Convencidos, como estamos, de que la matriz energética que un país adopte tiene relación directa con el modelo de desarrollo al que adhiera, defenderé, junto a mis compañeros y compañeras de la Mesa provincial No a las Represas (Misiones, Argentina), un modelo de desarrollo sustentable, ningún otro, en el que no caben ni las megarepresas ni las peligrosas nucleares como la que se pretende hacer en Formosa. La Organización Mundial de la Salud (OMS)recomienda “no hacer represas entre los paralelos 30 de latitud norte (Subtrópico de Cáncer) y 30 de latitud sur (Subtrópico de Capricornio)”. Misiones se encuentra entre los paralelos 25 y 27. Totalmente dentro de lo que la OMS considera “zona de altísimo riesgo sanitario”.

Por Raúl Aramendy publicado en Territorio Digital

Señor Director:

Somos de los que cuando algo nos parece injusto, inconveniente, inviable, depredador, injustificado, inmoral y todas esas cosas protestamos y, a la vez, proponemos. Por ello trataré de esbozar, en cinco artículos, nuestros argumentos, construidos con solidez y rigor técnico y científico para oponernos a que se construyan nuevas megarepresas en esta región, se llamen Panambí, Garabí, Corpus o de cualquier otra manera.

Voy a comentar que tenemos propuestas muy elaboradas y validadas científica y técnicamente también. Lo que nos lleva al segundo punto: existen otras alternativas mejores para generar electricidad.

Convencidos, como estamos, de que la matriz energética que un país adopte tiene relación directa con el modelo de desarrollo al que adhiera, defenderé, junto a mis compañeros y compañeras de la Mesa provincial No a las Represas, un modelo de desarrollo sustentable, ningún otro, en el que no caben ni las megarepresas ni las peligrosas nucleares como la que se pretende hacer en Formosa.

Hablaré de lo legal de nuestra lucha. De cómo las leyes nos amparan para frenar el desatino del Gobierno Nacional (con apoyo de una minoría de misioneros) de querer imponernos nuevas megarepresas como si el sacrificio de esta región con Yacyretá hubiera sido poco.

Y por último, mientras organizamos la marcha de septiembre contra las represas, por la vida, la libertad de nuestros ríos y la exigencia de un Plebiscito ya ( para que sea la ciudadanía misionera quien resuelva la cuestión, soberana y democráticamente), mostraré y festejaré a una Misiones que se ha puesto de pie y que comenzó a andar y nada ni nadie la detendrá. A Misiones realizando una misionerada en defensa de la vida, la salud y la sostenibilidad, por nosotros, nuestros hijos, nuestros nietos y los nietos de nuestros nietos.

Resumiendo: tenemos buenos argumentos. Existen otras alternativas mejores; queremos un modelo de desarrollo sustentable, para Misiones y para la Argentina. Las leyes nos amparan y Misiones se está poniendo de pie para hacerse respetar.

Estoy totalmente convencido de que este es un tema crucial que nos atañe a todos y todas, y que ya es hora de que el pueblo recupere su palabra y no la delegue más a nadie.

Entre los buenos argumentos que tenemos para decir que generar electricidad haciendo represas es una de las peores opciones posibles, está el tema sanitario y de salud.

La mayor parte de nosotros no hemos oído la palabra esquistosomiasis. Es el nombre de una grave enfermedad, aún sin cura hoy día, que está tan íntimamente relacionada con las represas que también se la conoce como “la enfermedad de las represas”.

Aunque no es la única enfermedad que se propaga de la mano de las represas es, sin dudas, la más grave.
No hace muchos años no existía en América latina. Llegó al continente de la mano de las represas y de la mano de las represas se ha extendido tanto que ya la tenemos acá nomas, a 100 kilómetros de nosotros, en un lugar al cual concurren muchos turistas misioneros en el verano, San Francisco, en Brasil. ¿Llegará a nosotros? Si seguimos construyendo represas en esta región no podremos evitarlo.

Llegará con su secuela de derrames internos y debilitamiento que conducen, incluso, a la muerte.

Las megarepresas de Yacyretá, Itaipu y otras más de 20 sobre el Río Uruguay y sus afluentes en territorio brasileño ya han creado una zona de riesgo. El vector, un caracolito de un milímetro, aunque aún no infectado, ya fue detectado por la Universidad en cursos de agua de Misiones y Corrientes. ¿Cuánto tardará en infectarse? Cada visitante de una zona en Brasil donde la enfermedad ya llegó es un potencial transmisor de la enfermedad para el caracolito. Pies en el agua allá más pies en el agua acá podrían lograrlo. Y una vez que los caracolitos vectores tengan la enfermedad, ¿cuánto tardarán en transmitírsela a los humanos? A veces la irresponsabilidad sanitaria que asumen los funcionarios bajo el engañoso paragüa del “desarrollo” y la “modernidad” a cualquier costo y de cualquier manera nos hace sentir muy desprotegidos. Nos ocultan estas cosas y sólo se preocupan, como con el dengue, una vez que se ha instalado entre nosotros.

Las represas traen otras enfermedades como la malaria, el nombrado dengue o la leishmaniasis. Si, la leishmaniasis, hoy con más prensa que la esquistosomiasis a causa de que más del 50% de los perros de la ciudad de Posadas (un su momento unos 50.000, hoy menos por el uso de diferentes métodos de eliminación o por haber sido víctimas de la enfermedad) y miles más en todo el interior de nuestra provincia padecen leishmaniasis canina, forma que puede mutar, con mucha facilidad, y ya lo ha hecho, en leishmaniasis visceral, la que ataca al ser humano, con graves consecuencias.

En Posadas, en Misiones, ya tenemos personas muertas a causa de esta leishmaniasis visceral. Una herencia de las represas que ya hicimos y que podría agravarse aún más si permitimos que se hagan Panambí y Garabí, o cualquier otra.

Son éstas y otras, las razones que obligaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo de Naciones Unidas, a declarar que “hay que partir del principio de que el desarrollo económico no debe deteriorar la salud ni causar enfermedades” (principio básico de la OMS) y a recomendar “no hacer represas entre los paralelos 30 de latitud norte (Subtrópico de Cáncer) y 30 de latitud sur (Subtrópico de Capricornio)”.
Misiones se encuentra entre los paralelos 25 y 27. Totalmente dentro de lo que la OMS considera “zona de altísimo riesgo sanitario”.

Hacer represas en estas latitudes es montar una “bomba biológica” dice la OMS.

Raúl Aramendy