La Asamblea Patagónica a favor de la Vida y en Contra del Saqueo y la Contaminación detalla la manera en que la empresa minera Aquiline, el gobierno municipal, los sectores económicos que se benefcian con el pretendido proyecto extractivo y la policía articularon durante los días previos y durante la reunión de la Asamblea en Jacobacci los días 10 y 11 de junio pasados, para atemorizar y mentirle a la pobalción a la vez que desprestigiar el movimiento social en contra de la minería.
El verdadero peligro es la minería a gran escala, no las reuniones públicas y pacíficas de aquellos que se oponen a este modelo económico centrado en la explotación intensiva de los bienes naturales.

COMUNICADO DE PRENSA – ASAMBLEA COORDINADORA PATAGONICA POR LA VIDA Y EL TERRITORIO, CONTRA EL SAQUEO Y LA CONTAMINACIÓN
Ingeniero Jacobacci, 16 de junio de 2005
El fin de semana del 10 y 11 de Junio se llevó a cabo una nueva convocatoria de la Asamblea Regional y Patagónica a favor de la Vida y en contra del Saqueo y la Contaminación. Como en las anteriores convocatorias, todo se desarrolló en un clima de tranquilidad y armonía, sin perturbar en absoluto el normal desarrollo del resto de las actividades planificadas en Jacobaci. Este normal desarrollo de nuestra actividad no fue fortuito. Una planificación responsable, una firme voluntad de crecer en la participación social, la confianza y el respeto por nuestros vecinos, hicieron posible recrear un espacio donde la práctica de la libertad fue protagonista. La Asamblea de Vecinos supo garantizar este marco. El mismo no fue producto de la suerte ni del azar.
Días pasados, hubo en Jacobacci una reunión del llamado Consejo Local de Seguridad. A ella asistieron la intendenta municipal Gabriela Buyayisqui, el concejal por el Frente para la Victoria José María Ramallo, el Comisario Inspector Carlos Martinez, el pastor Ruperto Rodríguez, la señora María Teresa Costa (esposa del gerente de la empresa Aquiline) y otros integrantes de instituciones locales.
En esta reunión se planteó una gran preocupación por los posibles disturbios que pudiera provocar la gente que asistiera a la asamblea. Se relacionó el desarrollo de la misma con la inseguridad y la violencia. Según algunos asistentes a esta reunión, la presencia de ciertas personas o grupos ponía en riesgo la “salud social” de Jacobacci.
A partir de este lamentable diagnóstico, nuestros funcionarios, la empresa minera Aquiline, la policía local y vecinos beneficiados –directa o indirectamente- por la empresa se complotaron –cada uno con diferentes actitudes- para sembrar el miedo en la población.
Esta enumeración de responsables merece un detalle mayor, porque la población tiene el derecho de conocer quienes, por acción u omisión, cometen errores graves que siguen dañando el ya precario sistema democrático en el que vivimos.
La empresa minera Aquiline, en las personas del señor Cuburu y el señor Williams, presionó a las autoridades políticas y policiales para que interviniera “protegiendo” a la población de falsos e infundados peligros. No es novedad que una empresa que solo persigue el lucro y el saqueo quiera defender a cualquier precio sus intereses económicos. No es negocio para ellos que la gente se junte a pensar en una realidad sin minería de oro. Hubo que salir a desacreditarlo de este modo, asustando a nuestra gente y haciéndole creer que un hermano mapuche, un campesino, un docente, un periodista, un vecino del pueblo o de otras localidades son más peligrosos que la extracción de oro con cianuro…
La policía local, en las personas del comisario inspector Martínez y el subcomisario de la unidad XIV Roberto Franzel, respondió sin criterio a estas presiones, citando a los Vecinos Autoconvocados por fuera del código de procedimiento. Las citaciones no fueron por escrito, como así corresponde. Por otra parte, en ambas citaciones se solicitó información acerca del número de gente que vendría de afuera del pueblo, de qué lugares procedían, dónde se alojarían, dónde se realizaría la Asamblea, si estaba previsto manifestarse o salir del lugar de reunión, etc. Luego de estas reuniones, de las cuales no hay registro escrito, la policía decidió montar un operativo totalmente injustificado y desproporcionado en relación con la actividad que se llevó a cabo. Tampoco es novedad que las fuerzas de seguridad respondan de este modo ante los requerimientos del poder, sea éste político o económico.
El grupo de vecinos que se beneficia económicamente con la presencia de la empresa en la localidad colaboró con la siembra del miedo y con la desacreditación gratuita hacia el espacio de Asamblea. Tampoco es novedad que la lógica de quienes tienen el dinero como amo y señor sea diferente de la lógica de quienes se reúnen a pensar en una vida mejor y más plena para todos sin ningún tipo de rédito económico.
Nuestros funcionarios locales tampoco procedieron como corresponde, ya que la responsabilidad política de este “mega operativo” de falsa seguridad fue –en última instancia- de ellos. En este sentido, creemos que deberían haber intervenido en favor de quienes dicen representar –el pueblo-, evitando esta manipulación de las fuerzas de seguridad por parte de la empresa y sus beneficiarios.
El mismo fin de semana que la Asamblea de Vecinos se reunió y que fue vigilada de la manera que describimos, tuvimos que ser testigos de dos episodios de violencia lamentables y que fueron de público conocimiento. Sería interesante conocer cuál fue el accionar de las fuerzas policiales en ambos hechos, ya que se encontraban en ese mismo momento muy ocupadas en controlarnos a nosotros y en cuidar a la empresa minera.
Lamentamos profundamente esta cadena de graves errores y complicidades de las que fuimos testigos y víctimas a la vez. El clima de terror y miedo que se quiso imponer en Jacobacci no contribuye en absoluto al proceso democrático ni al crecimiento en la participación del pueblo.
No queremos que nos engañen. Debemos tener claro quienes son los responsables de esta persecución al pueblo y a quienes vinieron a participar de la Asamblea.
El verdadero peligro es la minería de oro.
Nuestra primer preocupación es que las mineras se lleven lo nuestro y nos dejen en ruinas.
Nuestra mayor inseguridad es no saber si tendremos agua para vivir.
El principal riesgo al que estamos expuestos es que nuestros hijos no tengan futuro.
NO ES NO.
QUEREMOS VIVIR SIN MINERÍA DE ORO.
QUE SE VAYA AQUILINE Y TODAS LAS EMPRESAS DE MINERÍA AURÍFERA DE LA REGIÓN Y EL PAÍS.
ASAMBLEA COORDINADORA PATAGONICA POR LA VIDA Y EL TERRITORIO, CONTRA EL SAQUEO Y LA CONTAMINACIÓN