De acuerdo con estudios extranjeros y técnicos nacionales, Guatemala podría ser un productor de uranio, pero aún falta el desarrollo de aspectos científicos y legales para que el preciado metal sea extraído con seguridad.

Fuente: Esquipulas

02/08/2011. De acuerdo con estudios extranjeros y técnicos nacionales, Guatemala podría ser un productor de uranio, pero aún falta el desarrollo de aspectos científicos y legales para que el preciado metal sea extraído con seguridad.

Una de las primeras informaciones que surgieron sobre el tema se encuentra en “Noticias”, la publicación de carácter oficial de Taiwán, con fecha 6 de junio de 1987, que da cuenta de una investigación de expertos de ese país en suelo guatemalteco.

“Guatemala es rica en depósitos de uranio, de acuerdo con un reciente informe de expertos mineros chinos enviados a ese país por el Instituto de investigación Tecnológica e Industrial, de acuerdo con los términos de un acuerdo de cooperación minera entre la República de China y Guatemala”, refiere la publicación.

Por otra parte, en una presentación oficial del Ministerio de Energía y Minas de Guatemala se hace referencia a los estudios efectuados “en todo el país”, por las Naciones Unidas en 1980 y la Misión Técnica Minera de Taiwán de 1987 a 1991.

El documento electrónico refiere que “la Misión Técnica Minera de Taiwán completó programas detallados que culminaron con la perforación de cinco agujeros con barreno de diamante” y concluye que “los principales yacimientos están en Chiquimula, situada al oriente del país”.

Al ser consultado sobre la exploración de este mineral en suelo guatemalteco y si el país puede ser un territorio productor de uranio, Óscar Rosal, del departamento de Desarrollo Minero del Ministerio de Energía y Minas, explica que “uranio hay en todas partes del mundo y Guatemala no es la excepción”.

Sin embargo, para extraer el preciado metal -útil y codiciado para la industria armamentista y energética- que se encuentra en el suelo guatemalteco, todavía hace falta el desarrollo de investigaciones en aspectos científicos que aseguren la extracción, y en materia jurídica está pendiente la resolución de controversias en cuanto a la Ley de Minería.

ESTUDIOS

Según Rosal, aunque la cartera de Energía y Minas aprobó dos licencias para realizar exploraciones en busca de uranio en Esquipulas, Chiquimula, aún se está tratando de determinar que exista suficiente mineral para explorarlo y que valga la pena extraerlo.

La factibilidad dependerá, entre otros factores, de la demanda del mineral a nivel mundial, los precios internacionales del petróleo y otros energéticos, y que su extracción no genere grandes riesgos.

“No se conoce el potencial en Guatemala; únicamente se han detectado anomalías en grandes áreas, pero nunca se ha pasado a una etapa para ubicar los yacimientos”, agregó el ingeniero Rosal. “Algunas empresas vienen y se van”, asegura.

Además de los estudios e investigaciones técnicas que hacen falta para entrar de lleno a la explotación del uranio, los aspectos jurídicos que conllevan la actividad minera son otro tema pendiente.

Yuri Melini, director del Centro de Acción Legal Ambiental y Social (Calas) considera que la extracción de uranio en su estado natural no causa problemas de radiación, pues genera radioactividad si es enriquecido.

Sin embargo, Melini lamentó que la cartera de Energía y Minas otorgue licencias de exploración cuando existe un debate legal sobre las actividades extractivas y se están discutiendo modificaciones a la controversial Ley de Minería que se encuentra vigente.

FACTIBILIDAD

Preparados o no para la extracción, en Guatemala existe interés por las actividades de exploración para buscar yacimientos de uranio.

Un informe de Energía y Minas refiere que existen tres licencias de exploración vigentes: Sarroguacax I y Sarroguacax II, ubicadas en Cobán, Alta Verapaz, que fueron otorgadas a José Martín Montenegro, y Hopes, para las localidades de Esquipulas, Jocotán y Olopa, en Chiquimula, otorgada a Guatemala Copper S. A.

Asimismo, existen tres solicitudes de licencias de exploración que se encuentran en trámite: Hopes II y El Carrizal, a cargo de Guatemala Copper, S. A., para las localidades de Esquipulas, Jocotán y Olopa, y Chanmagua, para la localidad de Esquipulas, solicitada por la misma empresa.

Las licencias ya otorgadas, así como las que se encuentran en trámite no se limitan a la exploración por uranio, pues también hacen referencia a la búsqueda de otros metales.

La licencia de exploración confiere al titular la facultad exclusiva de localizar, estudiar, analizar y evaluar los yacimientos para los cuales le haya sido otorgada, dentro de sus respectivos límites territoriales.

Se otorga por un plazo de tres años, que puede ser prorrogado a solicitud del titular hasta por dos períodos adicionales de dos años cada uno, debiendo reducir el área vigente en un 50 por ciento en cada prórroga.

El Ministerio de Energía y Minas no informa sobre más permisos vigentes, aunque se especula del interés que empresas canadienses pudieran mostrar en el tema.

El documento electrónico antes citado refiere que en el 2006 el Ministerio otorgó dos licencias de exploración en Chiquimula, LEXR-010-05 y LEXR-009-05, pero la empresa solicitante renunció a la primera y dejó que la segunda se extinguiera.

En esa fecha, se presentó la solicitud para la licencia SEXR-011-05 El Jiote, pero finalmente se rechazó.

EL USO, TEMA SENSIBLE

De acuerdo con Rosal, el enriquecimiento de uranio es la parte más sensible del ciclo de combustión nuclear, ya que tiene tanto aplicaciones civiles como militares, en función del grado de pureza del material producido.

Así, permite fabricar desde combustible para las plantas nucleares de generación eléctrica o en la industria armamentista, hasta la carga de una bomba.

De esa cuenta, Rosal considera que en el caso de Guatemala la explotación –de llegar a concretarse– no afectaría al país. “Lo único que sacaría Guatemala de esto es el 1 por ciento de regalías y que la exploración deja el dinero aquí en el país, ya que viene una empresa minera a hacer exploración, perfora y contrata empresas guatemaltecas para una máquina perforadora y contrata trabajadores”.

Asimismo, agregó que el uso que internacionalmente se haga de este mineral es ajeno al país.

Confirmar la presencia de uranio en Chiquimula tardaría entre 5 y 7 años, según los expertos, y luego, habría que sumar más tiempo para solicitar una licencia de explotación y hacer consultas a la Organización Internacional de Energía Atómica –encargada global de establecer controles sobre el uso de materiales fisionables– para determinar los controles necesarios para la extracción.