Pronunciamiento de la Asamblea Distrital de la Iglesia Metodista.”Nos preocupa seriamente la profundización del modelo de extractivismo que se aplica en nuestro país y en particular en nuestra región. Un modelo tendiente a la expoliación descontrolada de los recursos del suelo y del subsuelo de nuestra tierra y que tras de sí deja ruinas, contaminación y pobreza. Tal es el caso de los “desarrollos” de minería y de explotación hidrocarburífera en las tres provincias que abarca nuestro distrito: la actividad de minería en Andacollo (Neuquén), Sierra Grande y Calcatreu (Rio Negro), y en el caso de Chubut, hay un emprendimiento que se quiere activar en medio de la meseta, cercano a la localidad de Telsen: el Complejo Navidad.”

Documento elaborado por la Asamblea Distrital realizada en Neuquén, el Sábado 21 de Abril de 2018

Creemos que Dios nos llama a asumir una mirada profética que se anime a denunciar las maniobras del mal en medio de nuestros pueblos, siendo buscadores de vida plena para nosotros y para todas las personas.

Los seres humanos fuimos creados por Dios y recibimos la orden de administrar su creación (Gn. 1: 27-30). Sin embargo, vemos con tristeza y preocupación que eso que debemos cuidar y administrar está siendo destruido a un ritmo alarmante. Esta destrucción de la Casa Común que la humanidad habita, obedece a una lógica perversa que busca exprimir los recursos de la Tierra, con el único objetivo de generar ganancias que van a parar a muy pocas manos. A su vez, condenan a gran parte de la población mundial a la miseria y a condiciones ambientales cuyo resultado es la enfermedad y la muerte.

Como pueblo que hemos recibido el mandato de administrar la Casa que nuestro Creador nos ha dado en guarda, hemos participado en un sin número de campañas de concientización ambiental y de saneamiento de espacios verdes. Dichas campañas alientan a tomar conciencia acerca de la necesidad de preservar el espacio que nos cobija. Sin embargo, esos esfuerzos son insuficientes si no asumimos la tarea de denunciar cuál es la lógica que lleva a la destrucción de nuestro ambiente.

En este sentido, nos preocupa seriamente la profundización del modelo de extractivismo que se aplica en nuestro país y en particular en nuestra región. Un modelo tendiente a la expoliación descontrolada de los recursos del suelo y del subsuelo de nuestra tierra y que tras de sí deja ruinas, contaminación y pobreza. Tal es el caso de los “desarrollos” de minería y de explotación hidrocarburífera en las tres provincias que abarca nuestro distrito: la actividad de minería en Andacollo (Neuquén), Sierra Grande y Calcatreu (Rio Negro), y en el caso de Chubut, hay un emprendimiento que se quiere activar en medio de la meseta, cercano a la localidad de Telsen: el Complejo Navidad. Tanto en Andacollo como en Sierra Grande no sólo ha habido conflictos de tipo laboral al acabarse o reducirse el empleo, sino que también hay graves denuncias por contaminación del suelo, del agua y del aire. En ambos casos se trata de minería subterránea, supuestamente de menor impacto ambiental, pero la pérdida de gases y las filtraciones de líquidos con alta concentración de tóxicos sucede de todas formas. En el caso de Chubut hay dos leyes que limitan la actividad minera a cielo abierto, pero la Cumbre Minera realizada en Telsen y la gravísima crisis política y económica que atraviesa la provincia genera más miedo que certeza: rápidamente podemos inferir las presiones y “ofertas” que empresas y capitales transnacionales pueden realizar.

Debemos destacar que en ningún lugar donde ha habido actividad extractiva intensa se ha generado un beneficio económico y un desarrollo notable para las poblaciones. La lógica extractiva tiene por objetivo obtener el máximo de rentabilidad al menor tiempo y costo posible, logrando de esta manera conseguir la maximización de sus ganancias.

Cuando la depredación de los suelos finaliza, las ganancias van por un ducto que tras de sí deja desocupación, contaminación y una tierra devastada. Tal como ocurrió en Veladero, provincia de San Juan. Sentimos además, un preocupante abandono de parte de las autoridades del Estado, que ante cualquier consulta justifican el accionar de las empresas y dan respuestas poco convincentes. A esto se suma la preocupación por la creciente política de represión necesaria para la implementación del modelo extractivo: el accionar de las fuerzas represivas para aplacar el reclamo por la concentración de tierras en Chubut; la represión constante de las comunidades originarias que se está cobrando vidas y la persecución política y judicial a quienes resisten el avance de este modelo de concentración de riquezas. El envío de tropas de fuerzas federales para “cuidar” el fracking en Vaca Muerta, son ejemplos de un avance que nos preocupa cada vez más.

El Apóstol Pablo sostiene que la Creación gime esperando ser redimida (Ro. 8: 21-23). Creemos que Dios nos llama a cuidar la Casa Común. Creemos que Dios nos llama también a tener una mirada amplia, que contemple la realidad del medio ambiente, que tenga en cuenta la realidad de las personas que viven en cercanías de estos proyectos extractivos, que vele por los cursos de agua que nos dan de beber y que deben dar de beber a nuestros hijos, a sus hijos y a las generaciones futuras. Creemos que Dios nos llama a asumir una mirada profética que se anime a denunciar las maniobras del mal en medio de nuestros pueblos, siendo buscadores de vida plena para nosotros y para todas las personas. Esta dinámica mercantilista está teñida de pecado y provoca muerte y destrucción. Creemos que es nuestro deber como cristianos y cristianas que servimos al Dios de la vida, trabajar mancomunadamente alzando nuestras voces de denuncia, e involucrarnos en la búsqueda de un modelo que no sirva al “dios dinero” ni beneficie sólo a unos pocos.

Por la Asamblea Distrital realizada en Neuquén, el Sábado 21 de Abril de 2018,

Pastor Maximiliano A. Heusser
Superintendente Distrital