Un sector del complejo metalúrgico peruano de La Oroya, propiedad de la estadounidense Doe Run, reinició sus operaciones tras estar tres años cerrada por sus deudas y el incumplimiento de las leyes medioambientales, informó este domingo el comité liquidador de la empresa.
Fuente: AFP
Rocío Chávez, presidenta del comité liquidador, dijo a la prensa que por el momento se inició el funcionamiento del circuito de zinc y luego se proseguirá con las plantas de plomo y de cobre.
Chávez explicó que “para la del cobre se deberá culminar una planta de tratamiento de ácido sulfúrico, a fin de evitar la contaminación a los habitantes de La Oroya”, ubicada en la región de Junín (este).
“Con este inicio, los trabajadores se verán favorecidos luego de tres años en que debieron padecer por falta de trabajo”, aseguró la presidenta del comité.
“A buena hora se procedió (a) la reanudación de las operaciones que tanto exigíamos los trabajadores”, afirmó por su parte Luis Castillo, presidente de la Federación Nacional Minera y Metalúrgica.
Doe Run, perteneciente al Grupo Renco, paralizó su actividad en junio de 2009 por incumplir el proceso de reestructuración y el Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA), y ahogada por las deudas después de que un grupo de bancos cortara sus líneas de crédito tras una crisis financiera, que la llevó al borde de la quiebra.
La minera debe más de 200 millones de dólares a proveedores y al fisco por impuestos e incumple con el financiamiento de 160 millones de dólares para poner en práctica un plan de defensa del medioambiente.
Hace unos meses, el gobierno nombró un comité liquidador para que interviniera la empresa, a fin de encontrar una salida a los miles de trabajadores.
La ciudad de La Oroya, de unos 30.000 habitantes, vive de la minería desde hace más de 100 años, y es considerada una de las urbes más contaminadas del mundo por los humos de la refinería.