Unos 500 pobladores de la aldea de Azacualpa, en La Unión, departamento de Copán, mantienen tomada la entrada a la mina de San Andrés, por incumplimiento de acuerdos desde que inició el proyecto minero. “Estamos cansados de tanta mentira y hoy hemos decidido que la mina cierre operaciones y que, si bien es cierto, hay gente que quedará sin empleo, también es cierto que la empresa se llevó tres cerros de nuestra comunidad”.
Fuente: La Tribuna
Los protestantes lamentaron que las promesas que les han hecho han sido muchas, entre estas, una vivienda digna para 396 familias, de las cuales solo les han entregado 120 que los vecinos no están dispuestos a aceptarlas.
En vista de lo anterior, decidieron tomarse la entrada a la mina. Ayer, en horas de la tarde, llegó una comisión encabezada por el alcalde, Serafín Tábora, quien en compañía de varios regidores, manifestaron su apoyo a los pobladores.
La municipalidad se reunió con los pobladores, pero no llegó ningún representante de la compañía Minerales de Occidente.
Cabe destacar que a raíz de las constantes manifestaciones, la minera ha despedido a unas 300 personas que han quedado a la espera de ser integradas a sus trabajos y que piden que les reconozcan sus derechos.
LA TRIBUNA intentó conocer la versión de la compañía Minerales de Occidente, pero ningún delegado de esta pudo conceder la entrevista.
Mientras un grupo de pobladores exige que no haya más explotaciones mineras, otros esperan recuperar sus empleos. El presidente del patronato, Ricardo Alvarado, admitió que la empresa no ha cumplido con lo establecido.
“Estamos cansados de tanta mentira y hoy hemos decidido que la mina cierre operaciones y que, si bien es cierto, hay gente que quedará sin empleo, también es cierto que la empresa se llevó tres cerros de nuestra comunidad”.