Santiago, Chile y Toronto, Canadá – 07/12/06. Piden que el Gobierno de Stephen Harper imponga estándares obligatorios en materia social y ambiental a las mineras de su país en América Latina. Entre las empresas se encuentra la norteamericana Barrick Gold.
Por Stephen Leahy
Fuentes: www.olca.cl y www.lanacion.cl
Activistas sociales quieren que el Gobierno de Canadá imponga obligaciones en materia de derechos humanos y ambiente a sus firmas mineras que operan en América Latina y otras regiones en desarrollo.
“En la última década, Canadá fue el mayor inversor mundial en minería en América Latina, las mineras canadienses son responsables de la contaminación ambiental y de violaciones de los derechos humanos en toda esta región”, dijo Jamie Kneen, de la ONG Alerta Minera Canadá.
Casi el 60% de las mineras del mundo son canadienses. El sector genera más de 40 mil millones de dólares anuales, que representan alrededor de 4% del Producto Interno Bruto de Canadá.
“Canadá debe fijar límites a sus compañías”, dijo el activista Lucio Cuenca a un panel gubernamental canadiense durante un foro abierto sobre responsabilidad social corporativa en los sectores minero. Cuenca representa al Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales que trabaja con comunidades chilenas afectadas por proyectos mineros, incluyendo el controvertido Pascua Lama de la corporación canadiense Barrick Gold, en la frontera entre Chile y Argentina.
“Preocupa que los desechos derivados de Pascua Lama contaminen los ríos que alimentan al cercano valle de Huasco, donde hay unos 70 mil pequeños agricultores”, explicó Cuenca. El diseño original del proyecto de mil 500 millones de dólares implicaba afectaciones a glaciares, pero fue desechado.
Barrick, la mayor productora mundial de oro, recibió hace poco la aprobación ambiental de las autoridades en Chile para comenzar Pascua Lama, pese a la incesante oposición local.
“En Chile, la aprobación ambiental es más política que técnica”, aseguró Cuenca.
Otros abusos
La incapacidad o falta de voluntad de los gobiernos locales para aplicar los estándares internacionales en materia de derechos humanos y ambiente no deberían dar licencia a las compañías canadienses para ignorar estos parámetros, opinan los activistas.
Una de ellas, Manhattan Minerals, pasó años intentando obligar a los habitantes de la localidad peruana de Tambogrande a aceptar abrir una mina a cielo abierto en medio de su aldea, antes de admitir su derrota en 2005.
Comunidades de la provincia ecuatoriana de Imbabura fueron forzadas a presentar una demanda para impedir que la Ascendant Copper Corporation de Toronto construyera una mina de cobre a cielo abierto en sus tierras, señaló Kneen, de Alerta Minera.
En México, Minera San Xavier, subsidiaria de la canadiense Metallica Resources, comenzó a construir una mina de oro en la central localidad de San Luis Potosí, pese a la oposición local y a fallos judiciales en su contra.
Pierre Gratton, de la Asociación Canadiense de Minería (CNA) que representa a las 25 mineras más importantes del país, reconoce que algunos de sus compatriotas estaban mal preparados para trabajar en países en desarrollo con gobiernos pobres, conflictos locales irresueltos y leyes ambientales débiles.
“Es claro que hay problemas y por eso estamos organizando estos foros (sobre responsabilidad social corporativa)”, dijo Gratton a Tierramérica.
Los foros públicos, como el de Toronto, responden al aumento de las críticas contra las mineras canadienses que operan en el exterior y al compromiso del Gobierno del Primer Ministro Stephen Harper de promover estándares internacionales de responsabilidad social corporativa. LN