¨Aunque nadie nos lo haya pedido, le obsequiamos estos diez consejos acerca de cómo tratar al periodismo y a aquellos periodistas ansiosos por hacer un strep tease de usted y de su empres¨ dice el autor de este decálogo para que las empresas mineras aborden sus relaciones con los medios. Sin desperdicio.
Por Daniel Bosque* publicado en Mining Club
Jean Baudrillard, uno de los pensadores del “posmodernismo”, sentenció que “en la sociedad actual, sólo existe aquello que publican los medios de comunicación”.
Será por eso que el mundo de la minería suele vivir atormentado por la presencia – muchas veces molesta y siempre inquietante – de los mass media, y con el acoso de su mano de obra calificada, los periodistas, sujetos que al común de los empresarios suelen resultarles simpáticos, a la hora de querer contar cosas bonitas, y detestables cuando lo que más se desea es no decir nada.
Transformados en maldita obsesión, cómo aparecer en los medios suele demandar horas de debate en los despachos empresarios. Es lógico: no es cuestión de que el capital y el trabajo que demandó un proyecto sean dilapidados por un traspié mediático.
Aunque nadie nos lo haya pedido, le obsequiamos estos diez consejos acerca de cómo tratar al periodismo y a aquellos periodistas ansiosos por hacer un strep tease de usted y de su empresa.
1. No intente tapar el cielo con una manta. Será inútil. La minería y su empresa, aunque usted y su familia lo deseen, no puede pasar desapercibida. Hay muchos actores sociales – políticos, funcionarios, ONGs, intelectuales – deseosos de saber y de inquietar a la sociedad acerca de qué hace su compañía, cómo trabaja, cuánto gana, cómo cuida el medio ambiente, etc. Por lo tanto, es bueno que usted tenga una estrategia de comunicación.
2. Los periodistas no son ingenieros, ni geólogos. Por lo tanto, no tienen esa sapiencia técnica. Pero explíqueles con paciencia y didáctica para que entiendan en qué consiste su actividad. No los trate con soberbia ni impaciencia. Explíqueles, de manera sencilla, sus procesos productivos, sus problemas, sus expectativas.
3. Tampoco son empleados suyos. Por lo tanto, así como usted los llama a su celular, urgido, cuando los necesita, no los ignore cuando son los medios los que los llaman y usted siente que no los precisa. Eso, es lo peor que se le puede hacer al periodismo.
4. Muéstreles su casa. Abra las puertas de su empresa a los medios de comunicación e invítelos a pasar. Invente una excusa y convóquelos. Pero antes prepare a su staff para ese momento, con la máxima profesionalidad. Saque buenas fotos, edite buena folletería, elija de entre los suyos a los que mejor “comunican”. Cuando lo visiten, haga sentir a los periodistas que son sus huéspedes favoritos y que no tiene nada para ocultar.
5. Prepare sus intervenciones. No deje nada librado al azar. Antes de enfrentar a la prensa, imagine las peores y aún las más estúpidas preguntas que le podrían hacer. Y elabore respuestas convincentes. Y por favor: no diga “no comment” , “de eso no queremos hablar”, etc. Piense que siempre hay una explicación para todo. Y que su silencio invitará al cronista a la libre imaginación.
6. No pretenda digitar cada palabra que se escribe. Puede que haya medios que se lo admitan, pero usted está equivocado si cree que esa es la regla. Y se llevará una sorpresa cuando vea que, en tal o cual diario, revista, radio, TV o web site, salió algo como Ud. no lo esperaba.
7. Sospeche de la prensa “genuflexa”. Esa que siempre le dice que usted es el mejor, un tipazo, incomprendido por el mundo y perseguido por la Justicia. Es probable que el día que usted le quite los auspicios pase a ser un canalla, un corrupto, alguien de quien hay que dudar.
8. No maximice ni minimice los daños. No se infarte por lo que se publicó, pero tampoco lo desprecie. Si le dieron con un caño, no se alarme, porque siempre hay una revancha. Pero no lo descalifique, porque en el mundo global la capacidad de propagación de la información es infinita. Y usted sabe que una noticia, desde siempre, si es mala viaja más rápido
9. Si quiere un “low profile”, constrúyalo. El perfil bajo bien entendido es poder elegir cuando y cómo aparecer en los medios. Y que cuando los medios lo elijan a Ud., su empresa cuente, previamente, con una buena imagen. Para ello, será importante que en las redacciones haya un buen back ground de su empresa. Es preferible que tengan su versión y no la de los autovoncocados de turno.
10. La imagen de su empresa es un activo. Importante, fundamental. Por lo tanto, forma parte de su salario (si Ud. es empleado) o de sus balances (si es accionista). Entonces, por favor no diga frases como “no me molesten con esas pavadas, que tengo cosas más importantes que hacer”. Sería un error, modestamente hablando.
Dicho esto, frente a los rigores de la comunicación, le deseo suerte y paciencia. Ud. sabe que “Dios es argentino”, pero el diablo, por lo que dicen, también está en todas partes.
* Director de Mining Press. Ex Gerente de Prensa de Telefónica y Gas Natural BAN.