San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México – 13/07/08. Comunidades y barrios tzeltales de los municipios Amatenango del Valle y Venustiano Carranza denunciaron “a las empresas canadienses que quieren invadir nuestros territorios”, en particular a Radius Gold y su franquicia mexicana, Geonorte. “Sabemos que la minería trae contaminación a nuestra tierra y nuestros arroyos y ríos. Causa muchas enfermedades y la muerte de nuestros pueblos. Provoca división entre pobres, violación de derechos humanos y de nuestra dignidad como pueblos indígenas, gastando miles de litros de agua y consumiendo grandes cantidades de energía eléctrica.”
Fuente: diario La Jornada
En el barrio La Grandeza, en Amatenango del Valle, este viernes se reunieron miembros de la red de resistencia civil La voz de nuestro corazón, adherentes de la otra campaña del EZLN de las comunidades Madronal, Benito Juárez, Amatenango cabecera, barrio Cascajal y de Aguacatenango (Venustiano Carranza). Allí redactaron a mano una declaración que reprueba las concesiones del gobierno federal a los buscadores de oro:
“Sabemos que la mayoría de las aproximadamente 500 mil hectáreas con concesión minera en Chiapas pertenecen a empresas canadienses que operan por medio de firmas mexicanas, como Radius Gold, que tiene más de 50 mil hectáreas en Chiapas”.
Expresan su solidaridad a “los compañeros de Cruztón (Venustiano Carranza): sabemos de la situación que han estado viviendo; tienen derecho a defender sus derechos”. Se refieren a la comunidad tzotzil, también de la otra campaña, despojada de sus tierras por la policía estatal preventiva y particulares en junio pasado, precisamente en un área donde la explotación minera de Radius Gold pareciera inminente.
En la reunión celebrada en La Grandeza se mencionó la versión de que en días recientes, empresarios mineros se reunieron con el presidente municipal de Amatenango del Valle “para pedir que firme un permiso para la actividad minera en varios cerros del municipio”. Al parecer, “no se ha firmado todavía”.
Demandando “respeto e igualdad”, pues “no sólo los ricos tienen leyes”, los indígenas denunciaron “a Felipe Calderón y Juan Sabines, que no son gobierno para el pueblo mexicano, sino de las empresas neoliberales que sólo vienen a robar la riqueza de nuestro pueblo”.
No lejos de Amatenango del Valle, en Tulancá, otra firma canadiense, Linear Gold Corporation, se prepara también a sacar oro del subsuelo. Esta empresa lleva viento en popa el llamado Ixhuatán Project, en el municipio chiapaneco del mismo nombre.
En su página web, Linear Gold presenta el proyecto en una “propiedad suya al cien por ciento”, donde ha levantado el “campamento” Gold Deposit y el Cerro de la Mina Discovery, donde “recientemente fue detectado una impresionante mineralización de cobre, oro y molibdeno”. El proyecto “alberga también numerosas zonas mineralizadas en las lagunas Chica y Grande”.
Tras la “adquisición” del proyecto en 2003, se procedió al drenado y en 2004 se obtuvo oro. Se calcula que en el “campamento” puede haber un millón de onzas de oro y 4 millones de plata. El proyecto “está demostrando su potencial para convertir a Ixhuatán en un nuevo distrito minero con múltiples depósitos”. La empresa anuncia que continuará “un agresivo programa de exploración y drenado” en el área de su propiedad.
Pero no todo lo que brilla es oro para las trasnacionales mineras. Dos meses atrás, el corresponsal Elio Henríquez documentó el caso de la canadiense Blackfire Exploration México en el ejido Grecia, Chicomuselo (La Jornada, 5 de mayo), donde para extraer barita, la empresa ha engañado y despojado a los ejidatarios, “sin recibir éstos ningún beneficio”.