Barrick llegó para saquear a Cotuí y la República Dominicana con el amparo, el beneplácito y la conciencia clara de Leonel fernández y el congreso, a pesar de los escándalos producidos en los países en donde opera. Dios, Patria y Libertad: El crimen de la Barrick se cometió en sus nombres.
Fuente: La Nación Dominicana
Santo Domingo, República Dominicana – 03/02/2010. Bajo el lema de Dios, Patria y Libertad, palabras que honran el escudo nacional, y que simbolizan la esencia y ser de la nación dominicana, el presidente Leonel Fernández Reyna entregó a precio vil al consorcio internacional Barrick Gold, la mina de oro de Cotuí, al solicitar a los legisladores la aprobación del contrato leonino que permitirá a la multinacional llevarse la riqueza del país y dejar de paso un ambiente de destrucción y desolación.
Parecería que Dios le otorgó la Patria potestad para tener la Libertad de hacer con esta nación lo que desee al mandatario dominicano, a juzgar por la comunicación enviada al Congreso, cuyo párrafo final indica de quién fue la idea de regalar el tesoro que encierra en sus entrañas el pueblo de Cotuí.
“Espero que los Honorables Legisladores impartan su voto aprobatorio al Acuerdo de Enmienda al Contrato Especial de Arrendamiento de Derechos Mineros que someto a su consideración, cuya ejecución contribuirá grandemente a equilibrar la balanza de pago del país; así como a mejorar sus finanzas públicas”, lo que se apresuraron, cual rebaño de borregos, a aprobar los legisladores peledeístas y por qué no decirlo, también muchos de la oposición.
Lo que no dijo ni explicó el mandatario a los legisladores es que en el negocio entreguista de la Barrick Gold, están involucrados poderosas personalidades, cuyo prontuario personal y profesional deja mucho que desear, pues han sido acusados de estar ligados al narcotráfico, tráfico de armas, fraudes bancarios, guerras, entre otras lindezas.
Para comenzar, el presidente de la Barrick Gold es Peter Munk, judío húngaro, nacionalizado canadiense, quien fundó la empresa Barrick Gold, con dinero provisto por el narcotráfico (lavado de activos), a través de su socio Adnan Kashoggi, árabe conocido internacionalmente por sus negocios fraudulentos, especialmente el tráfico de armas y el lavado de activos producto de actividades criminales.
En 1989, Kashoggi fue arrestado por las autoridades suizas por un fraude relacionado con el régimen del extinto presidente Marcos, de Filipinas, logrando la libertad bajo fianza de cuatro millones de dólares, pagados por su socio Peter Munk. El multimillonario árabe estuvo involucrado en el famoso escándalo Irán-Contras, en 1986, que consistía en el trueque de armas y drogas entre Irán, Israel y Nicaragua, auspiciado por el gobierno de Estados Unidos, y del no menos famoso escándalo del desastre financiero del Banco de Crédito y Comercio Internacional. Kashoggi fue el artífice del peor escándalo financiero de que se tenga memoria, al estafar por más de 20 billones de dólares a los accionistas y ahorrantes del Banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI), que operaba en 78 países con cerca de 400 filiales, y sus conexiones llegaban a importantes bancos suizos y a la CIA, dirigida en ese momento por George Bush, padre.
Y precisamente, otro de los socios y accionistas de la Barrick Gold Corporation es el archifamoso ex presidente norteamericano George Bush, quien entra al negocio de la Barrick, al vender la mina de oro Goldstrike, en ese momento propiedad del gobierno de Estados Unidos. Munk pagó por esta negociación 63 millones de dólares, cuando su valor real en oro es de 10 mil millones de dólares. Bush es uno de los principales testaferros y cabilderos de la Barrick y su cargo es el de asesor honorario de la junta internacional de la empresa, y a él se atribuye haber convencido al mandatario dominicano para hacer el negocio, quién sabe con qué ofrecimientos.
En su caso, es la reiteración de una vieja práctica familiar, dado que su antecesor fue enjuiciado en Estados Unidos durante la segunda guerra mundial por haber negociado con Adolfo Hittler, aun en contra de su propio país, en ese momento en guerra contra el fascismo alemán.
En la lista de socios y accionistas de la empresa multinacional se encuentra también el ex primer ministro canadiense Brian Mulroney, cuyo cargo es el de asistente de Bush en la junta internacional. Gustavo Cisneros el segundo hombre más rico de América Latina y magnate de las comunicaciones en Venezuela, es otro de los socios de Munk en la Barrick Gold Corporation, quien ha estado supervisando las negociaciones de la multinacional en el país, en donde también tiene importantes inversiones en el área turística, con grande extensiones de terreno en el Este, conseguidos gracias a su influencia con el gobierno.
Es decir, que el Presidente Fernández, quien no ha dicho esta boca es mía a los cuestionamientos que se le hacen por la entrega irresponsable de este tesoro, es realmente el único gran responsable de este mamotreto que perjudica grandemente al país en el área económica y en lo que al medio ambiente se refiere, la región del Cibao corre el riesgo de desaparecer tragada por la contaminación producida por la extracción, no sólo del oro, sino también de plata y cobre, debido a los sulfuros y al mercurio, letales para la vida humana y animal, y qué no decir de las aguas y el aire.
Económicamente el gran negocio, que refiere el mandatario dominicano, no aparece y aunque en su comunicación Leonel Fernández expresa que “ayudará a equilibrar la balanza de pago nacional”, lo cierto es que, conforme al contrato aprobado, nuestro país no recibirá durante años, si es que los alcanza, luego de que los inversionistas extranjeros, recuperen “la inversión” por ellos realizada, ningún beneficio. Todo lo contrario, les serán deducidas las inversiones que por ley deberian hacer los concesionarios para mitigar el daño ecológico y medio ambiental.
Por ejemplo, la producción anual estimada de oro es de un millón de onzas, que al precio actual de mil veinte dólares la onza, deja un beneficio de mil 20 millones de dólares, y el contrato estipula un 5 por ciento de las ganancias para el país, lo que significa 59.11 millones de dólares y la Barrick se lleva mil 123 millones, lo que lleva a preguntar cuáles fueron los motivos o qué se le ofreció a Leonel Fernández para que llevara a cabo la negociación.
Lo único cierto de todo es que la Barrick llegó para saquear a Cotuí y la República Dominicana con el amparo, el beneplácito y la conciencia clara de Leonel Fernández y el Congreso, a pesar de los escándalos producidos en los países en donde opera.
El mandatario abre otra página de sentido y carácter funesto en la historia de República Dominicana. Eso sí, que luego no haga lo que acostumbra, actuar como “la gatica de María Ramos, que tira la piedra y esconde la mano”.