Una de las actividades más reconfortantes, sobre todo en  tiempos de cuarentena y cuidado, es sin duda la lectura. Las lecturas. Nos propusimos y les proponemos un ejercicio de vinculación de publicaciones del sector minero y noticias en general relacionadas con la pandemia que vivimos.

  • ¿Qué corona tiene la minería frente al coronavirus?

Andrew Reese, líder en digitalización de las empresas mineras, asegura que en el sector todos están trabajando desde su casa. Claro está, debe referirse a quienes trabajan con tecnología digital porque la realidad de los mineros peruanos y argentinos es otra.

En Perú, tras decretar la emergencia por coronavirus, se establecen excepciones referidas al traslado de personas que trabajan en minería, lo que pone en alerta a las poblaciones por donde estos trabajadores transitan: “Lo que nos indigna, es como el gobierno no puede hacerse obedecer con estas empresas mineras, nos preocupa que pueda haber un contagio en estas provincias de Cusco, imagínese que gran catástrofe puede ser para nosotros, y la empresa no está midiendo responsablemente lo que puede pasar al trasladar su mineral” dice el comunero Germán Salcedo.

En San Juan, Argentina, los trabajadores aseguran: “Tenemos el virus acá y nos están ocultando esta información a nosotros. Queremos hacérselo saber a todos los medios para que Barrick tome una determinación”.

 

  • “Software y conectividad: nuevas fronteras en la industria minera”

Andrew Reese, gerente global para el segmento industrial del proveedor suizo de instrumentos y servicios Endress+Hauser, conversa con BNamericas sobre las oportunidades de la digitalización y la manera de resguardar la integridad del sistema. La preocupación del sector, según Reese, está ligada al hecho de que el agotamiento de las minas y las fluctuaciones de los precios de los commodities obligan a muchas empresas mineras a probar nuevas tecnologías para reducir sus costos y garantizar la seguridad de los trabajadores. Y la solución viene de la mano de la digitalización y, en consecuencia (agregamos) de la reducción de mano de obra: “Siempre se necesitará alguna interfaz humana, sobre todo en la industria minera, que opera en condiciones difíciles. Incluso un barreno, o un camión de carga que trabaje de manera autónoma, debe tener un humano que pueda asistirlo cuando sea necesario. Esto es muy importante si pensamos en el sitio y su seguridad. Si hay un camión completamente autónomo, por ejemplo, ¿qué sucede si alguien intenta hackearlo o logra obtener el control remoto del vehículo? El año pasado en una mina en Canadá una persona hackeó un camión y exigió 500 bitcoins para no chocarlo contra la mina.”

Vamos Reese… ¿la seguridad de quién les preocupa? Obviamente no es la de los trabajadores.

  • “La minería tiene que amigarse con la sociedad argentina”

En El inversor, el titular de AOMA, Héctor Laplace,   aplaude la legislación minera de los 90 pero lamenta las modificaciones municipales, provinciales o incluso nacionales que pusieron algún límite a la actividad entre ellas la Ley de glaciares.

Resulta llamativo en sus declaraciones el desparpajo que ostenta para cuestionar y atacar el el principio fundamental del federalismo que establece nuestra Constitución Nacional:  “… debemos impedir el libre albedrío de cada jurisdicción y federalizar el debate con pautas comunes emanadas desde el consenso”.

¿Hace falta más para responder negativamente  al pedido de “amigarnos”? ¡Otra que amigos con beneficios!!

  • Cuarentena, fragilidades y fortalezas

Cuando el coronavirus se expande rápidamente por nuestro planeta y los Estados toman medidas drásticas para su contención; cuando volvemos la mirada sobre nosotros mismos y sobre nuestras necesidades esenciales comienzan a ser visibles y palpables nuestras fragilidades: somos seres de comunidad, enlazados amorosamente a la tierra y sus bienes, necesitados de alimento y afecto, mucho más atados entre nosotros de lo que quieren que creamos. No hay forma de salir de una crisis como la actual en soledad.

Esa fragilidad individual es la fortaleza de la vida. Tomamos conciencia de lo que la solidaridad significa. Tomamos conciencia también de que los ejes o principios de productividad que nos imponen estados de confort y seguridad engañosos y rigen nuestras vidas, son los ejes y principios de los sectores egoístas centrados en el extractivismo. Los que abusan del hogar de todos y nos prefieren descartables.

¿Qué es lo que “cae“  en estas crisis? Caen los mercados, las bolsas, el mundo financiero, la burbuja que nos venden como indispensable. Esa burbuja está llena de humo y ese humo nubla la destrucción que se proponen.

La prueba más contundente se presenta con la baja de emisiones de CO2 en las ciudades, en forma de cisnes en Venecia.

Se impone repensarnos en un mundo en decrecimiento para garantizar nuestra supervivencia. Sin minería a gran escala, con una economía social y solidaria verdaderamente sustentable.

Asamblea de Vecinos por el NO A LA MINA de Esquel