La Montaña de Cáceres volvió ayer a latir con fuerza en la Plaza Mayor, en una metáfora visual lograda con los tambores de Santuka y los aplausos rítmicos de unas 3.000 personas que participaron en la manifestación contra la mina a cielo abierto de litio. Acudieron representantes de plataformas en contra de otras explotaciones mineras en España.
Fuente: Hoy, foto EuropaPress
A la Plataforma Salvemos La Montaña de Cáceres no le sirve el que la mayoría de los políticos digan que la mina no se va a hacer, recuerdan que sigue tramitándose ante la Junta de Extremadura el permiso de explotación minera, la autorización ambiental unificada y un nuevo permiso de investigación. «Hasta que estos procedimientos no estén cerrados de forma definitiva, no puede la sociedad cacereña confiarse y bajar la guardia», aseguran.
Por ese motivo se celebró ayer la anunciada manifestación, que salió a las seis de la tarde desde la Cruz de los Caídos. Según la Policía Nacional, en ese punto había unas 2.200 personas.
Sin parar de gritar: «¡No a la mina. Sí a la vida!» o «¡No a la mina. La mina contamina’, numerosas personas tomaron las calles hasta llegar sobre las siete de la tarde a la Plaza Mayor. Entre los asistentes se pudo ver a concejales del PSOE, CáceresTú y, según Efe, del PP, así como a miembros de otras plataformas en contra de minas en Valencia de Alcántara, Ávila y Salamanca.
Antes de empezar la manifestación se hizo una escenificación del ‘alma de Valdeflores’, el paraje de La Montaña en el que se quiere excavar la mina a cielo abierto. Dos deportistas trajeron de esa zona ramas de tomillo, romero y olivo que plantaron en dos macetas. Luego, fueron llevadas por niñas en la cabeza de la manifestación acompañados por seis personas vestidas con túnicas blancas.
Al llegar a la Plaza Mayor, la actriz Maruchi León recordó que la Plataforma en defensa de La Montaña es apolítica. Se dio lectura a textos reivindicativos por parte de diferentes intervinientes, entre ellos Inés Corraliza, quien dijo que el coche eléctrico no es limpio si necesita para su funcionamiento de minas de litio como la de Cáceres que contaminan, mientras que Jorge Riechman, profesor de Filosofía en Madrid y escritor, señaló que ahora se abren más minas que nunca porque «estamos viviendo el final de una época». Aseguró que de nada sirve gritar ‘no a la mina’ si no se cambia de estilo de vida. «Hay que evitar el derroche consumista y vivir bien con menos si no queremos ser la última generación sobre la Tierra», vaticinó.
Despidió el acto Montaña Chaves con una poesía que animaba a todas las mujeres que comparten este nombre a descubrir su origen, e ir con otros cacereños a la ‘Montaña Mágica’. «Recuperemos entre todos el latido verde de su corazón,/ para que siga viva,/ para que nunca muera».