Cajamarca, Perú – 25/12/06. Después de los choques entre la minera y los campesinos de Combayo, los motivos del enfrentamiento permanecen intactos • La confrontación se desataría otra vez cuando la minera inicie sus operaciones en otras zonas • Los reclamos persisten.
Por César Romero
Fuente: La República – http://www.larepublica.com.pe/content/view/136252/483/

Los comuneros de varias zonas de Cajamarca dispuestos a defender el agua con sus vidas La tumba del comunero Isidro Llanos en el cementerio de Combayo no tiene una cruz o lápida que señale su ubicación. Parece una tumba abandonada y más antigua que las que la rodean, pese a que la muerte de Isidro permanece muy viva en su comunidad.

El 15 de diciembre último, el juez del distrito de Baños del Inca, Juan Alegría Hidalgo, abrió proceso a tres policías acusados de disparar a Isidro Llanos mientras protestaba contra la minera Yanacocha, pero hasta hoy en Combayo, ubicada a unas dos horas del juzgado, nadie se ha enterado de la decisión judicial.

Además, a los comuneros y a la familia de la víctima les importa poco que procesen a los tres policías. Para ellos a Isidro Llanos lo mató Yanacocha. Lo que sí va a preocupar a los campesinos es que tres de sus vecinos también serán investigados por el juez Alegría por secuestrar a un vigilante de la empresa de seguridad Forza al que “retuvieron” durante el enfrentamiento en el que murió Isidro Llanos.

Lo que pasa con el caso del campesino asesinado es una muestra de lo que sucede en Cajamarca: los comuneros se sienten desamparados y resentidos frente al poder de Yanacocha, y eso los puede llevar a tomar la justicia por sus propias manos, generando una lamentable explosión de violencia.

Desarrollo económico
Los 13 años que Yanacocha tiene en Cajamarca han traído prosperidad a la ciudad, donde proliferan modernos hoteles, restaurantes, centros comerciales, locales de diversión, mejores pistas y veredas y probablemente, incluso, mejor agua potable que en el pasado.

Sin embargo, ese boom económico no se siente en las comunidades rurales. Allí la “miniganadería” sigue siendo la principal fuente de riqueza, y, a su vez, la principal perjudicada por la minería.

Por ello, no es de extrañar que sean los pequeños ganaderos los que encabecen las protestas contra Yanacocha y también los que se cuenten entre las primeras víctimas. Además del caso de Isidro Llanos, el pueblo atribuye a Yanacocha la muerte de Edmundo Becerra Cotrina, veterinario, acopiador de leche, ganadero y uno de los líderes de las protestas en San Cirilo contra la minera.

Becerra Cotrina fue asesinado de 17 balazos en Yanacanchilla Alta, supuestamente por los hermanos Rodríguez Chuquimango, que estarían acaparando terrenos en esa zona para venderlos a la mina.

Afectada la ganadería, la única posibilidad de mejora económica es trabajar en Yanacocha o ser amigo de la compañía. La minera se viste de Papá Noel durante todo el año. El 2005, distribuyó 23 millones 400 mil dólares de inversión social en Cajamarca, fuera del canon. Este año la cifra sería muy superior.

La generosidad de Yanacocha es reconocida por el alcalde de Porcón Alto, Sabino Tacilla Infante. “Algunos dicen que me he vendido a Yanacocha, no sé, pero he logrado electrificación, una plaza nueva, el colegio primario, una nueva posta médica y un colegio secundario que está en construcción”, dijo el alcalde.

La gente de prensa e imagen de Yanacocha presenta al alcalde Sabino como ejemplo de las buenas relaciones de la mina con las comunidades ubicadas en su zona de influencia. Pero sobre la contaminación de los sueldos y merma del agua de que hablan otros comuneros, Sabino Tacilla no quiere hablar. “No están seguros si están afectados, puede ser que disminuya el agua por un largo tiempo pero podría ser por el verano”, arguyó, mientras mira la cámara de video con la que Yanacocha registra sus declaraciones a la prensa. Otra de las zonas privilegiadas es el distrito de La Encañada, donde se construyeron un estadio, un coliseo de toros, un hospital y hasta proyectan un propio canal de televisión, pese a lo cual su alcalde no fue reelegido en las últimas elecciones.

La contaminación
En Cajamarca no se aprecia contaminación minera a simple vista. Pero no hay un estudio independiente que lo confirme. Solo están el poder de Yanacocha y la desconfianza de los comuneros.
Yanacocha se esfuerza en mostrar un mundo perfecto. En una visita guiada a la mina, nos mostraron áreas verdes y ganado pastando cerca de las pozas donde discurren el oro y otros metales con altas dosis de cianuro.

Róger Alfonso, encargado del moderno laboratorio de medio ambiente que Yanacocha tiene en la mina, asegura que el circuito cerrado de líquidos que han instalado evita cualquier tipo de contaminación, pero no se atreve a señalar un porcentaje. Sólo admite que se presentan pequeñas fugas, que son rápidamente controladas, para lo que tienen 362 puntos de recojo de muestras de las aguas que salen del área de explotación.

El gerente de relaciones comunitarias de Yanacocha, Lucio Vásquez, señaló que las críticas provienen de sectores que se sienten excluidos, porque la mina no puede satisfacer a todos. Vásquez reconoció que el problema surgió porque pensaron que habría oro por siete años seguidos, pero hoy proyectan quedarse hasta 2017, sin contar nuevos explotaciones en San Cirilo y Carachugo, zona de Combayo y Baños del Inca.

Los otros
Pese a las buenas intenciones de Yanacocha, pocos le creen.
Fortunato Calua Gamarra, representante de los usuarios de los canales de regadío de Quilish, Arcuyo Potrero y Atumayo, aseguró que el agua ha disminuido, que viene grasosa, que los pastos no crecen como antes, que no hay truchas en los ríos y que la minera se niega a que ellos vigilen el bombeo de agua. “La minería aporta, pero sin agua no tenemos vida, nuestras tierras se convertirán en un desierto. Solo nos queda luchar, sabemos que nadie nos apoya, la mina trata de enfrentarnos entre hermanos, pero estamos preparándonos”, declaró Fortunato.

“En el último enfrentamiento nos ganaron porque vinieron los helicópteros, ahora estaremos mejor preparados. El presidente Alan García ofreció que solo habría minería donde el pueblo lo permita, pero estamos solos y nos vamos a defender”, relató. “La mina puede matarme mañana, pero estoy tranquilo porque sé que otros tomarán mi lugar para seguir luchando, estamos preparados para eso y no nos asustan”, dijo por su parte el alcalde de Combayo y pastor evangélico Luciano Llanos Portal. Llanos Portal es considerado hoy probablemente el enemigo Nº 1 de Yanacocha o, el segundo, si se incluye en la lista al párroco y director de la ONG Grufides, Marco Antonio Arana, con lo se tiene un pastor evangélico y un cura católico luchando codo a codo en defensa del medio ambiente.

Llanos tampoco cree en Yanacocha. “Si todo lo hicieran bien como dicen porque se niegan a la fiscalización y que se hagan estudios de afianzamiento hídrico para proteger el agua que irriga nuestros campos”, afirmó. Luciano relató que cuando sale de su caserío, a donde llega lo están esperando un policía y un fiscal para ver qué hace. “Los policías me dicen que están para 'cuidarme', espero que así sea”, dijo con ironía.

Precisiones
PROYECTOS. Minera Yanacocha tiene previsto ampliar en los próximos dos años la explotación a la zona de San Cirilo y Combayo, donde murieron Edmundo Becerra e Isidro Llanos.

ESTADO. El Estado no aparece en Cajamarca, ni para controlar a Yanacocha, ni para organizar y administrar el desarrollo que la minera podría generar en esa zona, una de las más pobres y desprotegidas del país, pese a su riqueza.

Cajamarca es una olla de presión
Entre las comunidades y la mina hay una olla de presión a punto de explotar, dijo el coronel PNP Alfonso Chávarri Estrada, jefe de la región policial de Cajamarca. “Hay mucha tensión, falta de comunicación y de diálogo entre los comuneros y la empresa minera. Los comuneros tienen sus intereses y la empresa tiene que escucharlos y entrar a una negociación y sobre todo saber cumplir sus promesas. Ellos (Yanacocha) son responsables de los reclamos, porque no cumplen los tratos que han realizado”, afirmó.
“Los comuneros son gente ingenua y muy influenciable. Nosotros buscamos ser imparciales, no inclinarnos a favor de la mina, ni de la empresa privada, ni tampoco vamos a permitir que los manifestantes hagan lo que les venga en gana o tomen la ley con la mano”, dijo: “Muchas veces los manifestantes aceptan dialogar, pero la mina no, así que he tenido que insistir para que hablen”.
El coronel Alfonso Chávarri se muestra preocupado porque el conflicto entre la minera y las comunidades escale en más violencia, luego del asesinato de Isidro Llanos. El jefe de policía señala que el desarrollo económico que ha traído la minera a Cajamarca también ha aumentado los niveles de violencia social. En el último año, la policía decomisó 15 pistolas, 40 revólveres, seis escopetines, cinco escopetas de retrocarga, dos fusiles de guerra, granadas, munición de diverso calibre y explosivos, en diversos lugares de Cajamarca.