Habitantes del estado, en particular del Pueblo Mágico Todos Santos, temen que en la entidad se repitan las prácticas mineras de alto impacto social y ambiental, ante la pretensión de la compañía canadiense Vista Gold, de operar una mina a cielo abierto en la zona de amortiguamiento de la Reserva de la Biósfera Sierra de la Laguna.
Fuente: diario El Universal
La Paz, BCS – 15/12/2009. Con los recientes hechos suscitados en torno a las mineras San Xavier, en San Luis Potosí, y Black Fire Exploration México, en Chicomuselo, Chiapas, los opositores a la extracción de oro en BCS, reiteraron su rechazo al proyecto que se pretende llevar a cabo en la entidad, por considerar que la minería a cielo abierto “tiene una historia de degradación ambiental y contaminación, a cambio de beneficios escasos para las poblaciones locales”
El delegado de la localidad, José Luis Castillo Camacho, dijo a EL UNIVERSAL que el rechazo hacia el proyecto de la minera Paredones Amarillos -subsidiaria de Vista Gold- “es generalizado”, y dijo lamentar que los gobiernos de los tres niveles avalen este tipo de inversiones en la zona, pues entre otros impactos, contaminaría los mantos acuíferos.
“Nos preocupa mucho por lo que ha ocurrido en otros países, más en América Latina con este tipo de minería. No podemos exponer nuestra agua ni la vida de nuestra comunidad”, expresó.
Por ello, llamó al gobierno estatal a “sumarse a la preocupación de los ciudadanos” y a no promover estas inversiones.
Elena Moreno, miembro del grupo ecologista Artosan, advirtió que la mina causaría daños a la flora y fauna de lugar, y sería riesgoso para la salud de los ciudadanos por las altas concentraciones de arsénico y cianuro que estarían expuestos, a causa del proceso de lixiviación que suele utilizarse en esta minería.
También traería impactos asociados por la instalación de una desaladora -para obtener el agua que demanda la explotación minera- que prevén construir en la zona de Las Playitas, en la costa del Pacífico, refugio de tortugas y zona de avistamiento de ballenas, expuso.
A su vez, Ariel Ruiz, del movimiento “El agua vale más que el oro”, sostuvo que han recabado unas 3 mil firmas de ciudadanos que rechazan la mina, por considerar que afectaría a la Sierra de la Laguna -adscrita a la red mundial de reservas de Biosfera de la UNESCO- principal fuente de captación de agua dulce para la región sur de la península.
“Estamos hablando de que toda el agua que consumimos nosotros viene de allá. La gente está en contra porque es un precio muy alto el que se tendría que pagar por la inversión”.
Por su parte, la empresa arrancó un proceso de información acerca del proyecto. En un comunicado, el gerente de la mina, Carlos Calderón, expuso que la compañía utilizará la “más reciente y comprobada” tecnología en todos sus procesos para garantizar una operación basada en “cero accidentes o incidentes”.
Entre otros compromisos -dijo- la empresa aplicará “los más altos estándares internacionales” como el Código Internacional de Cianuro. Según los cálculos, el proyecto requerirá 380 empleos en la fase de construcción, 285 durante su fase operativa, y generará más de mil empleos indirectos.
“MPA contará con un programa de manejo ambiental, un sistema tecnológico de monitoreo del agua así como un proceso completo de gestión de riesgos y contingencias”, sostuvo.
En opinión del especialista en Geohidrología, Arturo Cruz Falcón, la operación de la mina generará un daño ecológico en el lugar, pero -subrayó- “el daño más grande sería para las aguas subterráneas”.
“Probablemente no suceda durante el tiempo de operación porque van a cuidarse lo más posible para no ser sancionados, pero el problema se va a venir cuando abandonen las instalaciones, una vez que hayan extraído el material y destruido la zona”.
Precisó que las presas de relaves no garantizan la protección de los desechos con concentraciones de materiales tóxicos, pues regularmente ocurren fugas y los residuos terminan por infiltrarse al subsuelo.