Un nuevo proyecto de minería aurífera inquieta a la comunidad de Santiago y tiene molestos a los mineros artesanales de ese sector del municipio de Santo Domingo. Es una explotación subterránea a cargo de la empresa Antioquia Gold, con socios peruanos y capital canadiense y colombiano.
Fuente: El Colombiano
La empresa posee nueve títulos mineros, dice su presidente, Julián Villarruel, pero se comenzará con cuatro licenciados. La actividad inicial estará en 120 hectáreas cerca a El Limón, de las 5.000 que comprenden los títulos.
Será minería subterránea, con secciones de 3,5 por 3,5 metros. La construcción y montaje se hará en los próximos seis meses, esperándose iniciar explotación en un año o año y medio. La planta de beneficio quedará en Guayabito, cerca a Santiago.
Esta explotación inicial durará unos 6 a 7 años y mientras continuará la exploración del resto del territorio.
A instancias de la Mesa Ambiental, impulsada por finqueros y líderes, se cumplió un foro en el que la empresa, los mineros y la comunidad expresaron su posición y sentimientos frente al desarrollo.
Villarruel explicó que todo el proceso ha sido legal y esperan hacer minería sostenible, sin muchos impactos e invitó a la comunidad a ser veedora.
Los mineros artesanales, 47 reunidos en la asociación, pero muchos más en toda la zona desde hace tiempo, piden se les respeten sus derechos, expresó su presidente, John Jairo Parra, que denunció que desde que llegó la minera los han perseguido, al punto de que decenas de acciones ante la Secretaría de Minas para legalizarse han sido bloqueadas y han sido detenidos varios compañeros.
Varios mineros están sin trabajo al haber tenido que salir de áreas que explotaban.
Rubén Darío Jaramillo, de la Confederación Nacional de Mineros, pidió a Antioquia Gold aclarar sobre las presiones a lo pequeños mineros para renunciar a su actividad, informar sobre las inversiones en la comunidad y cómo va a cuidar el recurso hídrico.
Los miembros de la mesa, encabezados por Bernardo Echavarría, indicaron que velarán por la sostenibilidad del corregimiento, que ya recibió el impacto de una microcentral y que será afectado por grandes obras como la doble calzada al Nus.