Entre las amenazas latentes está la contaminación de la cuenca del río Papaloateno, que desemboca en el río Zempoala y que abastece a más de cinco comunidades, afirman activistas de Tetela, en el estado de Puebla. Este domingo, distintas organizaciones ciudadanas y el ayuntamiento convocaron a una asamblea en el Palacio Municipal que reunió a más de 120 personas, las cuales acordaron impedir por todas las vías lícitas la exploración y explotación de la mina de Tetela.
Fuente: diario El Internacional
15/07/2012. Hace tres años la minera Frisco -propiedad de Carlos Slim Helú- se asentó en Tetela de Ocampo, municipio enclavado en la Sierra Norte de Puebla. Desde hace tres meses opera con un proyecto de explotación a cielo abierto para la obtención de oro.
Este domingo, distintas organizaciones ciudadanas y el ayuntamiento convocaron a una asamblea en el Palacio Municipal que reunió a más de 120 personas, las cuales acordaron impedir por todas las vías -primariamente la legal- la exploración y explotación de la mina de Tetela.
Por ahora, los daños parecen menores en comparación con el diagnóstico que han pronosticado las agrupaciones Tetela hacia el Futuro AC y Puebla Verde, pues momentáneamente se han derribado decenas de árboles, creado nuevos caminos, perdido vegetación y ejecutado 100 perforaciones en el cerro Espejera.
No obstante, entre las amenazas latentes se perfila la contaminación de la cuenca del río Papaloateno, que desemboca en el río Zempoala y que abastece a más de cinco comunidades.
“Con ello -explicó el activista de Puebla Verde, Sergio Mastretta- se extinguirían las alternativas de riego, el campo se estancaría y lo más grave: las familias tetelenses no tendrían más líquido vital”.
Los 120 habitantes colocaron su rúbrica en un escrito de oposición que será entregado a las autoridades ambientales de los niveles estatal y federal para que intervengan en el caso.
Programa de reordemaniento
Marco Antonio Uribe Peña, presidente municipal de Tetela de Ocampo, advirtió que de los 25 mil habitantes que actualmente radican allí, un total de 15 mil están en riesgo inminente por los trabajos de explotación minera.
Las comunidades más vulnerables son La Cañada, La Soledad, Benito Juárez, San Nicolás y Tetela centro.
El edil aseguró que no se dejará corromper por ningún empresario y como parte de su gestión arrancará inmediatamente un programa de reordenamiento territorial que permita declarar el cerro Espejera como área natural protegida y así obstruir toda intención de explotación.
“Yo antes que funcionario soy tetelense. Primero, por la vía legal, actuaré sin defraudar a mi pueblo; iniciaremos el reordenamiento. Pido la atención del gobierno estatal. Pero si los empresarios no entienden, entonces, como ciudadano, y sin cargo, defenderé como sea nuestras tierras”, señaló a EL UNIVERSAL.
El alcalde comentó que Frisco llegó amparándose en la Norma Oficial Mexicana NOM 120 para supuestamente actualizar sus estudios de impacto ambiental y analizar las posibilidades de exploración, no obstante el preámbulo de la explotación inició con 100 barrenos creados sin autorización.
Apenas el 29 de junio, Carso ingresó a la ventanilla de Semarnat la solicitud del estudio de impacto ambiental y pese a ello se presume la perforación de la zona.
Puebla Verde y Tetela Hacia el Futuro comentaron que Frisco compró 72 hectáreas de bosque en el cerro Espejera, aunque éste tiene una extensión superior a 10 mil hectáreas.
A través de un recorrido por la zona se observó que, efectivamente, hay maquinaria operando en el lugar y se han modificado varios caminos del cerro, pese a que 60 ejidatarios viven ahí.
Riesgo social
El presidente de Tetela hacia el Futuro, Germán Romero, formuló la pregunta: “¿Dónde va a quedar nuestro patrimonio?”. Asegura que la explotación de minas es un proyecto de muerte ya que una minera consume en una hora los millones de litros de agua que una familia utiliza en un lapso aproximado de ocho a 10 años.
Recalcó que la explotación minera es un problema colectivo que requiere de la atención de toda la comunidad para preservar su patrimonio ecológico y evitar enfermedades en la población.
Subrayó las severas afectaciones que la extracción a cielo abierto de oro y minerales traerá a la zona, pero también alertó sobre la aparición de inseguridad, violaciones, prostitución y otros conflictos generados por la presencia de mil empleados de Frisco.