Dos vecinos de Esquel le responden a un funcionario de Trelew. La siguiente es una respuesta pública a Fabián Tappari, funcionario de la “Coordinación de Medio Ambiente” del municipio de Trelew, con motivo del mail que enviara a la casilla del sitio https://www.noalamina.org/.
Por Corina Milán y Conrado Ferre * publicado en Puerta E
22/09/2011.
El texto de Fabián Tappari se transcribe entre comillas y nuestra respuesta aparece en itálica y negrita, e incluye una pequeña introducción.
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Uno puede hacer dos cosas cuando se ve en la necesidad de debatir. Lo más honesto es intentar escuchar al otro y estar abierto a que la opinión propia pueda cambiar. Pero lo más fácil, y lo que generalmente hace la gente con algún compromiso económico que no le permite cambiar de opinión, o aquellos que no desean hacerlo por pereza intelectual (escuchar y comprender es un esfuerzo) o por costumbre, es simplificar, llevar al absurdo lo que no es absurdo, tanto como para quedarse tranquilo con la opinión propia. Su mail es un buen ejemplo. Veamos:
“Gracias por su correo. Tengo solo algunas dudas en forma de preguntas para hacerles a todos los que luchan y adhieren a esta noble cruzada, y que seguramente están en contra de TODA la minería, consulta:[…]”
Comenzar con una ironía mal disimulada no es el mejor camino para entendernos. Continuar suponiendo lo que a Ud. le conviene, a saber, que estamos en contra de toda la minería, tampoco. Sencillamente queremos información clara y sincera de todo lo que se pretende hacer a la vuelta de nuestra casa. Eso se llama autodeterminación y es un derecho ¿Le parece pedir demasiado?
“1.- utilizan algún tipo de combustible fósil para movilizarse.
“2.- Utilizan vehículos?
“3.- Viajan en avión?”
Cuando debatíamos en el centro de estudiantes del colegio secundario escuchábamos algunas ingenuas argumentaciones de los adolescentes post-dictadura: “vos que sos socialista ¿por qué no te vas a vivir a una villa entonces?” Ésta es análoga. Hay varias maneras de responder, la primera posibilidad es no responder, la segunda es como sigue. Como sabrá, hace unos siglos empezó a gestarse algo en el mundo que se llama capitalismo, cuya forma última es el consumo. Sabrá también que los hombres estamos, en buena medida, determinados por la época en la que nos tocó vivir. Sólo con esas tres ideas ya se puede armar un razonamiento. Sí, usamos celulares también y computadoras, como podrá ver. Pero sin celulares y sin computadoras nos excluimos de la sociedad, y no todos sabemos arar la tierra o carnear un animal, o hacernos con barro nuestra casa. Ni sabemos ni estamos dispuestos porque, como queda dicho, éste es nuestro tiempo. Pero queremos cambiarlo, queremos que todos tengamos una tendencia a depender cada vez menos del consumo, porque sabemos que vivir en un sistema así nos va a llevar al colapso. ¿Apoya las energías alternativas, Fabián? ¿Denunció alguna vez los estragos que hacen las petroleras, el gas que queman, los derrames y el calentamiento global que producen, cuando podríamos estar impulsando la generación de las mil y una formas de energías alternativas que existen? ¿O lo calla porque piensa que si no, no va a poder seguir usando su auto?
“4.- Tienen algún objeto de oro, plata, u otro metal como ser alianzas, cadenitas, etc.?”
Resulta por demás obvio, pero parece necesario señalarle que estos son bienes suntuarios. ¿Vale la pena hacer volar una montaña para que alguien, en alguna parte del mundo, tenga una cadenita de oro?
“5.- Tienen implantes molares?
“6.- Se iluminan con luces de mercurio?”
Éste puede ser un debate interesante ¿Qué hacemos con lo que, al menos a primera vista, parece necesario? Antes que destrozar y contaminar por siglos una zona cualquiera del planeta, valdría la pena explorar dos vías: lo alternativo y el reciclaje. Si las políticas ambientales de los países se orientaran a esas dos opciones antes de hacer estallar alegremente las montañas mientras los desechos industriales ahogan a países del tercer mundo, entonces empezaríamos a hablar. Con todo el metal (cualquiera) que hay dando vueltas por el mundo (en la forma que se le ocurra y las más de las veces transformado en basura) ¿Para qué seguir extrayendo? ¿Por qué no reciclar si es tan “necesario”? ¿Será que disminuyen las ganancias? Entonces ¿se trata realmente de las necesidades de la gente o de la imperiosa necesidad de auto-reproducción del capitalismo en sí mismo?
“7.- Nadie tiene auto?
“8.- Luego de dar los discursos contra la minería, retornan a sus hogares a caballo?
“9.- Se iluminan con el fuego?
Dejando de lado sus ironías, lo remitimos a lo ya respondido para los puntos 1 a 3.
“10.- Nadie consume carne?”
Descartamos que piense que la carne de consumo proviene de la minería. Este punto no tiene ninguna vinculación.
“11.- La cosecha de vegetales es artesanal?
“12.- La pesca la hacen desde la costa, o embarcado con arpones pero sin 13.- utilizar anzuelos metálicos, ya que el metal proviene de las canteras que contienen metales, valga la redundancia, no?”
Ya dijimos que la minería no es toda igual, pero parece que creer que eso creemos le simplifica las cosas. Ya que los menciona, podríamos hablar un buen rato sobre el modelo agrícola vigente, su incidencia sobre la población rural especialmente la campesina e indígena, su profunda dependencia tecnológica, la altísima concentración de los negocios del sector y de las tierras, lo que ocurre con las prácticas de pesca marítima de altura, las licencias otorgadas para la captura en nuestro mar y la mafia pesquera en Chubut.
“14.- Algún candado de bronze?
“15.- Alguna hebilla en los zapatos?”
Los candados de bronce o las hebillas de los zapatos no pueden justificar la minería. Si así lo considera, Fabián, nos permitimos decirle que debiera revisar sus prioridades.
“16.- Tienen heladera con paredes metálicas?”
Valoramos su enumeración de objetos y artículos metálicos o con partes metálicas.
“No quiero ser pesado, me pero quedan en el tintero miles de preguntas que me surjen pero las dejaré para otra oportunidad.
“Mi última pregunta es si los que están verdaderamente en contra de las mineras han hablado con la gente que vive de Gastre y Gan Gan, Lagunita Salada, Yala Laubat y Blancuntre para saber su opinión?”
Fabián, no solo hemos hablado con los pobladores, sino que estamos en contacto directo y presencial asiduamente. Y sí, como bien dice, las necesidades que no quisieron atender los sucesivos gobiernos, hace de la gente que no tiene demasiadas alternativas, presa fácil para cualquier especulación. ¿O por qué cree que les interesa mantener a la gente aglomerada y en la pobreza? La mano de obra barata es ganancia para las empresas; la desesperación les abre las puertas a los proyectos más criminales o insensatos. Y sin embargo, le sorprendería saber que buena parte de los habitantes de la meseta está en contra de los proyectos mineros, angustiados por su presente y disconformes con quienes desconocen su opinión o no los escuchan.
“Desde la comodidad es fácil hablar. Pero hay que estar en la piel de los que sufren de privaciones, como la gente que vive en esos lugares alejados de los centros mundanos y muchas veces trabajan en empresas relacionadas con las mineras. Espero su contragolpe, que seguramente será leal y con principios nobles, y no con golpes bajos como los estúpidos que piensan que vivimos todavía en las cavernas y en un mundo como los navi de avatar, en un comunión total con la naturaleza. No les quepa duda que nada me gustaría más que fuera así, ya que tengo hijos y quiero un mundo hermoso para ellos, pero la realidad es otra. Un saludo. Fabián Tappari”
Desconocemos desde qué lugar habla. ¿Vive en condiciones precarias o incómodas? Y cuando se refiere a los “centros mundanos”, habrá querido decir urbanos; la palabra mundano alude a la buena vida, los placeres de este mundo, etc. Respecto de la vuelta a las cavernas, por supuesto que no creemos ni queremos vivir en la prehistoria. En ese tiempo de la humanidad, había lucha por la supervivencia, enfermedades, etc. Además, no sería posible volver allí: no se puede atravesar por la historia de la humanidad sin que la humanidad se modifique radicalmente. Pero ¿le gusta el mundo en el que vivimos? ¿le parece que hace falta un cambio? ¿Está dispuesto a dejar de ir al supermercado, por ejemplo? ¿Resignar una cadenita de oro para que, en algún lugar del mundo, alguien a quien no conoce, pueda plantar un vegetal para comer? ¿O le parece muy idealista? Las posturas que se asumen sobre la realidad imperante en cualquier tiempo son determinantes: ¿ve la realidad como algo modificable o no? ¿quién cree que hace la realidad? ¿o es algo dado, algo a lo que debemos someternos absolutamente?
Otro saludo cordial para Ud. y muchas gracias por permitirnos exponer nuestras ideas a partir de sus interesantes cuestionamientos.
* Vecinos de Esquel