Fue en el seminario taller “El mito del beneficio Minero” que se realizó en la sala Sazié de la Casa central de la Universidad de Chile (en toma), donde se congregaron 50 personas para debatir y reflexionar en torno a la llamada Responsabilidad Social Empresarial, concepto complejo, de silencioso impacto, bajo el cual se enmascara una intervención antropológica sin precedentes en la historia republicana de Chile.
Fuente: Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales
25/10/2011. Dirigentes sindicales de la Confederación de Trabajadores del Cobre y representantes comunitarios de Salamanca, Cuncumén, Alto del Carmen, Vallenar y Aconcagua viajaron especialmente desde sus localidades para participar del Seminario Taller “El mito del Beneficio Minero” organizado por el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA) y convocado por la Coalición Ecuménica por el Cuidado de la Creación, el Colectivo Viento Sur, la confederación de Trabajadores del Cobre (CTC), la Confederación Minera de Chile (CONFEMIN), Federación de Estudiantes – Universidad Alberto Hurtado y la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente (SECMA) – FECH, como respuesta a una embestida empresarial minera sobre Responsabilidad Social Empresarial que congregó a representantes de las principales transnacionales mineras del planeta en el hotel Sheraton entre los días 19 y 21 de octubre.
Durante la mañana, con los aportes conceptuales del geógrafo y doctor en antropología Raúl Molina, la socióloga experta en temas laborales Magdalena Echeverría, el economista y presidente de Acción AG Martín Pascual y el director de OLCA, Lucio Cuenca, las y los participantes pudieron dimensionar cómo las empresas transnacionales se han aferrado al concepto responsabilidad social, para enmascarar la sistemática irresponsabilidad con la que operan, valiéndose de un sin número de mecanismos, como la creación de Fundaciones “filantrópicas” (que se financian con dineros de impuestos que nunca llegan al Fisco), cuyos logos son una apropiación notable del imaginario identitario de las localidades que pretenden intervenir; o las alianzas con el Estado, que determinan en la práctica aberraciones tales como que en Alto del Carmen sea la MInera Barrick Gold la que le entrega dinero a los organismos del Estado (FOSIS; JUNJI, SERCOTEC, CORFO) para que realicen sus labores, claro que bajo la tutela de la empresa, es decir, las empresas logran que el Estado se transforme literalmente en su funcionario; o la identificación de las y los líderes para proceder al soborno y la cooptación de manera que eso luego se traduzca en desconfianza, división comunitaria, incertidumbre colectiva y debilitamiento del tejido social; o el financiamiento de espectáculos artísticos que transforman luego a los artistas, en el imaginario, como portavoces de la fiesta que la empresa quiere representar; y así otra serie de prácticas que sólo son posibles por la complicidad de los Estados con estas empresas y por la falta de espacios de discusión y reflexión como para darnos cuenta de qué estrategias requiere una empresa para imponer la actividad más contaminante e invasiva del planeta en un territorio, sin que la resistencia comunitaria le imposibilite operar.
Luego de un trabajo en grupo sobre los temas planteados y un almuerzo comunitario cocinado junto a las y los estudiantes en toma, el seminario abrió paso a la voz de las comunidades y los trabajadores; Mauricio Ríos, presidente del Consejo de Defensa del Valle del Huasco y Cristián Cuevas, presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre, dieron cuenta de la importancia de que quienes trabajan en la minería y las comunidades que sufren sus impactos se junten sin mirarse como enemigos, sino como parte de una comunidad impactada por un sistema económico injusto, de lo contrario, los dardos de la resistencia terminan enfocándose mal y la lucha por la vida se hace poco eficiente.
Del mismo modo, se compartió en torno a la importancia de ir creando condiciones que se constituyan en alternativas al extractivismo y la cultura de muerte que se impone. Apostando por el desarrollo local, la restitución de los lazos y las actividades tradicionales, la promoción del amor a la tierra y los valores que ella enseña, y sobre todo, la importancia de poner al agua y la amenaza que sobre ella se cierne como el eje de la resistencia colectiva.
Finalmente, las y los participantes crearon y escribieron lienzos para poner en el frontis de la casa central de la Universidad de Chile en toma en los que se leía “¿Responsabilidad social en minería? JA JA JA” “Responsabilidad Social Empresarial: Robar Sobornar Evadir” y “En la tierra, el aire y el mar no hay responsabilidad social”