el intento no obtuvo mayor progreso cuando se toparon con los puestos policiales de vigilancia establecidos a lo largo de la ruta nacional 40, entre el río Capayán y Pituil.

Luna.—Desde que empezamos el corte del 2 de enero de 2012, estas cuestiones se han dado seguidamente (see Primer año en Alto Carrizal). Cuando hay manifestaciones se realizan operativos policiales muy grandes: esto mismo pasó cuando él vino a Pituil. Se militarizó el territorio; algunas casas del pueblo incluso estaban custodiadas por dos o tres policías para que los asambleístas no pudieran salir de ellas y dirigirse al acto de Beder Herrera. Forma parte de sus maniobras. Lo que pasó en Pituil fue muy grave, porque no dejaban pasar ni a los habitantes de otras poblaciones, que nada tenían que ver con el conflicto. La Brigada de Acción Operativa (BAO) ni siquiera dejó pasar a la Gendarmería, que andaba recorriendo las rutas de la provincia para pasar a la localidad de San Blas de los Sauces.

Op.—Al mes siguiente, el 25 de abril, conferenciando en Jujuy en el marco del XLIV Congreso General Ordinario de la Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA), el gobernador de esa provincia y presidente de la Organización Federal de Estados Mineros (OFEMI), Eduardo A. Fellner, dijo que la minería tiene futuro a pesar de los embates que ha venido soportando la actividad por parte de aquellos que “nunca quieren nada o a los que solamente les interesa generar el caos y la decepción”. Para Fellner, lo único que cabe hacer si se quiere lograr el consenso social necesario para la puesta en marcha de un proyecto de Argentina minera es excluir a “los aprovechadores” del debate.

Luna.—Detrás de este conflicto hay muchos años de concienciación y de educación. Hay que tener en cuenta que conocemos de técnicas y de leyes; no salimos a la calle a reclamar porque sí. No podemos cambiar el perfil agrícolo-turístico de nuestro pueblo por el perfil minero que ellos quieren imponer. No nos oponemos ni por oportunismo ni porque no tenemos nada que hacer: nosotros vemos que la megaminería contamina, que destruye, que mata. Proponemos políticas agrícolas, proponemos que se eduque a las poblaciones para saber cómo vamos a explotar nuestros recursos turísticos. Parte del desarrollo económico de nuestra región va de la mano de estas actividades y no de la minería. La OFEMI lleva adelante planes de acción conjunta en contra de la voluntad de los pueblos cordilleranos que le dicen “no” a la actividad minera. Las armas que usan son la militarización de los territorios, la criminalización de la protesta, la persecución, las amenazas, la compra de voluntades y la manipulación. Lo que estamos viviendo en Famatina también lo viven nuestros vecinos de Tinogasta (see Paso de San Francisco, 6 de marzo–6 de abril) y de Andalgalá (see El vallado de Andalgalá), la gente del sur y la del norte argentinos, y la gente de Mendoza (see La retirada de Vale), que también se oponen a esta actividad.

[1] Comunicación telefónica. Realizada el 4 de mayo.