“Nuestra minería no depreda, no hace daño al medioambiente y se pagan al Estado los impuestos que corresponden”. También aseguró Mario Saavedra, Embajador de aquella nación que los inversionistas no le temen a los conflictos en torno la actividad. Clara demostración de que los tratados de libre comercio solo sirven a los más desarrollados y el papel de los funcionarios al servicio de los intereses empresarios.

Fuente: Siglo XXI

26/03/2010. Con la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Chile y Guatemala, la nación suramericana muestra interés en invertir en la minería, pese a los conflictos culturales y ambientales que han surgido en torno al tema, manifestó el embajador chileno, Jorge Mario Saavedra. El diplomático menciona que “que por ser un país minero, hay mucho interés en traer esas inversiones a Guatemala”.

“Nosotros nos sentimos muy orgullosos de nuestra minería, y miramos de frente a todos porque sabemos que el trabajo que realizamos en el sector es sano; no depreda, no hace daño al medioambiente y se pagan al Estado los impuestos que corresponden”, indica Saavedra (lea: Comercio inestable).

Impacto ambiental

Pero el dirigente de la Fundación para el Ecodesarrollo y al Conservación (Fundaeco), Gabriel Valle, sí visualiza problemas en la expansión de la explotación de minerales. “No existe capacidad para monitorear la minería; no se cuenta con una Ley de aguas, las municipalidades no tienen personal ni recursos para atender planes de ordenamiento territorial y menos una oficina de gestión ambiental”, afirma.

Comercio inestable

Altibajos han marcado el intercambio comercial con Chile desde 2006. En 2009, las exportaciones a dicha nación cayeron 2.6%, al pasar de $97.9 millones a $95.3 millones, de acuerdo con el Banco de Guatemala. Las importaciones bajaron 50.4%. En 2008 fueron $258.2 millones y en 2009 $132.8 millones. La directora ejecutiva de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport), Fanny de Estrada, señala que el acuerdo comercial ofrece grandes oportunidades para realizar negocios, tanto para los empresarios guatemaltecos como para los chilenos, y que éstas deben aprovecharse para el desarrollo del país.