Los pobladores del municipio salvadoreño de Cinquera rechazaron hoy en consulta popular la exploración y explotación minera metálica en sus bosques por parte de compañías trasnacionales con proyectos en este país. El 98 por ciento los habitantes de Cinquera votaron por resguardar su territorio de obras potencialmente depredadoras y que causarían un significativo e irreversible daño ecológico, algo que ya hicieron anteriormente otras municipalidades salvadoreñas.
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Fuente: Prensa Latina
La votación tuvo lugar en el departamento Cabañas, ante observadores internacionales que velaron por la transparencia del proceso, al igual que ocurrió en San José Las Flores, Arcatao, San Isidro Labrador y Nueva Trinidad, en el departamento de Chalatenango.
En Cinquera se realiza un sostenido trabajo en la defensa del medio ambiente desde la firma en 1992 de los Acuerdos de Paz en El Salvador, y el resultado ha sido una sólida biodiversidad cuya supervivencia amenazaba los proyectos de minería.
Además de la flora y la fauna, existen numerosos manantiales cuyas aguas abastecen a una población que, en lugar de someterse o recurrir a la violencia, ejerció sus derechos de participación ciudadana y se pronunció contra esta modalidad de extracción mineral.
En Cinquera está la milenaria formación geológica Morazán, cuyas potenciales vetas llaman la atención de empresas que carecen del freno de una legislación que prohíba la explotación, algo que muchos gobiernos locales le reclaman a la Asamblea Legislativa (Parlamento).
Carmelo Noyola, alcalde de Cinquera, convocó a los demás ediles de Cabañas a sumarse a su esfuerzo para proteger a sus respectivos municipios de una explotación minera que, lejos de resolver sus problemas, acarrearía otros peores, como la contaminación.
El Salvador es escenario de un movimiento de lucha contra la minería metálica por su daño a la naturaleza, su desmesurado gasto de agua, por el uso de metales pesados para el proceso de extracción, y por los enfrentamientos sociales propiciados por las mineras.
Para el país más pequeño de América continental, con una alta densidad poblacional, sería casi suicida abrirle las puertas a un procedimiento que arreciaría la crisis hidráulica, y afectaría a la agricultura, la ganadería, el agua, el aire y el suelo.
En 1996, el gobierno derechista de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) aprobó una Ley de Minería con incentivos para los inversionistas extranjeros, que comenzó a otorgar licencias para la exploración de oro y plata, que pronto encontraron resistencia.
De hecho, en Chalatenango y Cabañas nacieron las luchas ambientalistas, aglutinadas en la Mesa Nacional Frente a la Minería Metálica, cuya constitución en 2006 amplió la presencia de estas reivindicaciones en la esfera pública, con importantes logros.
Su labor forzó a la empresa canadiense Pacific Rim a suspender en 2008 el proyecto El Dorado, justamente en Cabañas, donde el asesinato de tres activistas no impidió que la gente saliera a las calles para defender su derecho a respirar aire puro y beber agua limpia.