La contaminación ambiental por los residuos mineros no sólo alcanzó al río Pilcomayo, sino también a los suelos agrícolas de las parcelas que están en las riberas. Según el estudio que mandó a realizar la Asociación Sucrense de Ecología (ASE) el año 2012 con el laboratorio Spectrolab, de la Universidad Técnica de Oruro, se constató que de cinco metales pesados (antimonio, arsénico, cadmio, mercurio y plomo) que se analizaron, el mercurio sobrepasaba los límites establecidos en la norma. Recientemente, se reportó cadmio en el agua por encima de lo permitido.

Fuente: Correo del Sur
La contaminación ambiental por los residuos mineros no sólo alcanzó al río Pilcomayo, sino también a los suelos agrícolas de las parcelas que están en las riberas, según un estudio que se mandó a realizar el año 2012. La información surge cuando está reciente el resultado de un estudio según el cual el agua contiene cadmio por encima de lo permitido.

En este caso, según el estudio que mandó a realizar la Asociación Sucrense de Ecología (ASE) el año 2012 con el laboratorio Spectrolab, de la Universidad Técnica de Oruro, se constató que de cinco metales pesados (antimonio, arsénico, cadmio, mercurio y plomo) que se analizaron, el mercurio sobrepasaba los límites establecidos en la norma.

La norma sostiene que por cada kilo de tierra lo máximo permitido de mercurio es 0,002 miligramos, pero en el caso de las parcelas de La Mendoza se encontraron 0,008 miligramos por kilo, lo que representa un 300% más.

El presidente de la ASE, Boris Hurtado, hizo notar que actualmente la legislación boliviana no cuenta con normas para la contaminación de suelos, por lo que tomaron los parámetros internacionales para fines de comparación.

El estudio también se extendió a la calidad y fertilidad de los suelos y ahí se encontró que los niveles de fósforo y nitrógeno son bajos, lo que está ocasionando una ligera respuesta a los cultivos, por lo que se hace necesario un tratamiento del suelo con materia orgánica o urea.

De hecho la pérdida de fertilidad y la calidad de los suelos se deben, en gran parte, a la contaminación con metales pesados por la actividad minera que se arrastra desde hace siglos, dijo Hurtado.

La presencia de mercurio por encima de lo permitido provoca amarillamiento y necrosis en las plantas hasta que se secan, dijo la técnica de ASE Lizbeth Cervantes.

CONTAMINACIÓN CON CADMIO y ANTIMONIO
Hace días se reveló que las aguas del Pilcomayo contienen cadmio y antimonio por encima de lo establecido, según un estudio que mandó a realizar la Secretaria de Medio Ambiente de la Gobernación de Chuquisaca.

Sin embargo, la presencia de ambos metales en los suelos de La Mendoza está por debajo de lo permitido, lo cual no descarta que la situación haya cambiado porque en la cuenca no hay estudios periódicos de la presencia de metales en suelos y personas principalmente.

Agua para riego y consumo humano

El comunario y agricultor de La Mendoza Manuel Durán declaró a este diario que las familias que están asentadas en la comunidad riegan sus parcelas de cultivos con aguas del río Pilcomayo, al no tener otra alternativa.

Asimismo, dijo que hasta no hace mucho tiempo las personas tenían que consumir agua del río cuando se secaba el agua que les llegaba hasta sus casas por tubería. Esta situación podría revertirse, manifestó, con el funcionamiento de un pozo de agua que hizo la Gobernación de Chuquisaca.

Durán protestó porque hasta ahora no hay autoridades que defiendan a las personas que viven en la ribera del río Pilcomayo y que frenen la contaminación aplicando la ley.

Recordó que las comunidades que están asentadas en las riberas del Pilcomayo se dedican a la agricultura y que toda la producción, especialmente de hortalizas y frutas, la llevan a varias ciudades del país.