Pedían el 40% y arreglaron por el 35%. La preocupación llegó hasta el gobierno: no quieren tolerar cortes de ruta de trabajadores ni de vecinos reclamando contra la megaminería y tampoco quieren que el alza de salarios supere la pauta “oficial”. Algunos detalles del conflicto y las alarmas de los funcionarios que demuestra las aristas del amplio y complejo conflicto alrededor de la megaminería.
Fuente: diario Tiempo
17/04/2012. AOMA es un gremio afín no sólo al gobierno provincial, sino al nacional. Pero aún así, protagonizó a principios de mes una peligrosa embestida en su reclamo salarial por Veladero que estuvo a punto de convertirse en un dolor de cabeza mayúsculo para el sector oficial. Por milagro no se cruzó esa línea, pero igual llamó la atención que desde l oficina del gobierno avalaran el acuerdo alcanzado con Barrick para levantar la protesta.
No fue un conflicto salarial cualquiera. Fue una pulseada que dejó señales de todos los colores y cuyas consecuencias seguramente tendrán proyección al futuro. Una de ellas, y que motivó una intervención más decidida del gobierno, fue el corte de ruta que los empleados del reclamo realizaron en el acceso a las minas Veladero y Lama-Pascua. Se trata de un peligroso antecedente que el gobierno provincial no está dispuesto a digerir: si se tolera que el camino se corte por un reclamo salarial, también lo podría hacer por un reclamo ambiental, y ese es un escenario temible.
Dicho de otra manera, si los empleados no hubieran levantado el reclamo salarial, lo hubieran tenido que levantar por la fuerza para no dejar un antecedente peligroso hacia el futuro. Por eso hubo recriminaciones por lo bajo a la dirigencia gremial: contengan a los afiliados, fue el mensaje. O de otra manera: en este asunto, demasiado delicado para el manejo de imagen de una actividad como la minería, no vale cualquier cosa. Y la provincia hubiera tenido que anticipar sus cartas ante la eventualidad de un conflicto ambiental.
El otro tema que generó una preocupación que excedió por largo el ámbito de negociación entre el gremio y la empresa fue la suma que se manejó, y hasta la que se terminó alcanzando. Fue como comerse un banquete en medio de los platos de sopa de una olla popular: en medio de los reclamos de ajuste anual de los gremios –tanto estatales como privados- aparecen estos muchachos reclamando un ajuste del 40%, literalmente inalcanzable para ninguno de los otros sectores de la economía.
Y menos en este año. Si bien el gobierno nacional sostiene que no interviene en la fijación de aumentos en la paritaria, para este año ha señalado una cifra de alrededor de un 18% como tentativa para que los gremios y las patronales tomen como referencia. Si bien cada sector tiene su propia lógica y su propio contexto, el 40% aparece como descabellado. Más aún, teniendo en cuenta el 40% de qué: porque los ingreso de los empleados del sector minero son los más altos de la provincia, y uno de los más altos del país junto a los petroleros.
En San Juan, al mismo momento en que se producía la negociación entre AOMA y Barrick, el gobierno llevaba adelante –y aún no resuelve- la negociación con los maestros y con los médicos. En ambos casos, le cuesta hacer digerible una propuesta por el 25% de incremento, así que habrá que imaginar lo que pensaron cuando vieron que los mineros plantaron su reclamo en 40%.
El efecto espejo se hizo sentir también en la actividad privada, donde ningún sector en la provincia pudo alcanzar acuerdos superiores al 25% de los ingresos, por lo que el episodio de los mineros tampoco fue un dato del montón.
Al final, intervino la Subsecretaría de Trabajo provincial como mediadora y se alcanzó un acuerdo a este peligroso conflicto que ya estaba siendo monitoreado desde las más altas oficinas del gobierno. Y se clavó una cifra de 35% de aumento, presentado públicamente para no despertar olas como un incremento de 25% más compensaciones adicionales que redondearon el 35%, calmaron a los empleados y permitió mostrar una cifra más acorde y despejar el paso.
Del lado de los dirigentes gremiales, defendieron el pedido en sus razones salariales, pero agregaron que para el discurso oficial resultaría útil en el apartado en el que se recrimina a la minería que no derrama sus ganancias a los trabajadores. En los despachos oficiales calcularon que ese es un costo demasiado alto que pagar.
“Están locos”, decía por lo bajo un funcionario cuando miraba el volumen que iba ganando el conflicto. Una vez solucionado, su preocupación era que no quedaran malos antecedentes.
Un gremio con buenos vínculos con el gobierno
Pese a la intervención, AOMA es un gremio estratégico en San Juan y uno de buena llegada a nivel nacional. Cómo lo será, que se recuerda el episodio de febrero último, cuando Armando Domínguez-interventor de AOMA en San Juan en 2010- apareció en Olavarría saludando a la presidenta Cristina Kirchner por teleconferencia en la inauguración de una planta de Loma Negra.
Ese día, algunos medios lo calificaron de infiltrado como “falso trabajador”.
El gremio está intervenido desde que se produjo un conflicto con varios empleados de Veladero que quisieron armar su propio gremio y acusaban a AOMA de no defenderlos. El actual interventor es Iván Malla.