El miércoles 9 de noviembre, en la localidad de Famatina, La Rioja, versiones que dan cuenta de la presencia de trabajadores mineros en Cueva de Pérez (3517 msnm) circulan desde temprana hora. El día 11, entre las 08:00 y las 20:00 horas, un grupo de vecinos realiza un control vehicular “estricto” en Chilecito, deteniendo el paso de las camionetas mineras que utilizan esa localidad como ruta de paso. Diálogo con Marcela Crabbe (41), miembro de la Asamblea Ciudadanos por la Vida de Chilecito.
Foto archivo
Fuente: Observatorio de Conflictos por los Recursos Naturales OCRN
P: ¿Cómo se accede a Cueva de Pérez desde Famatina? ¿De qué manera comenzaron a circular los rumores el día 9?
R: Tenemos un “Jeep” comunitario; ese día lo usamos todos. Hay un camino único por el que se accede a Cueva de Pérez, un refugio que es más conocido por nosotros como “La Mejicana”. Ahí es donde tuvo su campamento la Barrick. Hay un tránsito permanente porque es nuestro lugar turístico; su belleza natural es increíble. Uno reconoce cuando uno es turista y cuando no lo es. Esta última vez, un grupo de gente que fue a hacer parapente los vio. Por temas relacionados a la minería vienen en forma clandestina. Se habla de que estaban haciendo estudios del agua, tomando muestras de los drenajes ácidos de socavones anteriores. Ahí es cuando sale la voz de alarma y salimos a preguntar qué es lo que están haciendo y cuáles son los movimientos que están realizando, para no permitir que se instalen las empresas.
P: Junto a un grupo de compañeros lograste subir a verificar qué es lo que estaba ocurriendo. ¿Con qué se encontraron en el lugar? ¿Pudieron reconocer en los vehículos identificaciones de alguna empresa u organismo?
R: Cuando nosotros íbamos subiendo, gente que venía del lugar nos dijo que habían bajado las camionetas, dándonos sus características. Era muy temprano, así que no los encontramos. Las empresas mineras últimamente utilizan este lugar para ir a “La Alumbrera” (Catamarca). Saben del rechazo y de la permanente vigilancia y alerta que tenemos, tanto en Chilecito como en Famatina. Vienen sin logo, sin nada, con camionetas que pueden ser como las de cualquier persona.
P: ¿Es frecuente que tengan que realizar este tipo de movilizaciones repentinas?
R: Hace seis años que estamos con la misma alerta y con una vigilancia permanente. Ellos juegan con el desgaste de uno. Nosotros accionamos tras la esperanza de que ellos algún día se cansen y respeten nuestra decisión de seguir viviendo tranquilos, en paz, con nuestra poca agua, pero pura, y con un ambiente sano y limpio.
P: Y el 11 realizaron un control vehicular de doce horas. ¿En qué lugar montaron el retén? ¿Hacia dónde se dirigen las camionetas que utilizan Chilecito como ruta de paso?
R: Fue en la entrada de Chilecito, porque están pasando muchísimas empresas mineras que van a Catamarca. Nosotros trabajamos en forma solidaria con las provincias hermanas: el hecho de que no haya minería en La Rioja no quiere decir que sigamos permitiendo que se contaminen el resto de las provincias. Utilizan esta ruta, evitando controles, en lugar de ir por los lugares por los cuales tendrían que pasar para ir de San Juan a Catamarca. Nosotros no dejamos que las empresas mineras transiten por acá.
P: Han destacado que el tráfico de los transportes afectados a las empresas mineras se ha incrementado. ¿A qué atribuyen ese notable crecimiento? ¿A nuevas actividades exploratorias o al desarrollo de un emprendimiento particular?
R: Es una ruta que les queda más cerca para transitar de San Juan a Alumbrera, evitando La Rioja capital, donde hay un control exhaustivo de las cosas que llevan. El día que hicimos el control nos encontramos con una camioneta que transportaba explosivos; uno nunca sabe hacia dónde. Están haciendo un camino nuevo hacia la mina “El Oro”… Hubo una carta de intención con China ofreciéndole ese emprendimiento para explotación. Esta es una tierra de nadie, donde el control lo tiene que tener la gente, nosotros. Es una vida de locos: estar todo el tiempo pendiente y dejar tu trabajo para salir a encontrar las camionetas, ver qué llevan y qué no, decirles que se vuelvan. Una vida complicada, pero que no deja de tener satisfacciones en la medida que seguís viviendo sin el peligro de esta actividad. El viernes nos encontramos con otras dos camionetas que iban para Alumbrera con personal de Barrick. A partir de ahora, los controles en Chilecito y Famatina van a ser sorpresivos y simultáneos.
P: ¿Creés que el accionar de las asambleas durante los últimos seis años termine imponiendo, tanto en Famatina como en Chilecito, una veda “de facto” a la actividad minera?
R: Es un logro y un triunfo de los pueblos. Hace seis años que ellos no pueden venir a apropiarse de nuestros recursos y usarnos el agua en forma indiscriminada. Cuando le decimos a la empresa que se tiene que volver, se vuelven. Ni la policía interviene porque saben que es un derecho que tenemos como ciudadanos, y que no es un capricho ni un “hobbie”. Es más que un triunfo que no puedan instalarse desde hace más de seis años. Aunque uno no las tenga por el paso del tiempo, vamos a sacar fuerzas para seguir impidiendo esto. Después, la posta la tomarán las generaciones que vienen. Es un hecho que acá la megaminería no se va a realizar.