La noticia ha dado la vuelta al mundo. Wikileaks revela nuevos cables diplomáticos que dan cuenta de reuniones entre representantes de las principales empresas mineras que operan en el Perú y los embajadores de los Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Suiza y Sudáfrica, precisamente los países de donde provienen las principales inversiones mineras.
Fuente: CooperAcción
02/02/2011. Según el cable, en la reunión estuvieron presentes los directores de Antamina, Yanacocha, Quellaveco, Barrick y BHP Billiton. Si bien a estas alturas a nadie le puede sorprender una reunión entre embajadores y empresas mineras, sí llama la atención hasta dónde pretenden ir los pedidos que en realidad son exigencias: el cable señala que los ejecutivos mineros plantearon que se exija al gobierno peruano que roten a los maestros incómodos; que lo mismo se haga con la Iglesia Católica para que cambie a los obispos que apoyan a las comunidades; que las ONG tienen la culpa de todo y mejor si se van del país.
Una de las conclusiones de la reunión alude a la información que manejan las empresas: se dice que en espera de la información clave que puedan proveer las mineras, los representantes diplomáticos están dispuestos a reunirse con el gobierno, la Iglesia Católica y los líderes de los partidos políticos. Como ha sido difundido en la prensa en varias ocasiones, gran parte de la información clave que manejan las mineras proviene de las actividades de empresas como Business Track.
Por supuesto hay evidencias que luego de abordar los temas mencionados varios de los presentes pasaron a la acción: allí está el operativo contra el sacerdote Marco Arana, las grabaciones de conversaciones y correos de funcionarios de las ONG, el comportamiento parcializado de ministros, las campañas en medios de comunicación del gobierno y la Sociedad Nacional de Minería, los maestros hostilizados y rotados de sus puestos, los cientos de dirigentes judicializados las leyes de criminalización de la protesta y un largo etcétera.
La información difundida confirma que estos señores se sienten los dueños del Perú. Además, los cables revelan con crudeza la estrategia central que despliegan las empresas para enfrentar los conflictos: el objetivo es sacar del camino a los actores incómodos.
Hace años que las mineras pretenden acabar con las resistencias de poblaciones en los términos que el cable revela. No les resulta pero persisten, llevando al país a una situación de polarización y mayor tensión social. Hay motivos para estar preocupados: los años pasan y siguen haciendo lo mismo.
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