El presidente regional de Arequipa en ejercicio, Aarón Maldonado, intentó sin mayores resultados, conformar la mesa técnica que debe analizar el Estudio de Impacto Ambiental del proyecto minero Tía María. Para ello se reunió con diversos dirigentes de la provincia de Islay, intentando persuadirlos que retomen el diálogo con el gobierno nacional y la empresa minera Southern Perú.

 

 

 

Fuente: Cooper Acción
14/09/2010. Maldonado no logró convencer a la población y sus autoridades de retomar el diálogo, por lo que recomendó a la Presidencia de Consejos de Ministros, aplazar el proyecto hasta después de las elecciones a fin de evitar politizar el debate.

Ricardo Quispe, dirigente de la Confederación General de Trabajadores del Perú de Islay, aseguró que existe el consenso en las bases para exigir la salida definitiva de la empresa. También se ha señalado que si la empresa no se retira podrían iniciar una huelga indefinida como medida de fuerza.

El representante de la CGTP aclaró que ni el gobierno regional ni el nacional, han cumplido el compromiso pactado en abril pasado con los pobladores, de declarar intangibles las lomas de Islay y la construcción de la represa de Paltiture. Quispe calificó como provocador la reciente publicación de petitorios mineros (uno en Punta de Bombón y dos en Cocachacra).

Por su parte, el presidente del Frente de Defensa de los Intereses de Cocachacra, Pepe Julio Gutiérrez, solicitó al presidente regional de Arequipa contratar un equipo técnico especializado para que evalúe el Estudio de Impacto Ambiental, lo cual podría aclarar aspectos claves del conflicto creado en torno al proyecto Tía María.

Gutiérrez señaló que buscan contar con argumentos y opiniones técnicas no solo desde el punto de vista ambiental y minero, sino también en lo económico a fin de evaluar de manera integral los impactos del proyecto minero en la provincia.

En un intento por darle viabilidad al proyecto Southern descartó el uso de agua superficial del río Tambo, asegurando que sus operaciones no afectaran la actividad agrícola, debido a que el proyecto Tía María utilizará agua desalinizada de mar. En oficio dirigido al MINEM, la empresa se comprometió a instalar una planta desalinizadora.