“Caso concreto de contaminación física”. Desde la Fiscalía de la Cámara Federal de Tucumán, a cargo de Antonio Gómez, se confirmó que a la acusación por supuesto delito de contaminar el medio ambiente que pesa contra Minera Alumbrera y por el cual esta ya cuenta con un procesamiento contra uno de los directivos, se decidió ampliar la imputación por el caso de una trabajadora que fue despedida de la empresa tras presentar serios problemas en su salud. El fiscal explicó que en este caso, se trata de un “caso concreto de contaminación física”.
Fuente: Nuevo Diario de Salta
Tucumán, Argentina – 25/06/09. Esto se determinó tras la denuncia de Gladys Aráoz ingresada el 18 de mayo pasado.
La trabajadora se desempeñó en la minera por 10 años y según el escrito, pasó por distintas áreas de la empresa en la que tuvo contacto con reactivos que deben ser manipulados con equipos de seguridad por su nocividad.
Tras dos meses de manipular los reactivos, la mujer empezó a sentir dolor de estómago y cabeza.
Siguió trabajando durante tres años en esa área, y los malestares se agudizaron agregándose problemas respiratorios.
Una de las tareas en la planta de cal implicaba que la mujer estuviese con los pies “permanentemente mojados. La humedad provocó primero irritación, después lastimaduras”.
También comenzó la afección de “todo el tejido de la piel especialmente la zona del rostro y las manos…se sumaron las lesiones de los pies manos y rostro pero lo que más asustaba y perjudicaba era la afección bronquial que le provocaban ahogos y asfixia”.
Los sucesos, indica la denuncia a la que accedió Nuevo Diario, no se reflejaron en el trabajo. Al buscar los médicos, la mujer dio con un alergista que pide la “realización de `Placas de Testificación`”, con “extracción de muestras cutáneas”.
Allí “se encuentra que lo que producía todo el cuadro…eran los elementos con los que trabajaba, los reactivos”.
Tras ello, la mujer habló con las autoridades de Recursos Humanos y del Servicio Médico de Alumbrera.
Se la derivó a entrevistas con ART, Juntas Médicas, y los estudios determinan que la mujer contaba con “una alergia con dermatitis ocupacional y silicosis con problemas respiratorios, enfermedades profesionales”.
Su salud empezó a deteriorarse y fue trasladada a otra sección. Pero al seguir trabajando en cercanía a los reactivos y la planta de molibdeno “la patología pulmonar se agravó teniendo acceso de asfixia cada vez mas frecuente, siendo la falta de aire permanente”. Todo su cuadro de salud empeoró, hasta que en 2007 sufre un ataque bronquial en la empresa.
Tras su descanso a fines de aquel año, cuando le entregan una medalla por los 10 años en Alumbrera, pide un certificado y le dan 10 días de descanso. Al llegar a su casa, “se encuentra con una carta documento de despido”, dice la denuncia.
Al día de hoy la mujer “ha perdido el sentido del olfato y gusto, tiene lesiones pulmonares y en la piel no sólo de pies y manos sino de todo el cuerpo, tiene trastornos gástricos y renales, pero además presenta alteraciones psicológicas, depresión, trastornos del sueño”.
La imputación
Al ser consultado, el fiscal Gómez indicó que frente a la denuncia se amplió la imputación en el marco de lo establecido por el artículo 55 del Régimen de Desechos Peligrosos, que en su artículo 55 establece que “será reprimido con las mismas penas establecidas en el artículo 200 del Código Penal, el que, utilizando los residuos a que se refiere la presente ley, envenenare, adulterare o contaminare de un modo peligroso para la salud, el suelo, el agua, la atmósfera o el ambiente en general.
Si el hecho fuere seguido de la muerte de alguna persona, la pena será de diez (10) a veinticinco (25) años de reclusión o prisión”. Explicó que en este caso, se trata de un “caso concreto de contaminación física”.