El proyecto de extracción de uranio en la provincia sufre un giro inesperado. Además de la explotación, Berkeley planeaba almacenar residuos radioactivos procedentes de Extremadura convirtiendo a la instalación de Retortillo en “instalación radioactiva de primera categoría”. El Consejo de Seguridad Nuclear obligará a la empresa a elaborar un nuevo programa de vigilancia radiológica ambiental y revisar su memoria descriptiva del proyecto. Según Stop Uranio, el CSN califica en un documento los residuos procedentes de la explotación y la planta de tratamiento en la provincia como radioactivos. Además de la explotación, Berkeley planeaba almacenar residuos radioactivos procedentes de Extremadura convirtiendo a la instalación de Retortillo en “instalación radioactiva de primera categoría”.
Fuente: Salamanca24horas
Stop Uranio, plataforma contraria a la extracción minera de uranio en la provincia, dice haber tenido acceso a un informe del Consejo de Seguridad Nuclear en el que se califica a los residuos procedentes de la explotación y de la planta de tratamiento en Salamanca como radioactivos. Esto, en contra de lo expuesto por la empresa, Berkeley Minera, que los calificaba como no peligrosos para la salud humana y el medio ambiente de la zona. Así pues, ahora se obligará a la evaluación radiológica conjunta e inseparable de las instalaciones anteriormente mencionadas y Stop Uranio solicita al Ministerio de Industria, Energía y Turismo, en virtud del artículo 6.2 del Reglamento sobre Instalaciones Nucleares y Radioactivas, la suspensión del procedimiento durante un año para llevar a cabo una nueva de evaluación del proyecto a la espera de recibir más información por parte de Berkeley.
Por otra parte, desde Stop Uranio denuncian que Salamanca será un almacén de residuos radiactivos provenientes de Extremadura. Aseguran que el Consejo de Seguridad Nuclear posee un documento en el que Berkeley solicita los trámites para el otorgamiento de concesión de la explotación derivada del permiso de investigación ‘Almendro’, concedido por la Junta de Extremadura e incluido en el proyecto ‘Gambuta’, cuya etapa final del tratamiento del mineral se llevará a cabo en las instalaciones de Retortillo, considerada ésta como “instalación radioactiva de primera categoría”. Para el Consejo de Seguridad Nuclear, “es evidente que ambos proyectos forman parte de un integrado de mayor alcance que el presentado actualmente por el solicitante y sobre el que no se dispone de suficientes datos”.
Además, el Consejo de Seguridad Nuclear ha endurecido los requisitos a Berkeley para sacar adelante el proyecto y a pesar de que la Junta de Castilla y León haya dictado un informe de declaración de impacto ambiental favorable. Así las cosas, se ha obligado a la empresa a una revisión completa de su memoria descriptiva y a considerar la planta de tratamiento y la explotación minera como un proyecto único en el que se incluya “la previsión de procesar mineral de otras plantas satélites” y que tenga en cuenta “la generación de residuos radioactivos en la planta de tratamiento”. A partir de este momento, el proceder de Berkeley estaría marcado por elaborar y presentar ante el Consejo de Seguridad Nuclear “un nuevo programa de vigilancia radiológica ambiental preoperacional que permita la caracterización de la situación radiológica del fondo natural del emplazamiento de la zona minera y el establecimiento de un nivel de referencia o de fondo radiológico de la zona vigilada fuera del mismo”. Este nuevo programa deberá ser autorizado por el consejo y hasta entonces la empresa no podría iniciar, en ningún caso, las labores de extracción de uranio.
Stop Uranio denuncia, y basándose en lo contenido por el Consejo de Seguridad Nuclear “que las estructuras o depósitos que se prevén construir en el hueco de la mina para el almacenamiento definitivo de los estériles del proceso y demás residuos radioactivos generados en la planta de tratamiento de minerales, formarán parte integral de dicha instalación y estarán sometidas, junto al resto de dicha instalación radioactiva, a la regulación establecida al efecto en el reglamento sobre instalaciones nucleares radioactivas”. Por otro lado, afirman que el CSN obligará a Berkeley a elabora un análisis previo de la seguridad del proyecto de almacenamiento de los residuos radioactivos que justifique su idoneidad.
Stop Uranio confirma la peligrosidad del proyecto minero de Berkeley
Desde la Plataforma contra la mina de uranio de Salamanca el conocimiento de estos nuevos datos “hace patente cuál es la verdadera dimensión del proyecto de Berkeley, más allá de los conceptos de inocuidad” y sostenibilidad que pretende vender la empresa a nivel público de manera reiterada. En realidad se trata de un proyecto fragmentario que convertirá a una parte de la provincia de Salamanca en un almacén de residuos tóxicos radioactivos, lo que supone un legado inasumible para futuras generaciones y frente a lo que se exigirán las responsabilidades políticas y judiciales pertinentes”, señalan.