Desde nuestra Asociación, con principios claros sobre el cuidado del medio ambiente y el agua, consideramos que tenemos la obligación y necesidad de exponer nuestros puntos de vista sobre la posible instalación de empresas mineras en la región, posición ya tomada desde el año 2003, en nuestra nota presentada a la sociedad pero con la necesidad de ratificar lo expuesto anteriormente ante un nuevo avance de empresas y personas que no respetan la voluntad de un pueblo que se expresó en el plebiscito del 2003 con un rechazo del 81% a esta actividad.

 

16/06/2012.

Por Asociación Guías de Pesca de Chubut.

Documento por el NO a la Megaminería

Quienes crearon nuestra Asociación tuvieron en cuenta desde el inicio principios ecológicos básicos y de suma importancia no sólo para el desarrollo de nuestra actividad sino para la conservación de los ambientes para las futuras generaciones, manteniéndolos de la misma o mejor forma de la que lo encontramos.

Claro es nuestro Estatuto con respecto a lo que estamos exponiendo, el Art. 2° establece:………..” b) Proteger la fauna, la flora y la naturaleza en general, colaborando asimismo con las entidades públicas y/o privadas que actúen con ese fin…… C) Proteger los actuales pesqueros, especialmente los adaptados a las modalidades deportivas vigentes. D) promover la repoblación con especies de interés para la pesca de ríos, arroyos, lagos y lagunas; En beneficio de las generaciones actuales y futuras. H) Fomentar el estudio de la pesca como deporte, la conservación de la fauna y de la flora, la hidrobiología y demás materias afines”.

Sabemos que toda actividad humana produce impactos negativos en el ambiente y nuestra actividad como la de cualquier particular también los genera, es por ello que adecuamos nuestra tarea diaria a las prácticas de bajo impacto sabiendo de la fragilidad del ecosistema acuático que nos circunda.

En concordancia con esto y manteniendo la coherencia al respecto es que estamos totalmente convencidos y por ello nos oponemos firmemente a ciertas actividades humanas vejatorias del medio ambiente como lo es la Megaminería metalífera extractiva. Las consecuencias negativas de la minería a gran escala son de tales dimensiones que el daño ambiental producido tanto en las fases de exploración, como en las de explotación y en las posteriores al cierre de la mina, se encuadran entre las más intensas y persistentes en el tiempo producto de una actividad humana. Los daños producidos por estas empresas al medio ambiente son irremediables, irreparables y es imposible volver atrás una vez que el daño ha sido producido. Existen sobrados casos en el mundo donde los daños de la actividad minera han persistido por años más allá de los millones de dólares que los Estados y/o empresas han invertido en pos de una utópica reparación ambiental posterior. Más aún, hoy en día los pueblos saben que no existe ningún tipo de garantía de controlar correctamente y prevenir los posibles accidentes y/o daños que puedan producirse efecto de esta actividad tan agresiva y peligrosa para nuestro medio ambiente.

El Agua, fuente de vida y principal recurso a cuidar.

Ante todo corresponde dejar bien en claro que el agua que nos rodea es mucho más valiosa que el oro que nos rodea. Sin agua no hay vida, y si bien somos afortunados en este rincón del mundo por poseer cantidades enormes de agua, no por ello debemos polucionarla, regalarla, descuidarla o venderla al mejor postor internacional.

Como guias de pesca con mosca y debido a nuestra profesión es que convivimos diariamente con los ríos, los lagos y con los arroyos de aguas prístinas que descienden de las montañas. Conocemos sobradamente el inmenso valor intrínseco de las aguas no contaminadas que nos rodean. Sabemos de su pureza y de su calidad, y sabemos de su capacidad de albergar y generar vida hasta en el charco más pequeño que se pueda encontrar en el bosque. Toda la maravillosa vida que nos acompaña en nuestra labor diaria, los peces, las aves, los insectos, los mamíferos y la extraordinaria vegetación tienen una dependencia vital del agua. Es simplemente una cuestión de vida o muerte. Si se extrae el agua del ecosistema, se contamina, se desvía, entonces todo se muere.

Esta Asociación y sus miembros, lo mismo que la comunidad de la que formamos parte, nos hemos instruído allá por el año 2003 acerca de las posibles consecuencias dañinas e irreversibles de la actividad minera sobre la calidad del agua. Y vale recordar al respecto algunas nociones aprendidas:

El agua genera vida, el agua es vida y el agua sostiene la vida en el Planeta. El oro mundial en su gran mayoría se acopia en las oscuras e inertes bóvedas de los principales Bancos del mundo. El oro como bien suntuario y en un muy bajo porcentaje del total existente se lleva colgado del cuello o de las orejas o en forma de anillo.

El agua es un recurso NO RENOVABLE. La minería utiliza y desecha dicho recurso en gigantescas cantidades, esto significa hablar de litros por segundo, millones de litros de agua. Es inconcebible semejante derroche de un bien tan preciado a cambio de la obtención de un suntuario como es el oro.

Un yacimiento a cielo abierto es una gran cantera de tal profundidad que puede comprometer a las aguas subterráneas. La empresa minera extrae el agua subterránea para que no inunde esas canteras, y al extraer dicha agua se ocasiona una depresión que implica un agotamiento del recurso subterráneo y una disminución del recurso superficial.

El agua tarde o temprano puede acabarse. Han desaparecido ríos y arroyos en el mundo debido a esta actividad extractiva y lo mismo es factible de ocurrir con las aguas subterráneas. El uso desmedido del agua lleva claramente a su desaparición con todas las consecuencias negativas para el ecosistema que esto acarrea.

El agua viaja kilómetros y kilómetros, la contaminación del agua donde sea que ocurra afectará no sólo a la población lindera sino también a comunidades y ecosistemas muy lejanos del epicentro de polución. El agua contaminada en un área irremediablemente afectará zonas distantes aguas abajo.

El agua se abre paso. El agua contaminada que se retiene y almacena, como sucede en un dique de cola, fácilmente puede alcanzar napas freáticas y contaminarlas en el caso de ocurrir fisuras.

La megaminería tritura gran cantidad de rocas, toda una montaña de ser necesario, y esto acelera la producción natural de sulfuros que en contacto con el aire y el agua producen drenajes ácidos.

El drenaje ácido puede prolongarse en el tiempo por cientos de años movilizando metales pesados como son el cadmio, el plomo y el terrible arsénico contaminando las aguas superficiales y subterráneas, el agua de riego y de consumo humano.

Tampoco olvidemos la contaminación aérea. Cuando se secan las escombreras y diques de cola, los vientos levantan el polvo y lo van esparciendo por toda la región. Este polvillo puede resultar muy dañino para la salud de la vida de la zona.

El agua no es una mercancía. Numerosos pueblos en la Tierra reconocen su carácter sagrado. Es un bien común de todos los seres vivos. Y más aún cabe recordar la Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas del 28 de julio de 2010 donde se reconoce el derecho al agua potable y al saneamiento como un derecho humano para todos.

Marco legal

Esta Asociación considera extremadamente valiosa la protección, el recuerdo y el mantenimiento en vigencia de la normativa legal que con tanto sudor y madurez el pueblo de Esquel y la Provincia de Chubut han logrado sancionar. Más precisamente adherimos a la vigencia y resguardo de:

Fundamentalmente la ley 5001 a nivel provincial que nos protege de la minería a cielo abierto y con uso de cianuro.

La ordenanza 33/2003 a nivel Municipio que declara a Esquel “Municipio Ambiental y Sustentable” y nos resguarda de la actividad minera con uso de sustancias tóxicas y explosivos en nuestra ciudad.

Todo esto en el marco del art. 41 de la Constitución Nacional que declara que “Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras, y tienen el deber de preservarlo”.

Y celebramos finalmente la ordenanza municipal 05/2004 la cual declara al día 23 de marzo del año 2003 como el “Día de la dignidad del pueblo de Esquel”.

Una cuestión de sentido común

Los guías de pesca como así también nuestras familias dependemos de un ecosistema sano y de un ambiente puro para trabajar. También vivimos del Turismo. El Turismo es esencialmente incompatible con la Minería, no existen dudas al respecto. Promovemos una región cada vez más turística y menos contaminada.

Más cabe enfatizar que también la agricultura es incompatible con el agua contaminada por mineras irresponsables o negligentes, que lo es también la ganadería, lo es el trekking por las montañas, la natación en lagos y ríos, lo es el avistaje de aves, y muchas actividades humanas más, tanto productivas como recreativas.

Sabemos que la minería es pan para hoy y hambre para mañana. No nacimos ayer y no compramos espejos de colores alguna vez llamados proyecto Esquel y hoy vendidos bajo el nombre Suyai.

Sabemos que la megaminería con estas características no es un emprendimiento productivo a largo plazo. Y también sabemos muy bien que sus consecuencias para el ambiente y el crecimiento de la región son sí negativas a muy largo plazo.

Sabemos que la megaminería en práctica hoy día emplea a muy poca gente y específicamente gente con conocimientos técnicos y muy capacitada que terminan siendo traídos desde otras regiones del globo y la población local no es empleada.

Sabemos que el Código de Minería está hecho a la medida de las gigantes Multinacionales y que lo que se fomenta en estos tiempos en toda América del Sur se parece más a un saqueo que a una explotación de recursos.

Sabemos del ínfimo y miserable porcentaje de la riqueza extraída que queda en la región y que todo el resto es sacado del país sobre una alfombra roja de beneficios impositivos.

Y sobre todo sabemos que lamentablemente en este país el control que requieren este tipo de actividades por parte de los Organismos de Contralor es habitualmente escaso, lento, negligente y ciego cuando no nulo. Nunca mejor aplicado aquel dicho popular que reza que es mejor prevenir que curar… y por una sencilla razón, aquí no hay cura. Cuando se daña la intrincada y compleja trama que conforma el ecosistema que nos rodea, no hay multa pecuniaria que lo repare.

Un debate cerrado

Esta Asociación no considera necesario un nuevo debate sobre la megaminería en la región.

Recordamos aquel plebiscito del año 2003 donde un pueblo educado sobre el tema, con la suficiente información y maduro en sus convicciones se expresara en las urnas con un contundente 81% de votos en contra de la minería y sus letales consecuencias para la región.

Dicha voluntad popular debe recordarse, respetarse, valorarse y sobre todo debe poner fin a una discusión que fuera agotada por los carriles de la democracia que correspondían.

Exigimos de nuestros representantes el respeto correspondiente hacia dicha voluntad y el acatamiento como corresponde que a tales efectos han sido elegidos.