La plataforma Salvemos Cabana ha denunciado hoy que la mina en la que se inspiraba el proyecto para Corcoesto, Boinás-El Valle, acaba de recibir una fuerte sanción de casi 85.000 euros.
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Fuente: EFE
La mina de oro asturiana de Boinás-El Valle, operada por la canadiense Kimbauri Gold, y empleada constantemente como referencia de “sostenibilidad medioambiental” por parte de la filial gallega de Edgewater, fue visitada por varios afectados por la explotación minera propuesta para Corcoesto por iniciativa de Edgewater.
La empresa canadiense ha propuesto a los vecinos de la zona de Bergantiños que visitasen el ayuntamiento de Belmonte para observar cómo se convivía allí con el proyecto y aceptar el que estaba pensado para esta comarca gallega.
Sin embargo la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) ha hecho pública una dura sanción económica por contaminar gravemente el río Cauxa con metales pesados, cianuro y otros elementos químicos peligrosos, según relata Salvemos Cabana en un comunicado.
Esto ha sido posible gracias a la denuncia de la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies que ha hecho pública la información remitida por la CHC a principios de febrero en respuesta a los vertidos de aguas residuales procedentes de la actividad de la explotación y la planta de cianuración situadas en Belmonte, principal proyecto aurífero de la Península Ibérica.
Así, Kimbauri Gold tendrá que hacer frente, de acuerdo al expediente, a una sanción de 30.000 euros de multa y otra de 54.389 para indemnizar los daños producidos al dominio público hidráulico, y todavía está pendiente de resolución un nuevo proceso sancionador.
La resolución administrativa no deja lugar a dudas, pues se han incumplido de manera grave y reiterada los valores límites de emisión de vertido impuesto en la Autorización Ambiental Integrada de la explotación, otorgada por el Principado de Asturias el 29 de abril de 2008, de nuevo según Salvemos Cabana.
Así, tal como confirma el escrito, “la mayoría de las sustancias que incumplen las condiciones de la autorización son sustancias peligrosas, tal como se recogen en el RD 60/2011, de 21 de enero, sobre las normas de calidad ambiental en política de aguas”.
Además, “según los resultados de los años 2010 y 2011 el río Cauxa no alcanza el buen estado ecológico ya que se detecta habitualmente la presencia de selenio en concentraciones que superan la Norma de Calidad Ambiental”.
“Queda patente que la realidad desmiente la campaña promocional y certifica que la decisión de cancelar del proyecto fue la más apropiada por parte de la Xunta pues en este tipo de minería con sustancias tóxicas los perjuicios son siempre mucho mayores que los teóricos beneficios y los impactos son inasumibles a nivel social y ambiental, como se ha demostrado”, concluye la plataforma.