Incapaz de complacer su apetito por las materias primas, China tiene dos megaproyectos mineros en el norte de Canadá para satisfacer sus necesidades de zinc, pero podría, según los ambientalistas, poner en peligro el medio ambiente de la región, pero especialmente a los alces ‘caribú’.

Fuente: NTN24
En el subsuelo circundante a los lagos Izok y High en el territorio de Nunavut, en el Ártico, se presume que abunda el zinc, y las compañías se apresuran a construir la infraestructura para transporte y perforación.

MMG, una filial australiana de la empresa pública China Minmetals de China, desea construir un complejo minero de unos dos mil millones de dólares.

Exigir modificaciones al plan

Las inquietudes del impacto ambiental por el proyecto, pero sobre todo por los alces, un símbolo en Canadá son numerosas y el gobierno de Otawa estudia actualmente los medios de realizar un estudio de impacto en esa zona remota.

Una de las soluciones podría ser exigir modificaciones al proyecto chino.

Todo el desarrollo se encuentra supeditado a la luz verde del gobierno de Ottawa, que ha endurecido las normas sobre inversión extranjera desde la adquisición récord realizada hace un mes, de 15.100 millones de dólares, del décimo grupo petrolero canadiense por parte del gigante petrolero estatal chino CNOOC.

El proyecto de la MMG “podría tener consecuencias especialmente negativas para el ecosistema”, ha advertido el Ministerio Federal de Medio Ambiente.

El destino del alce ‘caribú’ es “un problema importante” que debe ser tenido en cuenta, reconoció una portavoz de la MMG, Sally Cox.

La iniciativa de la MMG proyecta la construcción de diques y drenaje parcial de varios lagos para acceder a los yacimientos de zinc, pero también para construir una pista de aterrizaje. A ello se añaden cientos de kilómetros de carreteras y 60 puentes.

Se prevé además un puerto de aguas profundas en la costa del Océano Ártico: a través de la fusión del hielo que acelera el calentamiento global, el paso del norte a oriente, es de hecho considerado como una ruta ideal para permitir que barcos lleguen rápidamente hasta Asia por el extremo norte.

Los inversores chinos esperan extraer cada año durante 12 años, 180.000 toneladas de zinc y 50.000 toneladas de cobre.