La Minera San Xavier, que explota un filón de oro y plata a tajo abierto en el cerro de San Pedro, notificó a las autoridades federales que cerrará sus actividades en el primer trimestre de 2016, tras una década de operar en medio de litigios y denuncias ante instancias nacionales e internacionales presuntamente de devastar la zona y consumir el agua del valle de San Luis.
Fuente: Proceso
La notificación ya fue hecha a la delegación de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), según información publicada en el portal “Plano informativo de San Luis”.
La nota destaca declaraciones del delegado Édgar Durón, quien informó que la Minera San Xavier –filial de la canadiense New Gold– habría notificado a dicha instancia de manera oficial sobre el cierre, por lo que en enero iniciaría con el proceso de liquidación de los 300 empleados que laboran en sus instalaciones.
La Secretaría del Trabajo deberá acudir a realizar una revisión para corroborar que se cumpla con los derechos laborales previstos para este proceso, tales como los días correspondientes por año y el aguinaldo proporcional, todo establecido en el contrato colectivo.
Además, Minera San Xavier tendrá que responder a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en lo que respecta a la remediación de los impactos ambientales derivados de su operación en la zona.
La empresa analiza la posibilidad de reubicar a varios de los trabajadores, señaló el delegado.
La lucha del Frente Amplio Opositor a las operaciones de la MSX comenzó prácticamente desde que se anunció su instalación, debido a que se preveía una depredación en una zona histórica encabezada por el cerro de San Pedro, cuya imagen forma parte del escudo del estado y el cual prácticamente desapareció.
El Instituto Nacional de Ecología había otorgado en 1999 un cambio de uso de suelo en 347 hectáreas de una zona que originalmente era un área natural protegida para el proyecto de explotación de oro y plata.
Desde el 2005, una sentencia de tribunales federales negó la autorización del uso de suelo a la empresa, criterio que fue ratificado en posteriores demandas en los años siguientes, debido a que la minera continuó con sus actividades prácticamente de manera ininterrumpida, salvo un par de clausuras temporales que superó con amparos.
En 2009, el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa resolvió que la autorización otorgada a la MSX en abril del 2010 por la Secretaría del Medio Ambiente para operar en forma condicionada, fue indebida, a pesar de lo cual la empresa continuó con los trabajos de tajo a cielo abierto, depositando a los costados del cerro toneladas de desechos con cianuro que actualmente forman elevados montículos.