Se trata de la empresa Marfil SA, que tiene derechos en Malargüe por más de 1000 kilómetros cuadrados. Quieren buscar “minerales de primera categoría”. La empresa sólo ha registrado el pedido y ahora debe cumplir los requisitos legales si quiere explorar. Cómo es el negocio especulativo con las propiedades mineras.
Fuente: Mendoza On Line
Por la cantidad de terreno involucrado, tranquilamente podría nacer un “nuevo Departamento” en Mendoza; concretamente en el interior de Malargüe. Su nombre podría ser Marfil y tener como actividad principal la minería.
La historia es así. La empresa minera canadiense Marfil registró 13 pedidos de exploración en Malargüe por una superficie total de 100.826 hectáreas, es decir 1008,86 kilómetros cuadrados. Si ese territorio se transformara en Comuna, sería más grande que Capital, Godoy Cruz, Guaymallén, Maipú y Junín.
Todos los registros, a diferencia de otros que frecuentemente se inscriben, han sido pedidos hace poco tiempo y son parte de una estrategia de expansión inmobiliaria de esa empresa. Es que la intención es conseguir propiedades mineras y luego negociar con otras empresas más grandes para llevar adelante trabajos de exploración u explotación. El pedido es para buscar “minerales de primera categoría”, es decir un criterio amplio. Pero hay algo particular que buscan: potasio.
Justamente la empresa resalta la importancia del proyecto Potasio Río Colorado y la posibilidad de extender esa industria.
El director de Minería autorizó el registro y ahora la empresa debe cumplir con los requisitos legales para trabajar, entre ellos todos los procesos de evaluación de impacto ambiental y autorizaciones establecidos por la ley 7722, el decreto 820 y la ley 5961. Justamente desde el Gobierno de la provincia aclaran que el registro de una mina no implica el inicio de trabajos, porque deben cumplir con los procesos legales.
Pero difícilmente eso ocurra antes de que Marfil SA consiga otro socio. Es que la estrategia comercial tiene mucho de especulación inmobiliaria. Y así lo clarifica en su sitio, donde especifica que su negocio es conseguir propiedades mineras a bajo costo y luego buscar alianzas empresariales. “El modelo de negocios de Marfil consiste en localizar y desarrollar yacimientos de minerales y, a continuación hacer una estrategia con una empresa minera importante para el desarrollo del recurso. Marfil ha implementado con éxito este modelo en varios proyectos”, explican. Así, aseguran tener yacimientos con potencial en oro, plata, cobre y otros minerales en distintas zonas del país.
El “nuevo departamento”
Dentro de la resistencia a la actividad minera que hay en la provincia, Malargüe es uno de los Departamentos que está del otro lado: buscan promocionar esa actividad. Y cuentan con materia prima para hacerlo.
La empresa Marfil tiene derechos sobre una enorme cantidad de terrenos, que le da alguna potestad para intentar buscar minerales, pero debe informar a los propietarios de las tierras. En su gran mayoría se trata de terrenos fiscales. Ahora lograron registrar a su nombre los yacimientos Loma Alta, Ranquil, Barrancas Norte, Quilico, Camulco, Confluencia; Los Colgados, Cajón del Molle, Arroyo Ponihue, Río Grande, Chaquiraco, Sierra de los Pajaritos y El Vatro. En todos Marfil SA “solicita permiso de exploración de minerales de primera categoría”.
Marfil se presenta como “una compañía de exploración canadiense que se centra en Argentina, donde se han dado los descubrimientos más prolíficos en los últimos años”. Incluso explican que tienen una posesión masiva de tierras en todo el país y con distintos perfiles: buscan oro, plata, cobre, litio, potasio y todo mineral que sea rentable.
El jueves 19, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, con Francisco Pérez a su lado, volvió a promocionar la minería y también a usar a Mendoza como ejemplo sobre el tema, a pesar de que internamente el Gobierno mantiene una postura ambigua. Cristina hizo hincapié en cómo va a impactar el proyecto Potasio Río Colorado en Malargüe.
Mientras tanto, la resistencia a esa actividad crece y también aumenta el negocio especulativo sobre las propiedades mineras. Es que a pesar de los problemas para desarrollar esa actividad, no se han detenido las negociaciones de propiedades mineras, el registro de minas y otros movimientos que apuntan al largo plazo y que asemejan a la minería con el negocio inmobiliario. El otro destino preferido, ante los conflictos en el Valle de Uco, es Las Heras.