El secretario de Minería de la Nación, Alberto Hensel, destacó este martes la necesidad de “eliminar obstáculos” para alentar inversiones en el sector y advirtió que “si no establecen regímenes tributarios que contribuyan en ese sentido, los inversores van a elegir a los vecinos”.
Fuente: TELAM
“Si tu única herramienta es un martillo, tiendes a tratar cada problema como si fuera un clavo” decía Abraham Maslow, y parece ser el caso de Alberto Hensel. ¿Qué significa “eliminar obstáculos” ? ¿Bajar retenciones para asegurarle mayores ganancias a las corporaciones? ¿Acallar a las comunidades que nos oponemos a la megaminería? ¿A quiénes representa Hensel?
Hensel consideró que la aplicación de retenciones a las exportaciones “no es el mejor camino para desarrollar la minería”, y llamó a “definir modelos económico-financieros que hasta ahora no se aplicaron en América Latina”, al hablar hoy durante un encuentro virtual organizado por el Instituto para el Derecho Minero (Iadem).
El Iadem es un foro de análisis del contexto jurídico de la actividad minera en el país y realiza una serie de encuentros virtuales en la cual se desarrolló el de hoy sobre “Inversiones Mineras en Argentina: Escenario Actual y Post Covid-19”.
En ese mismo ámbito, la subsecretaria de Desarrollo Minero, Laura Rópolo confió en que se puedan “viabilizar en el corto y mediano plazo” proyectos que demandarán “cerca de US$ 20.000 millones”, vinculados a la producción de oro, plata cobre y litio.
Al respecto, Hensel, llamó a “eliminar obstáculos” para alentar inversiones en el sector, al entender que “si no establecen regímenes tributarios que contribuyan en ese sentido los inversores van a elegir a los vecinos”, como Chile y Perú.
Para Hensel, la minería “puede contribuir mucho a la salida de la crisis: hemos perdido muchas oportunidades y necesitamos inversiones para crecer, producir, exportar y generar divisas, de manera de poder cumplir con los compromisos internos y externos”.
El funcionario de la cartera de Desarrollo Productivo, instó a “generar las condiciones fiscales, regulatorias y ambientales que faciliten la inversión en un sector estratégico, a partir del creciente consenso social que se registra sobre la actividad”.
La industria minera es uno de los ejes productivos que podría generar millonarias inversiones, desarrollo regional, puestos de trabajo genuinos, al punto que el Gobierno estima que de los actuales US$ 3.200 millones de ingresos anuales por exportaciones podrían multiplicarse hasta más de US$ 10.500 millones en los próximos 10 años.
La Secretaría se encuentra desarrollando una mesa de consenso que permitirá antes de fin de año elaborar un Plan Estratégico para el Desarrollo Minero Argentino.
Hensel también aludió a las manifestaciones antimineras en Mendoza, a comienzos de año, con “discursos cargados de slogans contra la actividad y muy poco basados en conocimiento científico objetivo”, y evaluó que “no podemos estar siempre discutiendo la minería, sino cómo la hacemos”.
“Sería absolutamente desatinado no tener en cuenta los recursos disponibles y no ponerlos al servicio de la generación de empleos y riquezas”, sostuvo.
El funcionario alertó que “a corto plazo la minería viene en descenso, como se ve con las exportaciones, y si no revertimos la situación actual vamos a terminar perdiendo dos tercios de esos envíos, que ya son exiguos”.
El secretario consideró, por otra parte, que la ley de Glaciares “es una espada de Damocles sobre la minería”, a la vez que señaló el eventual impacto de la Ley de Humedales.
La subsecretaria de Desarrollo Minero recordó, a su vez, que el programa de Promoción y Reactivación de Inversiones Mineras apunta a un análisis proyecto por proyecto.
“El objetivo es analizar técnica, económica, social, ambiental, territorial, financiera, jurídica y tributariamente aquellos proyectos que presentan un estado avanzado de exploración y, por ende, están próximos a lograr su factibilidad”, detalló Rópolo.
La funcionaria indicó que las inversiones mineras previstas en exploración, construcción y sostenimiento serán de US$ 879 millones en 2020, frente a US$ 1.193 millones el año pasado y US$ 998 millones en 2018.
Los recursos destinados a sostenimiento, explicó Rópolo, dependen “de la reactivación pospandemia”, mientras las tareas de construcción de diferentes escalas “se han visto afectadas y demoradas” por el impacto del coronavirus.
En materia de exploración, en tanto, se espera un descenso del 20% de las inversiones (de US$ 240 millones en 2019 a US$ 192 millones este año, y se concentrarán principalmente en los proyectos de oro, litio, cobre y plata.
Rópolo destacó por último las perspectivas del sector a partir de las 16 operaciones en curso (metalíferas y de litio) y las siete en construcción (con tres ampliaciones en marcha).
Contabilizó además los nueve proyectos en etapa de factibilidad (incluyendo los de Lama Pascua, Potasio Río Colorado y Pachón, con reingeniería de factibilidad); siete en prefactibilidad; 13 con evaluación económica preliminar; 26 en exploración avanzada y 250 en exploración inicial.