Empleados de minera La Alumbrera impiden el acceso a periodistas a la ciudad catamarqueña. Un novedoso grito de protesta se escucha en Andalgalá y la tensión recrudece en la localidad catamarqueña.
Fuente: Plaza de Mayo
13/02/2012.”Estamos cansados, hace dos años que venimos aguantando esto”, “dicen que la minería contamina, que hay gente con cáncer y no es cierto”, “ellos dicen que luchan por la vida pero piden nuestra muerte”, “los medios mienten, dicen que todos estamos en contra de la minería y no es cierto”. Esos eran algunos de los argumentos que se escucharon ayer en la asamblea pro minera realizada sobre la ruta provincial número 46.
Apostados a la vera del camino, los manifestantes sostienen el corte desde hace una semana bloqueando el ingreso a la ciudad.
La multitud que se reunió más tarde a la noche por la presencia de funcionarios locales, era diversa. Algunos manifestaron ser trabajadores de La Alumbrera y de empresas subcontratadas y otros, pobladores que creen que en esta lucha se juega el destino de la economía local. Sin embargo, integrantes de la asamblea El Algarrobo denunciaron que la guardia de 24 horas la hacen “patovicas pagos” por la empresa para amedrentar a los ambientalistas y que algunos de ellos “tienen antecedentes por violencia y narcotráfico”.
Los manifestantes tomaron una actitud hostil e increparon a los periodistas agresivamente.
La decisión fue impedir el paso a cualquier medio nacional, especialmente el Grupo Clarín, porque según ellos, difundieron una versión distorsionada de los conflictos de Belén y Tinogasta y “están cansados de la manipulación de los medios”. Algunas camionetas doble cabina, dos puestos de los que colgaban carteles de “A la minería sí o sí” y “TN Miente”, y alrededor de veinte personas irrumpieron en el árido paraje ayer por la tarde. Todos los recién llegados fueron interpelados por el motivo de su visita.
Al constatar que algunos eran periodistas, requirieron identificaciones y nombre del medio al que cada uno pertenecía.
No contentos con las respuestas, solicitaron documentos que probaran los datos y finalmente exigieron que se retiraran todos del lugar. Plazademayo.com intentó dialogar con algunos representantes del corte e incluso ofreció entrevistarlos, pero éstos mostraron una peligrosa y agresiva intransigencia. Una vez desalojados de la entrada, estos cronistas acudieron a la policía provincial en un puesto ubicado a 300 metros del corte, quienes nos informaron que no podían hacer demasiado hasta tanto no se comunicaran con el comisario y, posteriormente con el fiscal. Tanto la fiscal Marta Nieva, de Andalgalá como Santo Reynoso, Fiscal Federal de Catamarca fueron notificados de la situación. Este último informó que debía realizarse la denuncia ante la policía, sin embargo, las fuerzas de seguridad, eludieron durante todo el día la denuncia argumentando que la solicitud debía radicarse en la comisaría de la ciudad.
Asambleístas pidiendo protección a la policía
Soledad y Ana Gloria, dos integrantes de la asamblea de vecinos, acudieron al lugar en bicicleta, pero solicitaron a los policías que las escoltaran hasta la entrada porque temían que en su regreso encontraran algún tipo de represalia, como ya había ocurrido.
“El corte lo hacen con una modalidad muy agresiva de la que yo fui testigo anoche cuando llegaba a Andalgalá en un colectivo que provenía de la provincia de Catamarca. Amenazaron que si dejaban subir a cualquier persona ‘hippie’, como dicen, ellos mismos se iban a encargar de bajarlos de las barbas.
Lo hacían con una actitud de intolerancia, muy prepotentes y amenazantes hacia el guardia y el chofer, quienes se mantuvieron en silencio para no generar más violencia”, relató Ana. En ese episodio, la policía no intervino ni se acercó para escuchar lo que estaba pasando.
Durante la espera de más de dos horas en el destacamento policial, camionetas 4×4 y motos merodearon constantemente la zona. Algunos con su cara cubierta, matuvieron un fluido diálogo con los policías, quienes dijeron conocerlos.
“La policía prácticamente los está custodiando, cuando hicimos las manifestaciones de El Algarrobo y fuimos agredidos, la policía nunca nos cuidó, en cambio a ellos sí. El otro día fueron a la radio de Aldalgalá, e intervinieron diciendo que estaban armados y que iban a matar a la gente de El Algarrobo.
Hay una incitación muy grande a la violencia y el Estado nos deja desamparados. Hoy en día estamos desolados, hay gente que no sabe cómo salir o entrar de Andalgalá. Hay familias que están divididas por eso, porque están identificadas como sí a la vida”, declaró Soledad a Plazademayo.com.
Una de las camionetas que merodeaban el destacamento
Todos los movimientos de los cronistas presentes fueron vigilados durante el día de ayer. Las camionetas siguieron a los móviles y autos que intentaron en varias oportunidades ingresar por otras vías a la ciudad, algunas de ellas con ayuda de la gente local. La tarea fue impedida por maquinarias de la empresa que bloquearon los accesos vecinales.
Consultado por plazademayo.com, Rodrigo González, secretario de prensa de la gobernación, sostuvo que “el gobierno no ha dado ninguna orden para impedir el libre tránsito de ningún medio”,
sin embargo, la notificación de lo sucedido no bastó para que el gobierno provincial tomara cartas en el asunto.
A la mañana siguiente, Julio Bazán, periodista de TN, logró finalmente, luego de varios tentativas frustradas, ingresar a Andalgalá con ayuda de integrantes de El Algarrobo, mediante una treta digna de la resistencia francesa. Cruzó agachado y a campo traviesa un buen trecho hasta llegar a un camino vecinal donde lo esperaba un camión de los asambleístas.
Paralelamente y solicitando insistentemente la radicación de la denuncia, Gabriel Levinas acudió al mismo destacamento policial. Cuando se le explicó al Subinspector Valdéz el motivo de la denuncia, éste justificó el corte y declaró que “la modalidad no es solo no dejar pasar a periodistas, sino también a todos aquellos que se manifiestan en contra de la minería.
Ellos dicen que los periodistas que vinieron hasta ahora….¿usted de qué medio es?”, se interrumpió. Volvió a preguntar a qué medio pertenecíamos, y expuso las reticencias de los manifestantes contra los periodistas con la efusividad de un vocero. Valdéz se comprometió a que tres efectivos escoltaran a Levinas en una camioneta a la comisaría de la localidad.
Al llegar al corte, cinco manifestantes volvieron a bloquear el paso y, a pesar de la superioridad numérica policial (otros tres efectivos se encontraban en el lugar) y la falta de obstáculos físicos para sortear el corte, los obligaron a volver por donde vinieron. Mansamente, los efectivos obedecieron las órdenes de los empleados de la minera, debiendo tomar la declaración en una pequeña libreta sobre la ruta, para luego transcribirla en la comisaría.
La imposibilidad de transitar libremente hacia Andalgalá, también se extendió a organismos de DDHH, cuando el SERPAJ tampoco pudo ingresar y su vehículo fue perseguido por 50 kilómetros.
Según el ministro de gobierno provincial, Francisco Gordillo “después de lo de Tinogasta, este gobierno se ha declarado garantista. Si la justicia nos lo ordena, nosotros les tenemos que dar el paso, pero la policía no está subordinada ni a los mineros, ni a los antimineros.”
Desde el gobierno, aseguran que pretenden tener una visión “más objetiva” del conflicto y de esa manera “nosotros vamos a garantizar lo que tengamos que garantizar”.
Por otra parte, el funcionario informó sobre un ataque ocurrido anoche, cuando una bomba molotov explotó en la casa de un proveedor de La Alumbrera: “esto tiene que ver con los anti mineros, con un ataque contra esta persona que les provee de comida a las mineras”, sostuvo. Casualmente, dos años atrás, cuando la primera represión contra los asambleístas había tomado repercusión y acudieron medios nacionales, otro sospechoso episodio había ocurrido cuando la oficina de la empresa Agua Rica fue atacada.
Hoy, la protesta de aquellos que se embanderan bajo la consigna “Sí a la vida” continúa para impedir la instalación de un nuevo proyecto.
El emprendimiento de Agua Rica está avanzando en el mismo lugar en donde actualmente opera La Alumbrera y promete una nueva escalada de conflictividad social.
Para Ana Gloria: “No se trata de que nosotros tengamos trabajo y ellos no, se trata de que tengamos un progreso real y sustentable porque Andalgalá es rica y no es necesario otro emprendimiento minero a la que la provincia solo le queda un 10%. Las empresas y el gobierno están dividiendo a la sociedad, acá nos quieren llevar a una guerra civil”.