En los últimos dos años se ha incrementado la superficie concesionada para la explotación minera en Nicaragua. Durante al año 2009 era de 6% y para finales del año 2012 ascendió a un 11%. Esto significa aproximadamente unos 15 mil kilómetros cuadrados, equivalentes a dos tercios de la superficie de El Salvador.
Fuente: Centro Alexander von Humboldt
En los últimos seis meses se han generado conflictos debido a los graves daños ambientales que estas concesiones implican: la contaminación por metales pesados con cianuro del Río Mico en Chontales, el deterioro de la microcuenca del Río Pescador en León, la muerte de dos personas en Santa Pancha por derrumbes provocados en zonas de explotación subterránea, así como el encarcelamiento de 12 personas por defender el agua y el ambiente, violándose así sus derechos humanos. Todos estos casos mencionados anteriormente fueron provocados por subsidiarias de la empresa transnacional canadiense B2Gold.
Muchas de estas concesiones están ubicadas en la Cuenca de Los Grandes Lagos y el Río San Juan, sin embargo, el Gobierno de Nicaragua está promoviendo las inversiones mineras en la convención anual de los Exploradores y Desarrolladores de la Asociación de Canadá (PDAC, por sus siglas en inglés), publicitada como la Feria Minera más grande del mundo que se está desarrollando en Toronto, Canadá. Esto significa que se están negociando las condiciones ambientales del país en detrimento de los derechos de la ciudadanía nicaragüense a tener un ambiente sano.
En esta convención participan alrededor de 31 mil visitantes profesionales y unos mil expositores de más de 125 países, dentro de los cuales Nicaragua está representada por una comisión conformada por el delegado presidencial para las inversiones, representantes del Ministerio de Energía y Minas (MEM), la Cámara Minera de Nicaragua y las empresas mineras como B2Gold, Hemco, Condor Gold Plc., Calibre Mining, Alder Resources, Corazón Gold y Golden Reign Resources.
El Gobierno de Nicaragua fomenta la minería a nivel internacional, sin tener en cuenta que esta actividad extractiva genera únicamente del 3% “en regalías” y sólo aporta el 1.8% al Producto Interno Bruto (PIB), unos cuantos miles de empleos precarios y el deterioro del ambiente, principalmente del recurso hídrico, inutilizando importantes áreas permanentemente y exponiendo a muchísimas personas a situaciones de riesgo por el derrame de sustancias químicas peligrosas, entre otros.
Desde Centro Alexander von Humboldt creemos que no se deben promover inversiones que perjudiquen nuestro ambiente, sus recursos naturales y las condiciones de vida de la ciudadanía. Por lo tanto, demandamos al Gobierno la no aprobación de nuevas concesiones mineras preservando la cuenca del Río San Juan libre de minería.