El presidente de Evo Morales volvió hoy a plantear a Japón una sociedad para fabricar automóviles Toyota que funcionen con baterías de litio del salar de Uyuni, en cuyas cercanías el mandatario inauguró una planta piloto de producción de carbonato de ese metal.

Foto de archivo: presidente Evo Marales con un envase conteniendo litio.

Fuente: Los Tiempos
Morales reiteró el planteamiento al embajador japonés, Hidehiro Tsubaki, con el que viajó hasta la localidad de Llipi, en inmediaciones del salar situado en el occidente boliviano, cerca de la frontera con Chile, donde está la mayor reserva mundial de litio.

El jefe de Estado dijo que está a la espera de una respuesta a la propuesta hecha hace dos años al gobierno japonés de instalar en Bolivia una factoría de automóviles Toyota que funcionen con las baterías eléctricas.

“Yo decía: Nos juntemos, Japón y Bolivia, para hacer un Toyota japonés a litio, pero hecho en Bolivia. Eso he planteado (…) Me dijeron que la propuesta es interesante y estamos esperando la respuesta, todavía no ha llegado”, comentó en su discurso.

El mandatario reiteró así la condición que ha expresado antes a las empresas y los países interesados en ser socios de Bolivia, de que deben estar dispuestos a industrializar las grandes reservas de ese metal en este país, porque no lo venderá como materia prima.

Morales desea en concreto que Bolivia se convierta en fabricante de baterías y coches eléctricos, pero las empresas y representantes de los países han observado antes que el país sudamericano no cuenta con la infraestructura para esas iniciativas.

El mandatario dijo hoy que las naciones ricas quieren llevarse las materias primas para seguir siendo potencias, al tiempo que valoró el trabajo de los profesionales y técnicos bolivianos que pusieron hoy en marcha la planta piloto de carbonato de litio.
La instalación fue construida durante cuatro años, período en el que los directivos encargados del proyecto fueron criticados por expertos que afirman que el Gobierno, por no tener socios con experiencia, retrasa el aprovechamiento de la riqueza del litio.

El gerente de Recursos Evaporíticos de la Corporación Minera de Bolivia, Luis Alberto Echazú, a cargo del proyecto, destacó que hubo un esfuerzo “enteramente boliviano”, en lo político, económico, financiero y técnico para montar una planta “desde cero”, en un lugar donde antes no había nada, en alusión al desierto de sal.

Reconoció fallos en el desarrollo del proyecto y problemas para el tratamiento de las salmueras de Uyuni que, a su juicio, son “mucho más complejas que las salmueras de Chile y Argentina” y dijo que se seguirán haciendo ajustes al funcionamiento de la planta.