Las regalías llegaron con la Colonia. A cambio de un servicio los monarcas entregaban algunos beneficios a sus empleados/súbditos. En esencia ese es su origen. En los municipios que son perforados, taladrados y lastimados, se cree que el dinero que las mineras regalan –con esa voluntad monárquica, bondadosa– entra directamente al presupuesto local. Las transnacionales venden la idea de que la regalía significa un extra al bolsillo de la municipalidad.
Por Andrea Isabel Ixchíu H. publicado en El Periódico
En Guatemala no es extraño que el criollo gobierno de Arzú creara la figura dentro de la ley de minería. “Incentivar y promover la inversión extranjera” fue la justificación. Es un insulto que se piense que las mineras nos hacen un favor, y peor aún si debemos “incentivarlos” dejando “a su merced” la naturaleza.
Sin embargo, eso no sucede así. Donde hay explotación el dinero “regalado” no llega directo a la municipalidad. El Gobierno –y esto es ilegal– disfraza ese dinero diciendo que lo dará a través de dar un mayor presupuesto, cada año, a los municipios que tienen minería.
En total son Q225 millones que el Gobierno ha quitado del presupuesto municipal de 329 municipios de Guatemala y lo ha distribuido a las municipalidades donde existe explotación minera.
El “regalo” de las mineras, según la ley, no debería ser distribuido como aumento a los presupuestos municipales. Su origen no es un impuesto y no debe regularse así. Es más bien un bonus. Un “regalo” que, lamentablemente, también ha servido para el soborno.
Para ampliar sobre el tema, escuche este martes 4 de febrero, a las 9 horas desde: http://www.cpo.org.gt/