Cartel por la Vida en AndalgaláUn integrante de los autoconvocados habló con el dueño de un restaurante, en cuyo techo había una azotea sin uso. Le propuso alquilarle el espacio para colocar allí, en la terraza un cartel, con una leyenda contra la contaminación ambiental que estaban ya sufriendo…
Por Juan Chelemin
“Los hombres han sido siempre, en política, víctimas necias del engaño ajeno y propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a descubrir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales, los intereses de una u otra clase”

Vladimir I. Lenin

Continuando con el cartel. Un integrante de los autoconvocados habló con el dueño de un restaurante, en cuyo techo había una azotea sin uso. Le propuso alquilarle el espacio para colocar allí, en la terraza un cartel, con una leyenda contra la contaminación ambiental que estaban ya sufriendo. El propietario accedió por $120 por mes. No era por la renta en sí, en realidad como espacio publicitario era irrisorio el precio. Lo hizo primero porque ya sentía y veía lo que estaba pasando: la depredación, el aire contaminado, los agricultores en éxodo que bajaban de la montaña camino a la terminal, con unos bolsos, maletas y atados, con cara de amargura total. Todos los días escuchaba relatos sobre animales muertos (Ver Doc. ” La Ganga “), y otras “novedades deliciosas” sobre las ventajitas que traía Rooney para sus amiguitos del sur.

Los autoconvocados instalaron el cartel. Este lucía a la vista de todos. Como había que esforzarse un poco para leerlo todo -la gente se tomaba su tiempo. Se detenían frente a él, le sacaban alguna que otra foto. Mientras estaban leyendo-había que hacerlo casi en medio de la calle-por la altura-se juntaban otros que recién llegaban al cartel y comenzaban su secuencia foto-lectura-anotaciones. Y así se sucedían a lo largo del día lecturas y operaciones alrededor del orgulloso cartel. Alumnos de escuela, amas de casa, maestras, profesionales de la minera, policías, médicos, compañeros de lucha de otros lares que visitaban Andalgalá. Para explicar más claramente porque se daban estas escenas tan largas alrededor del cartel pienso que se debían a:

• El texto del cartel era muy largo. Totalmente a la inversa de lo que sucede con las propagandas publicitarias (“Súbete a tu moto y transforma la noche”).
• Porque los catamarqueños (y los riojanos) poseen aún una virtud hace largo tiempo perdida en las urbes capitalinas del Este Córdoba, La Plata , Buenos Aires). Ellos leen. Ellos escriben. Ellos tienen diálogo entre sí. Cualquiera habla con cualquiera. Son casi todos grandes poetas. Poseen una riqueza cultural antiquísima, pródiga en matices, en dulzuras, en alegorías, en escarnios.
• Porque ese cartel -de ribetes parroquiales- totalmente desaconsejable para los que propician el consumo rápido de lo que sea que se pretenda vender -era la forma que tuvieron para enlazarse aquellos que no formaban parte de la lucha activa y querían participar. El cartel veía como llegaban las uvas en un racimo, se desprendían de a pares, y salían lentamente en distintas direcciones, como en una danza colectiva, persistente, con cierta modorra profunda. Se iba hilvanando así la unión en el discurso. Compartían un saber.Durante días, tardes, y algunas nochecitas esta coreografía se sucedió intermitentemente con el ritmo natural que solo los pueblos saben darle a sus hechos culturales. “El día que los pueblos sean libres la política será una canción”.

Calles destrozadas en Andalgalá: progreso mineroLas calles empezaron a romperse por el paso de las camionetas, de los camiones que iban a La Alumbrera. Todavía están rotas. Las salas del hospital comenzaron a sufrir un incremento de pacientes. Tenían tos. Ojos irritados. Dificultades respiratorias. Erupciones en la piel.
Al cabo de un tiempo se anuncia la llegada al pueblo del gobernador.

La empresa minera fue a hablar con el dueño del local cuya azotea ostentaba el estandarte escrito.

Le espetó-díganos Don -¿usted tiene un hijo de profesión contador que vive en Buenos Aires, no? ¿Cuánto gana su hijo? Suponemos que usted extraña a su único hijo varón.

El hombre activado por esta última reflexión dijo. “Si, lo extraño mucho, con todas las cosas que pasan en Buenos Aires (ver TN para crímenes). Y gana bien, más o menos bien 2.500 $.Por eso no le digo que se venga para acá. “
– Bueno, nosotros le pagamos $7.000, y lo contratamos para nuestras oficinas de la empresa acá en La Alumbrera o las nuevas que vamos a poner por Agua Rica.
– ¿Y eso por qué? – Alcanzó a preguntar el hombre. Mientras su corazón había sufrido el efecto de la entrada de un submarino. La sangre le fluía a borbotones. En el pecho un caballo parado en dos patas se salía de control.
– Usted saque ese cartel- le respondieron-.

El hombre tenía también una hija que era enfermera en el hospital del pueblo. Dorita, se llamaba. Cuando se enteró de esto, estalló. – Por unos pesos, usted mi propio padre, me condena a la soledad, me traiciona. ¿Acaso usted no está viendo como vengo yo destruida de ver tanto niño con leucemia? ¿No ve usted que nos están matando?¿O de dónde cree usted que han salido tantas enfermedades?¡Tantos casos de cáncer!¿Usted no me ha visto a mí marchar junto a Don Urbano codo a codo?¡Cómo puede hacerme esto padre!¡Mi propio padre! ¡Aliado con la minera!

"Junte los residuos" propone Minera La AlumbreraCorolario, la empresa había logrado tres objetivos con un solo golpe:

• Dividir a una familia más. Ponerlos a unos enfrentados con los otros. Padres contra hijos, Hermanos contra hermanos. Fragmentar aún más la sociedad.
• Sacar el cartel y sus efectos de unión y reproducción en pos un discurso colectivo.
• Mostrarle al señor gobernador -que simple era todo -cuando se tenía el poder que ellos tenían.

Los autoconvocados por la Vida a su vez acopiaron una conclusión más: Nosotros cotizamos bien.
Seguían consiguiéndole trabajo a la gente sin proponérselo. Efectos colaterales de su accionar.

El cartel

Ahora está colocado en una estación de servicio Shell, en una calle lateral. Cuando llegas a Andalgalá los compañeros te llevan a ver el cartel, le sacás fotos, lo lees, anotas su texto, etc. Ya no como uvas de un racimo, sino como membrillos que uno a uno van llegando, madurando al calor y que a la hora del mate saben endulzar el momento-con la lectura de su texto anotado en pequeñas libretas, al modo de los naturalistas de antaño.

La leyenda del cartel reza:

No queremos Agua Rica a cambio de más hambre, miseria y contaminación.
El agua vale más que el oro.
No a las explotaciones mineras .Si al desarrollo sustentable.
¡Sí a la vida!
No pasarán, No es No.

Juan Chelemin

Notas:
Definición: Desarrollo Sustentable, ver texto escrito por el profesor de geografía Marcelo Giraud, de la Asamblea del Agua de Mendoza. marcelogiraud@speedy.com.ar
Juan Chelemin: Ver Historia de Andalgalá por la escritora Patricia Álvarez de Figueroa.
Frutales (uvas, membrillos y otros) Ver: Proyecto CONSEJO LOCAL ASESOR DEL INTA ANDALGALÁ, Ingeniero JUAN CÓLICA, jjcólica@arnet.com.ar . El mismo trata sobre los factores productivos de Andalgalá, desde el membrillo (3.000.000 de Kilos por año), frutas de carozo, aromáticas, olivicultura, nogal, frutas secas, etc. para ello necesitamos el agua, no para las mineras, este proyecto que incluye proyecciones económicas, si se pusieran en práctica Andalgalá se convertiría en un polo productivo con ingresos de US$ 300.000.000 por año, lo cual, por supuesto el gobierno central de Catamarca no quiere, ya que perdería todos los privilegios que tiene, desde el monopolio de la salud hasta el comercio, por ello la única ruta que se hizo en Andalgalá es la que nos lleva a la perdición , o sea a La Alumbrera y a Agua Rica, que por suerte este último ya no se realizará. Ya lo verán

Mercedes Centena
(Continuará)