Comunidades de Valle de Bravo y Temascaltepec presentaron una denuncia conjunta ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en demanda del cierre inmediato de las minas La Guitarra y El Coloso que operan en el sur de la entidad y son señaladas por la contaminación de ríos y manantiales, así como de la deforestación de amplias zonas cercanas al Santuario de la Mariposa Monarca.
Fuente: El Universal
Se trata de la empresa canadiense First Majestic a la cual autoridades federales y estatales otorgaron concesiones de largo plazo para operar ambos yacimientos, por lo que sus procesos extractivos están generando alteraciones de alto impacto en una de las zonas turísticas y de riqueza ecológica más importantes del Estado de México, señalaron los quejosos.
De acuerdo a las comunidades, la empresa vierte químicos, entierra residuos tóxicos en el subsuelo y realiza explosiones y otras operaciones que están generando daños irreversibles a los ecosistemas de la región.
Indalecio Benitez, portavoz de las comunidades afectadas, informó que el impacto de las actividades mineras en ambos yacimientos está alcanzando niveles de “ecocidio” tras más de cinco años de operaciones, debido no sólo a la contaminación del río más grande de Temascaltepec, sino también por la deforestación de más de 2 mil hectáreas de bosques de pino, lo que a su vez está provocando un desequilibrio en los ecosistemas.
En la zona afectada se encuentra el Pueblo Mágico de Valle de Bravo, el bosque donde cada año se realizan competencias internacionales de veleros y parapentes, así como el Santuario de la Mariposa Monarca.
Las comunidades campesinas afectadas por el presunto ecocidio adjuntaron a su denuncia ante la Profepa fotografías y videos con los que buscan documentar la destrucción de un bosque de más de 2 mil hectáreas debido a talas masivas; ríos y manantiales donde se vierten desechos químicos y destrucción de ecosistemas, debido a que también se están enterrando cientos de toneladas de desechos químicos en el subsuelo.
Daño anunciado. El documento presentado directamente al titular de Profepa, Guillermo Haro Belchez, está firmado por representantes de las siguientes comunidades: San Pedro Tenayac, Cerro Pelón, El Chilar, El Salitre, Potrero de Tenayac, Finca Temascaltepec, El Manzano, Salitre, El Peñón y Los Timbres, además de vecinos de otras pequeñas rancherías afectadas.
La denuncia señala que desde 2013 las comunidades ya habían denunciado daños en el ambiente; sin embargo, la Profepa actuó a favor de la firma canadiense. A cuatro años, el impacto a los ecosistemas es visible.
Otras actividades como la pesca comienzan a verse afectadas, además de que reportan casos de vecinos que han comenzado a perder la vista por sumergirse en los manantiales y ríos contaminados por las dos minas, además de afectaciones a la piel.