Sería la campaña que estarían planeando los empresarios trasandinos para conquistar el mercado argentino. Esta semana, los productores repartieron manzanas en protesta en Plaza de Mayo. En lo que va del 2016 ingresaron 700 mil kilos de manzanas trasandinas y la tendencia continúa en ascenso. En el Alto Valle de Río Negro hay un fuerte debate en torno a la explotación de petróleo con la tecnica de fraking en las chacras. El bajo precio de la fruta obligó a los chacareros a alquilar sus tierras a empresas de gas y petróleo en valores que rondan los 135 mil pesos por año.
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Fuente: Clarín
La manzanas chilenas van ganando cada vez más espacio en el mercado nacional. Según confirman fuentes de las cámaras de Río Negro y Neuquén ahora podrían comenzar a entrar con una denominación de origen que indicaría: “Manzana libre de fracking”. La estrategia publicitaria ya fue anticipada a algunos de los productores del Alto Valle y temen que una acción de marketing de este tipo resulte un golpe letal para su negocio. “Podría fin a nuestra manzana”, reconoce un productor de General Roca. “Etiquetar con eso sería jaque mate”, concluye el trader de una multinacional que opera en el Alto Valle.
En la región hay un fuerte debate en torno al uso del fraking en las chacras. El bajo precio de la fruta obligó a los chacareros a alquilar sus tierras a empresas de gas y petróleo en valores que rondan los 135 mil pesos por año. Una cifra que puede duplicar lo que saca un productor en 10 hectáreas cultivadas. En Europa y Oriente, donde abundan los sectores premium, los consumidores empiezan a rechazar la fruta cultivada en las cercanías de los pozos petroleros por miedo a su contaminación. En las chacras del Valle es común observar cigüeñas entre los frutales. En la última década el avance de la industria petrolera en zonas de producción se ha vuelto innegable. La senadora Magdalena Odarda (ARI), junto a organizaciones anti Fracking de Allen, General Roca y Cipolletti, denuncian el reemplazo de una matriz productiva por otra. “Los productores se encuentran solos, sin ayuda, padecen graves problemas económicos y están siendo olvidados”, dice Odarda.
Según la consultora Gabinete MAG en lo que va del 2016 ingresaron 700 mil kilos de manzanas trasandinas. Pero la tendencia continúa en ascenso por lo que se espera que de aquí a diciembre el total supere las dos toneladas. El mercado nacional es muy apetecido por los chilenos -por volumen y precio- quienes estarían diseñando campañas de alto impacto para imponer sus productos. “Fruta Libre de Fracking” y “Manzana Libre de Fracking”, serían las dos denominaciones de origen que traerían los cajones de 19 kilos, informan.
El precio mayorista de la caja de 19 kilos de manzana chilena cuesta 300 pesos. Es decir, 15,7 pesos el kilo. El mismo que se paga por el kilo nacional de calidad alta en el Mercado Central. Sin embargo, la industria chilena desde el 2001 hasta hoy, ha impulsado el cultivo de variedades destinadas a ofrecer un mayor impacto en las góndolas como las Jazz, Honeycrisp y SweeTang. Estas comienzan a ganarle terreno a las tradicionales galas que ocupan unas 13 mil hectáreas de las cerca de 40 mil que tienen en producción. Se las define como manzanas luminosas, de colores intensos y textura crocante que trasladan al consumidor una experiencia más “caramelo” que frutal.
“Nos ganan con el color, es una manzana linda de ver. Pero en sabores somos mejores, más dulces, nuestro sabor es más entero. Las manzanas chilenas son más agrias”, explica Sebastián Hernández, presidente de la Cámara de Productores de Allen, que estuvo el martes repartiendo fruta en Plaza de Mayo. “Son los mismos supermercados y hasta grandes empresas frutícolas las que están comprando en Chile”, detalla Hernández.
La Argentina tiene una superficie de cultivo de 60 mil hectáreas. Pero todavía se encuentra atada a variedades menos atractivas desde lo visual. “Chile tiene una aptitud edafoclimatica (suelo y clima) muy difícil de igualar en otras partes del mundo. El clima, cálido de día y frío de noche, hace que cualquier manzana adquiera mucho más fácilmente color. Es la cordillera la que provoca este fenómeno. En la Argentina las manzanas tienden a tener menos color pues se desarrollan en un desierto plano, que no tiene mucha diferencia térmica. Allí deben elegir variedades nuevas que coloreen fácilmente para seguir en el mercado”, explica un ejecutivo italiano.
En Chile el proceso de producción de manzana es completamente industrial y los “robots” y maquinarias de recolección predominan por sobre el trabajo hecho a mano. En el Alto Valle producir manzanas representa un estilo de vida. Unas 70 mil personas viven gracias a su cultivos. “He estado en Chile varias veces observando su desarrollo y es excelente. Pero su sistema no es como el nuestro. Bajaron sus costos laborales, su proceso es industrial, es muy distinto”, explica Edgardo Kristensen, productor de Cipolletti.
En la actualidad la Argentina produce unos 900 mil toneladas de manzana, contra el 1,3 millones de toneladas de Chile.