Guatemala – 02/09/08. De acuerdo con los resultados del monitoreo y análisis de la calidad del agua elaborados por la Comisión Pastoral Paz y Ecología de la Diócesis de San Marcos, existe presencia de metales pesados, como hierro, aluminio, magnesio y arsénico, -cuyos valores sobrepasan los permitidos- en los ríos Tzalá, riachuelo Quijivichil y el nacimiento Xkus, en aquel departamento. Según la investigación técnica, los puntos afectados se encuentran alrededor de la mina Marlin propiedad de la empresa Montana Exploradora de Guatemala S.A. -subsidiaria de GoldCorp de Canadá, que explota minerales preciosos como oro y plata, la cual está ubicada en los municipios de San Miguel Ixtahuacán y Sipacapa, en el departamento de San Marcos.
Fuente: diario La Hora y Centro de Reportes Informativos sobre Guatemala
La Comisión Pastoral Paz y Ecología (*COPAE*) de la Diócesis de San Marcos, presentó este miércoles el informe “Situación actual del Agua Alrededor de la Mina Marlín”, ubicada en los Municipios de San Miguel Ixtahuacán y Sipakapa, que revela la presencia de metales presados en fuentes hídricas cercanas a la compañía.
Monseñor Álvaro Ramazzini, párroco de la Diócesis de San Marcos, indicó que de acuerdo con los datos y los niveles encontrados de metales pesados, que en cantidades excesivas actúan como contaminantes, se puede concluir que “el agua no es apta para uso del consumo humano, debido a que sobrepasa los límites establecidos por las normas para agua potable de Guatemala, Canadá y
Estados Unidos”.
Débil regulación
De acuerdo con Fausto Valiente, coordinador del estudio técnico las normas establecidas por el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) son mucho más débiles que las normas establecidas por el Banco Mundial. “Esto deja mucho que pensar acerca de las organizaciones gubernamentales, ya que los valores establecidos son menos estrictos. (…) El MARN está siendo más benevolente con las empresas transnacionales al permitir descargar aguas residuales con mayor presencia de metales al agua receptora”, dijo Ramazzini.
Impacto
El estudio advierte que los metales pesados son extremadamente venenosos. “Por desgracia poco puede hacerse en las plantas normales de tratamiento de aguas para eliminarlos. (…) El control de estos efluentes debe realizarse en las plantas industriales donde se generan”, indica. Una de las principales preocupaciones para el párroco lo representan los altos niveles de arsénico encontrados en el monitoreo, ya que estos tendrían efectos directos en la salud de los habitantes de siete comunidades que se benefician directamente de los afluentes.
Esto podría deberse a una descarga de aguas contaminadas al riachuelo Quijivichil, que funciona como afluente, debido a una infiltración, lixiviación o una fuga del agua del dique de colas de la empresa minera, según la investigación.
“La presencia de éste es alarmante y preocupante, debido a que es uno de los metales o semi metales que más daños causan en la salud humana a corto y mediano plazo como resultado de la exposición al mismo”, se lamentó Ramazzini.
Detalles
El monitoreo se efectuó en cinco puntos alrededor de la mina Marlin, propiedad de la empresa Montana Exploradora de Guatemala, S.A.; en el río Tzalá, parte baja, en el centro de operaciones de la empresa; en el riachuelo Quijivichil, abajo del centro de operaciones. La tercera prueba se
efectuó abajo del dique de colas de la mina.
El otro punto fue el nacimiento del riachuelo Quivichil, conocido como Xkus, el cual se ha secado. Luego de un año de monitoreo no se pudo continuar en este punto porque la fuente desapareció. Finalmente en la parte alta del río Tzalá para tener datos comparativos con la parte baja.
Se intentó contactar a las fuentes de Montana Exploradora, S.A., empresa implicada en este caso, pero a la hora del cierre de esta edición, no habían ofrecido su versión de este caso.