Las reservas naturales urbanas funcionan como oasis en medio de las grandes ciudades. Estas áreas protegidas constituyen una estrategia fundamental para la conservación a largo plazo de la diversidad biológica y cultural, proporcionando bienes y servicios ecosistémicos esenciales para la sociedad y la vida en general.
Las reservas naturales urbanas funcionan como oasis en medio de las grandes ciudades. Son, además, espacios de conservación de especies nativas, corredores migratorios y lugares óptimos para hacer actividades vinculadas con la naturaleza. Un ejemplo habitual es el avistaje de aves.
También son los espacios elegidos por muchas escuelas e instituciones para impartir a los estudiantes contenidos de educación ambiental. Es que las reservas son también un espacio educativo para toda la comunidad.
Entre varios puntos, pueden aprenderse funciones de los ecosistemas, la importancia de diferenciar especies nativas de exóticas y sus beneficios para el ambiente en general.
Reservas naturales urbanas: algunas de las principales funciones
Estas áreas protegidas constituyen una estrategia fundamental para la conservación a largo plazo de la diversidad biológica y cultural, proporcionando bienes y servicios ecosistémicos esenciales para la sociedad y la vida en general.
Es importante diferenciar a las reservas urbanas de los Parques Nacionales, dado que no tienen semejante magnitud. Pero sí son espacios de mayor envergadura que una plaza, o un parque de la ciudad, ya que está relacionada con alguna formación natural, aunque sea en pequeña escala.
Mientras continúa la tendencia de concentración de la población en las ciudades, uno de los grandes desafíos actuales es diseñarlas para asegurar una calidad de vida adecuada y equitativa de los habitantes.
Algunos beneficios y valores que aportan son:
- Proteger las cuencas hidrográficas y los suelos.
- Colaborar con la regulación del clima.
- Proveer recursos y materias primas, alimentos y medicinas.
- Contribuir al control biológico de plagas y enfermedades.
- Brindar el marco ideal “in situ” para la investigación científica, la educación y la capacitación ambiental.
- Permitir el desarrollo de actividades turísticas y recreativas sustentables que habilitan el desarrollo social y económico local y regional.
- Proporcionar valores culturales, emocionales y espirituales obtenidos de las relaciones del ser humano con los ecosistemas.
- Constituir escenarios de integración de la conservación de la biodiversidad con su uso sostenible.
La importancia del cuidado de los ciudadanos
Cabe destacar también el rol fundamental de la participación ciudadana en el mantenimiento y también en la creación de muchas reservas naturales.
Varias de ellas están ubicadas en predios que estaban abandonados o poco cuidados o donde anteriormente funcionaban otras actividades.
Sin embargo, muchas veces ante los reclamos y el cuidado ciudadano que lograron convertirse en un espacio de conservación y recreación para que disfruten los vecinos.
La Reserva Ecológica Costanera Sur, la primera de la Ciudad de Buenos Aires
Si bien las reservas naturales se pueden encontrar en todos los puntos del país, en los espacios urbanos más poblados es habitualmente en las zonas en las que más cuesta ver.
Un caso a destacar, a modo ejemplo, es la Reserva Ecológica Costanera Sur, la primera Área Natural Protegida de la Ciudad de Buenos Aires, es también la más importante del distrito.
Se extiende por más de 350 hectáreas, sus senderos alcanzan los nueve kilómetros de recorrido y se pueden encontrar especies pertenecientes a tres ecorregiones de nuestro país. Tanto el Delta e Islas del Paraná, el Pastizal Pampeano y el Espinal.
Además, allí se pueden avistar más de 360 especies de aves, lo que representa un tercio de todas las del país.