La minera brasileña Samarco, responsable del dique que cedió y desató una avalancha de lodo y desechos mineros el 5 de noviembre en el sureste de Brasil, confirmó el riesgo de ruptura de otros dos diques en la misma zona. Entre tanto, un grupo de 150 indígenas de la etnia brasileña krenak bloqueó durante cuatro días una línea de tren estratégica para la exportación de hierro a Asia, como represalia por la severa contaminación del río Dulce provocada por el gravísimo accidente minero.

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Fuente: Notimex y AFP
“Existe un riesgo (de ruptura) y nosotros, para aumentar la seguridad y reducir el riesgo, estamos realizando las acciones de urgencia necesarias”, declaró un director de Samarco, Germano Lopes, en una conferencia de prensa en el estado de Minas Gerais (sureste) cuya grabación fue enviada el miércoles por la compañía a la AFP.

Samarco -propiedad a partes iguales de la brasileña Vale y la anglo-australiana BHP Billiton- habían indicado inicialmente que dos diques cedieron el 5 de noviembre, Fundao y Santarém.

Pero el martes explicaron que en realidad solo el dique de Fundao cedió y sus 55 millones de m3 de barro y residuos de mineral de hierro desbordaron el dique de Santarem y enterraron un pueblo de 630 habitantes cerca de la ciudad histórica de Mariana, con un saldo de 10 muertos y 15 desaparecidos y todo el poblado sin hogar.

Ahora son los diques de Santarem y de Germano los que corren el riesgo de ceder. Varios obreros trabajan para colocar bloques de piedra que refuercen las estructuras, con 45 días de obras previstas en Germano y 90 en Santarem, según Samarco.

El dique de Santarem contiene unos 6 millones de m3 de desechos, pero Germano es mucho mayor que Fundao.

El gobierno de Minas Gerais había informado el 11 de noviembre que el temor a la ruptura del dique de Germano obligó a hacer reparaciones en ese embalse de contención de desechos mineros y forzó la evacuación de familias de la zona por precaución.

El Instituto Brasileño del Medio Ambiente (Ibama, estatal) estima que la avalancha de lodo que ha contaminado toda la cuenca del Rio Doce tras recorrer más de 500 km, alcanzaría este viernes el océano Atlántico frente a las costas del estado de Espirito Santo (sureste).

Más de 200 ciudades en las márgenes del rio Doce fueron colocadas el martes en “estado de emergencia” durante 180 días por el gobierno estatal de Minas Gerais para facilitar la mitigación del daño ambiental.

La presidenta Dilma Rousseff anunció en Brasilia que su gobierno apuesta a “un plan de rescate del río Doce” para dejarlo “en un mejor estado que antes, revitalizando su flora y su fauna”.

Según la ministra de Medio Ambiente, Izabella Teixeira, la revitalización del río llevará al menos una década. Expertos en medio ambiente aseguran que las secuelas del desastre pueden extenderse durante más de 100 años.
La minera Samarco se comprometió el lunes a desembolsar al menos 260 millones de dólares para costear la limpieza ambiental de la zona afectada.

La justicia brasileña ya había anunciado previamente el bloqueo de 78 millones de dólares para compensar a las víctimas, y el Ibama ya aplicó cinco multas preliminares a Samarco por otros 67 millones de dólares.