¿Cuál es el ejemplo a seguir? ¿El de la gerencia política de Villa Las Rosas, en Traslasierra? Generando intranquilidad entre los habitantes del lugar, por no hacer explícita la ratificación, e intención, de que aquello que en los `90 quedó instalado mediante declaración, como municipio NO-NUCLEAR, se cumpla ante la actual amenaza de explotación de URANIO; o el de Villa Carlos Paz, en el extremo sur de Punilla, con su nueva Carta Orgánica
Por Daniel Gagliardo
(Solución al pie de página)
Sabemos que el ejemplo es una de las más importantes ayudas para los arquetipos. Predicar con el ejemplo, fue, y es, un dicho que no solo no pasa de moda, sino que se torna cada día más necesario en una sociedad carente de modelos válidos y coherentes. Y en tal sentido, el gran problema surge, o uno de los principales componentes de este gran problema holístico, cuando ya no se sabe qué es digno de ser tenido en cuenta. Imitado. Apreciado. Visto como parámetro armonizador de situaciones o coyunturas a tratar.
¿Cuál es el ejemplo a seguir? ¿El de la gerencia política de Villa Las Rosas, en Traslasierra? Generando intranquilidad entre los habitantes del lugar, por no hacer explícita la ratificación, e intención, de que aquello que en los `90 quedó instalado mediante declaración, como municipio NO-NUCLEAR, se cumpla ante la actual amenaza de explotación de URANIO; o el de Villa Carlos Paz, en el extremo sur de Punilla, con su nueva Carta Orgánica, donde decreta en su Artículo 16:
“El territorio del Municipio es zona protegida. No pueden radicarse en él centrales, reservorios, basureros o industrias nucleares ni de cualquier otro tipo afín; se prohíbe la radicación de cualquier empresa de fabricación, fraccionamiento o depósito de material bélico; se prohíbe la generación, la manipulación, el uso, la producción o el transporte de sustancias tóxicas, insumos nucleares o residuos peligrosos que pudieren poner en peligro la salud y el ecosistema”
Se supone que no debería haber visiones tan opuestas de lo que significa vivir o morir; preservarse o contaminarse.
De todos modos parece ser que la estrategia que las empresas mineras, en este caso con la desfachatada asistencia connivente de la CNEA, Comisión Nacional de Energía Atómica, aplica sobre algunas poblaciones da su resultado. Basadas, inevitablemente, en la ignorancia de quienes serán las primeras víctimas de ese tipo de actividad aniquilante. Traslasierra tiene una antigua tradición minera. En este tipo de precedente hace pie una estrategia perversa.
Anular la capacidad de los pobladores de algunas regiones para discernir entre uno y otro tipo de minería. Su nostalgiosa esperanza de recuperación socio-económica regional, les venda los ojos, y obnubila, respecto a una actividad que las multinacionales les presentan como minería, siendo que no lo es. La minería a cielo abierto complementada con técnicas de lixiviación es una mega-industria-química, que distorsiona la explotación minera, o el carácter principal de algunas definiciones más simples y completas del término minería: “Tomar de la corteza terrestre elementos minerales, no orgánicos recientes, que se encontrasen agrupados o aglutinados en un cierto índice”
Por lo tanto, otorgar a la megaminería el título de minería es algo descabellado. Aquello que buscan retirar no se encuentra aglutinado de un modo suficientemente definido u homogéneo. De ahí que deben implementar métodos altamente riesgosos de manipulación química, con el uso perverso de la poca agua potable que aun existe, para hacerse con algunos gramos de mineral o metal por tonelada de roca. Siendo lo peor, en la actual situación de la provincia de Córdoba, así como de Mendoza y otras, que a los ya conocidos riesgos se sume la radioactividad, contaminación típica del tipo de metalífero que actualmente centra toda atención en nuestro país: el URANIO.
Debemos impedir que la fascinación hipnótica que las mineras multinacionales están implantando en algunas regiones se expanda. Así, volviendo a la imprescindible energía del ejemplo, instalar un verdadero y fortalecido patrón de consciencia general respecto al gravísimo riesgo que corremos en esta amplia y polifacética región del planeta. Los gerentes políticos de algunas localidades de Traslasierra ocupan, por algunos instantes de la longeva vida planetaria, un sitial que les fuera otorgado para garantizar que el préstamo que hemos tomado de las futuras generaciones sea retornado. Devuelto en el mejor de los estados.
¿Es esto lo que está ocurriendo? ¿Podemos confiar que se están tomando las decisiones que más favorecen la preservación de la existencia, no solo de la humanidad, sino de la Vida Toda?
Creemos que no. Por lo cual, quienes no caigamos bajo el sopor del hipnotismo profusamente estudiado, y aplicado, por las aniquilantes mega-industrias, debemos colaborar para romper el hechizo. ¿Cómo se hace esto? Ejemplificando. Haciendo aquello que los que están hipnotizados no pueden hacer. Asumiendo lo que otros no asumen. Diciendo lo que otros no dicen. Soportando lo que otros no soportan. Resolviendo lo que otros no resuelven. Observando lo que otros no pueden momentáneamente observar. Siendo diferentes ante los indiferentes. Buscando respuestas donde otros ni siquiera encuentran preguntas. Pero, por sobre todo, amando aquello que muchos aún no pueden amar. Y es aquí, solo aquí, en esta última observación, donde el ejemplo poco puede con su estimulante acción. Nadie puede fingir amor; o mejor dicho: puede fingirse amar; pero, inevitablemente, el resultado será -por ausentismo del amor mismo- un vacío de difícil solución.
Quienes amen, entonces, den un paso al frente y actúen. Sepan que poseen un elemento que, al igual que ocurre con la actual minería metalífera a cielo abierto, se deben remover toneladas de consciencia humana para obtener algunos gramos. Pero contrariamente, y en este caso, vale toda pena y sacrificio su extracción y utilización.
Daniel Gagliardo
CONCIENCIA SOLIDARIA
ONG Interprovincial