Raro, muy raro (por la poca información aportada), es el proyecto de extraer tierras raras en Ciudad Real. Y alto, muy alto y fuerte, es el grito de rechazo que la mayoría de sus vecinos están lanzando para evitar un desastre ambiental sin precedentes.
Fuente: 20 Minutos
Los nuevos cazatesoros buscan tierras raras, esos poco habituales elementos metálicos necesarios en la fabricación de cacharrería tecnológica como ordenadores, televisores, sustancias fluorescentes, generadores eólicos o imanes para los coches híbridos. Y los han encontrado en La Mancha cervantina. Especialmente en la comarca del Campo de Montiel.
No es el coltán, pero casi. Se trata de monacita, pequeños cristales minerales de color pardo. Que además de tóxicos son radioactivos, entre otros graves problemas como el consumo despiadado de agua necesario para su extracción, el ruido, polvo y contaminación generados por la futura planta de tratamiento, o el destrozo de unos parajes naturales fundamentales para especies amenazadas como el lince ibérico o el águila imperial.
Lo más grave es hipotecar el futuro de las próximas generaciones con iniciativas mineras cuya filosofía es la de “pan para hoy y hambre para mañana”. Acuchillando su agroeconomía tradicional, basada en el olivo y el viñedo, porque ¿quién comprará aceite y vino de estos lugares?
Otros lo ven de otra manera: un mineral valioso, unas minas y más trabajo. ¿Dónde está el problema?
El problema es la falta de información, pues sus promotores saben que cuanta más participación ciudadana haya, más puntos oscuros quedarán al descubierto. Por ello sólo han buscado el beneplácito de las autoridades regionales y locales, siempre sedientas de buenas noticias económicas a corto plazo.
Nadie hacía muchas preguntas. Hasta ahora.
Empujados por una ciudadanía crítica, valiente, tenaz, agrupados en la Plataforma Sí a la Tierra Viva, numerosos ayuntamientos han comenzado por fin a mostrar su rechazo. A exigir garantías y compromisos serios. A poner en duda si este modelo de desarrollo es el que quieren sus vecinos o sólo los banqueros de sus vecinos.