Huancalevica, Perú – 04/03/09. El abandono en el que se encuentra el Canal de Desfogue del Cerro Santa Bárbara en la ciudad de Huancavelica, representa un grave e inminente peligro para miles de pobladores que viven en las zonas bajas del “cercado” llamado también barrio San Antonio, ya que este ducto de evacuación pluvial se encuentra debilitado y fuera de su vida útil.
Por Lic. Fidel Hilario Huamaní
A lo largo de sus casi 1000 metros de longitud, este único y vetusto canal de desfogue de aguas pluviales se encuentra debilitado en varios tramos ocasionado por la caída de huaycos y deslizamientos que han obstruido y colmatado varios tramos de su conducto. En épocas de intensas lluvias, estos tramos se desbordan y causan inundaciones en las partes bajas de la Nueva Urbanización Santa Bárbara, llegando incluso los huaycos a calles céntricas de la ciudad como Augusto B. Leguía, Torre Tagle, Manco Cápac y Sebastián Barranca.
En épocas de un intenso temporal, el caudal de las aguas que discurren por este canal es tan fuerte que la dimensión del ducto es insuficiente lo que produce desbordes en varios tramos en las partes altas de Santa Bárbara, especialmente los sectores de Puchcqoq, Manzanayoq, Motoyniyoq, Sequia Alta y Yuraq Rumi.
El inicio del principal canal de evacuación se localiza al pie de la antigua mina colonial de Botija Punku aproximadamente a 800 metros de altitud de la ciudad de Huancavelica. El tramo final de este canal está ubicado en el Sector Yuraq Rumi, camino a Sacsamarca, desembocando en el río Disparate. Por la accidentada orografía que recorre cuenta hasta con dos túneles de trasvaso.
La construcción de este canal data de los últimos años de la década de los 30 y se construyó precisamente para proteger de huaycos e inundaciones al “cercado”, al “centro” de la ciudad y que a la fecha no recibe ninguna atención. Una simple evaluación nos hace concluir que representa un gran peligro su inminente colapso y desborde, ya que desde su construcción no ha sido motivo de preocupación seria de nuestras autoridades.
Complementariamente a este canal, en la época de la entonces CORDE Huancavelica se han construido dos canales artesanales al lado este del cerro Botija Punku, ya que las aguas pluviales habían ocasionado grietas de hasta 30 centímetros de ancho en más de 400 metros del cerro. Más las aguas que recolectan estos dos canales que empalma a la principal, el riesgo de un desborde es más aún.
Antecedentes recientes de inundaciones graves aún queda grabada en la memoria de los vecinos del Sector Yuraq Rumi, cerca al puente Disparate, quienes en los 90 perdieron sus enseres y sus viviendas por el desborde de este canal en uno de los túneles que se había obstruido.
La lluvia y el Huayco no olvida su curso
Según Guillermo Lohman Villena, que hurgó en la historia de la Mina de Santa Bárbara, los primeros e importantes asentamientos, se ubicaron precisamente en el sector de Puchqoq y Manzanayoq en Santa Bárbara. Incluso en lo que hoy son los terrenos de la Institución Educativa 36002 y el ex Frigorífico Pesquero Zonal estaba ubicado el Convento de San Agustín que contaba con una de las principales iglesias de la región.
Las viviendas y los locales públicos se ubicaron al pie del Cerro Santa Bárbara porque era el camino principal para acceder a la Mina de Santa Bárbara, no en vano, el cronista indígena Felipe Guamán Poma de Ayala ilustra la antigua Villa Rica de Oropesa, tal como se muestra en el grabado original.
Es más, historiadores y cronistas de la actividad minera en la Mina de la Muerte, exhiben en sus libros grabados de la antigua ciudad de Huancavelica, que a la fecha no tiene en absoluto ninguna similitud a excepción de sus cerros y ríos.
Pero ¿Qué pasó con esta ubérrima y progresista ciudad fundada por el Virrey Toledo como la Villa Rica de Oropesa y era considerada como la Pequeña Alhaja de la Corona Española? Un deslizamiento de grandes proporciones precisamente en ese sector sepultó a cientos de viviendas y locales públicos. La fecha de esta desgracia es aún imprecisa pero la mayoría de los historiadores coinciden que esto sucedió a finales de la época colonial.
La ciudad crece sobre un cementerio
Vestigios que demuestran que las nuevas edificaciones en el sector Santa Bárbara y el barrio San Antonio están sobre antiguas viviendas sepultadas son varias. Los propietarios de las viviendas en el Jr. Mercurio y alrededores en el Sector Manzanayoq, aseveran que al momento de construir sus viviendas, en las excavaciones para el cimiento han encontrado restos humanos como pedazos de cráneos, fémur, mandíbulas y costillas. También hallaron utensilios religiosos y de cocina elaborados con plata.
Se encontró además, refieren los testimonios, osamentas cornúpetas y muestras de carbón de cocina. Es más, incluso, en el patio de algunas viviendas se puede observar muros de piedra termal que son vestigios irrefutables de que las actuales casas están sobre un gigante cementerio sepultado por un alud.
En las obras de pavimentación del Jr. Torre Tagle, alturas de la I.E. 37001 y 36002, los obreros de ese entonces encontraron abundantes cuernos y osamentas de ganado vacuno que eran muy grandes que parecían dos brazos extendidos. Hallaron además mercurio en bolsones de tierra negra arcillosa. Extrajeron, antiguas tuberías de arcillas que se parecían a un porongo gigante pero con un extremo ancho y el otro angosto; y por su forma triangular se podía armar una red de acueductos.
Esta misma red de antiguas tuberías se han encontrado también en las actuales obras que ejecutó la Municipalidad Provincial de Huancavelica: la Av. Augusto B. Leguía (altura de la escuela Pepín) y el Jr. Arequipa.
No hay duda de que la actual Huancavelica, se emerge sobre la antigua Villa Rica de Oropesa, que a manera de la ciudad sepultada de Yungay, también sus habitantes descansan sobre miles de toneladas de alud.
¿De donde cayeron los deslizamientos? De las zonas altas del cerro Santa Bárbara, pues de los detalles que los ojos y las manos de los cronistas grabaron para la posteridad, ya no queda nada. Y de la historia, para temas de seguridad ciudadana, tal parece que no hemos aprendido absolutamente nada.
El peligro está en las alturas y sobre nuestras narices
El estado calamitoso en el que se encuentra el Canal de Desfogue de Santa Bárbara, merece la atención de nuestras autoridades y de los técnicos de Defensa Civil, tanto de la Municipalidad Provincial como del Gobierno Regional de Huancavelica.
En un probable desastre, de la magnitud como la historia nos cuenta, las zonas de alto riesgo se ubican en la Urbanización Santa Bárbara, especialmente los sectores de Puchqoq, Manzanayoq, Motoyniyoq, Sequia Alta y Yuraq Rumi; además de viviendas de las calles Sebastían Barranca, Torre Tagle, Manco Cápac y Augusto B. Leguía.
Ni las principales instituciones públicas se salvarían de un alud (que nadie desea) de tales proporciones. Hemos identificado en el Mapa de Riesgos locales como: I.E. “Francisca Diez Canseco de Castilla”, I.E. Bilingüe, Poder Judicial, Gobierno Regional, I.E. 37001 e I.E. 36002.
Como tratando de contribuir con la inseguridad, la Municipalidad Provincial y el Programa A Trabajar han taponado los ductos de desfogue al ejecutar sus obras viales y de graderías en la prolongación del Jr. Manco Cápac y la prolongación Sebastían Barranca. Estos canales que cruzan por debajo, por el patio o por el centro de las viviendas están totalmente obstruidos y las aguas pluviales se desbordan a la altura del Jr. Mercurio desviando lodo y piedra a la recientemente inaugurada obra de pavimentación de la Av. Augusto B. Leguía.
La laguna artificial de la Mina Labor, la mayor
En la misma cúspide del Cerro Santa Bárbara, cerca al sector Titiccasa, en la década de los 60 y 70 la CIA “El Brocal” explotó el mercurio a tajo abierto dejando una inmensa abertura, cuyas dimensiones superficiales y de profundidad alcanzan el kilómetro cuadrado.
En tiempos de lluvias, esta mina se convierte en una gran laguna artificial y como no tiene ningún ducto de salida ocasiona filtraciones de grandes torrentes de aguas en las zonas bajas, a la altura del Cerro Botija Punku. Y como es de suponer estas aguas también desembocan en el canal de desfogue de Santa Bárbara incrementando su caudal a niveles riesgosos.
Si las lluvias en la zona pasan de ser de moderadas a intensas, esta “laguna artificial” puede colapsar y las consecuencias serían absolutamente desastrosas para toda la ciudad de Huancavelica.
La solución integral a un tema de inseguridad ciudadana como de la dimensión que acabamos de reseñar, debería de convocar la gestión oportuna de proyectos también integrales para reconstruir el canal de desfogue y drenar la laguna artificial por la zona sur de la mina y no por el mismo canal.
El aviso está dado y ojalá que nuestras autoridades de la municipalidad provincial y la Región de Huancavelica también impulsen un gran proyecto de contingencia oportuna sobre esta amenaza que está latente en las alturas de Huancavelica.